Sus cartones políticos carecen de palabras, pero no de poder. Darío Castillejos, monero de Oaxaca, prefiere hacer sus dibujos conceptuales, que la imágenes trazadas transmitan la idea con potencia y se queden en la mente de quienes la vean; estilo que desarrolló gracias a quien considera como su padre en el cartón político: Naranjo.
Darío Castillejos recibe en la Feria Internacional del Libro el Homenaje La Catrina que se entrega a los dibujantes, moneros, cartonistas destacados. A sus 50 años le tomó por sorpresa recibirlo, pero lo hace con gusto. En charla con Crónica cuenta sus orígenes, su visión del político y el reto que se tiene ahora que hay una mujer en la presidencia de la República.
¿Cuáles son tus orígenes como monero?
En la caricatura editorial tengo 32 años, empecé a los 18 y ha sido una aventura. Estaba estudiando la carrera de derecho, yo dibujaba de toda la vida, pero ahí fue donde tuve el encuentro definitivo con la política, no puedo decir que me enamoré de la forma de hacer política, más bien me enamoré de la forma de criticar mirando a gente como Naranjo, que se convirtió en mi maestro, mi padre en la caricatura editorial.
¿Cuál fue el cartón con el que te graduaste como monero?
Hay una anécdota que no he contado nunca. Alguna vez Naranjo estuvo en Oaxaca, muchas veces, pero las primeras, yo era un chamaco y me atreví a llevarle mi carpeta de dibujos. Él los iba pasando sin detenerse ninguno, no hacia gestos de sentirse sorprendido, eso me preocupó, hasta que llegó a uno, curiosamente fue uno que me tardé mucho en hacer, pero la idea era muy bonita, muy conceptual, no había diálogo, no había nada, él se detuvo y me dijo: ‘de todos, este es el que me gustó’, los demás los olvidé por ahí, pero ese lo guardé con especial cariño y fue el parteaguas en mi carrera, a partir de ahí empecé a hacer cartón sin diálogo, conceptual, me enamoré de ese estilo.
Criticar a través del dibujo, sin diálogos, es complejo, ¿cuántos cartones haces por día?
A veces hago uno, a veces puedo hacer más, depende, la influencia exterior es importante, a veces veo noticias que me indignan de inmediato y me viene la idea rápido, pero hay cartones que me he tardado en hacer dos o tres días o hasta un mes, son cartones que son muy elaborados, pero me gusta dejar la mejor impresión a través del dibujo, esto consiste en hacer dibujos y repetirlos miles de veces.
Eres monero nacional radicado en Oaxaca, ¿hacer cartón político en este Estado es deporte extremo?
Curiosamente, alguna vez Rius me decía: ¿Cómo haces caricatura tan dura en un Estado que pareciera ser tan conservador? La verdad es que no he encontrado obstáculo para ello, siempre he sido muy crítico en los dibujos hacia los poderes diversos, el gobierno, el clero, en fin, nunca he tenido o encontrado una resistencia tan fuerte; Oaxaca, precisamente esa efervescencia social, es un terreno muy fértil para hacer cualquier manifestación gráfica, un ejemplo, es el grabado que se está haciendo o el Art Street, es maravilloso.
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Darío Castillejos se inició en el cartón político durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, con el paso del tiempo se fue afianzando y puliendo en cada dibujo que presentaba, desde entonces y hasta ahora, con la primera mujer presidenta de México, ha sabido diferenciar que los políticos pueden ejercer el poder de forma completamente diferente, pero todos, sin importar partido, tienen algo en común: intolerancia a la crítica.
¿Ha sido diferente la manera de hacer cartón político con cada presidente?
Todos han tenido sus claroscuros, recuerdo que, en el sexenio de Salinas, bueno, no publicaba en prensa nacional, pero cuando tuve oportunidad de hacerlo, encuentro patrones que los identifica, que los caracteriza, los vuelve muy parecidos; hablamos del nuevo viraje político, que nos ha sorprendido, pero el político sigue siendo el político, con los mismos vicios, la soberbia, la cerrazón, el político exacerba virtudes que en el fondo son vicios.
Mirarse en el reflejo de la crítica no es fácil, para alguien con todo el poder menos, porque llegan a rodearse de gente que le aplaude, pero el caricaturista, decía Rius, es como el gato en el tejado, no deja de maullar, no deja dormir, haciendo ruido, eso a nadie le gusta, entonces, encuentro muchas similitudes en cuanto al ejercicio del poder, desde luego, las dinámicas que cada gobernante implementa son diferentes, distintas, diametralmente distintos, pero los patrones de respuesta a la crítica son parecidos.
¿Y ahora que tenemos a la primera mujer presidenta es diferente?
Es un panorama muy diferente, es la primera mujer que accede al poder, estamos calando apenas el terreno, porque parece que no se resiste tanto a la crítica, se ha criticado a la prensa duro.
Espero de un gobernante ideal, que no hay gobernante ideal, pero si acaso, que la crítica la aprenda a capitalizar, es decir, que sepa escuchar la crítica, la tome, la considere, si acaso le llega a servir para algo, sea para la causa común, que no cierre las puertas a la crítica o haga como que no sucede nada es el peor error, porque cuando un hombre o mujer se queda solo en el poder, es muy peligroso.
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La Catrina es la imagen con la que se reconoce el trabajo de los ilustradores, dibujantes, moneros, cartoneros, en referencia a la calavera garbancera de José Guadalupe Posada. Es esta imagen la que da nombre al Homenaje que se entrega en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a quienes ejercen esta profesión de manera destacada, premio que Darío Castillejos recibe esta edición.
Fue una sorpresa, el Homenaje La Catrina tiene una característica: se reconoce a dibujantes que tienen una trayectoria amplia, al grado que a muchos los considero leyendas, como Quino, Fontanarrosa, Naranjo, Helio Flores y otros tantos que la han recibido, entonces, que me toque a mí, me salen con la novedad de que soy el más joven, tengo 50 años, pues soy un nene comparado con esas leyendas.
Darío Castillejos se despide de Guadalajara con la Catrina bajo el brazo y los buenos recuerdos de convivir con profesionales de la crítica a través del cartón político de todo el país, motivo por el que reconoce ama venir a la FIL, espacio que le espera en 2025.