Cultura

Eligieron ‘Poeta en Nueva York’ porque es “un momento muy disruptivo en el universo de Lorca, en 1929, cuando viene del ‘Romancero gitano’ y de obras de teatro muy clásicas

El primer videojuego inspirado en García Lorca invita a sumergirse en su universo

Video Cada nivel del juego "corresponde a un poema de 'Poeta en Nueva York' y está ambientado en los universos oníricos de cada texto".

 ‘Aurora’, el primer videojuego inspirado en el escritor español Federico García Lorca, invita a sumergirse en su universo creativo y se centra en su libro ‘Poeta en Nueva York’, momento en el que dejó atrás el teatro costumbrista y se adentró en la poesía surrealista.

“Federico fue un poeta incomprendido en un mundo que no sabía entenderlo, su identidad fue silenciada durante décadas y el videojuego pone eso en el centro, porque contar a Lorca sin contar a Federico sería repetir la violencia del silencio”, afirmó este miércoles Jesús Torres, director general del estudio Yellow Jacket, dedicado a la creación y producción de videojuegos.

Torres, que presentó ‘Aurora’ en el OXO Museo del Videojuego de Málaga (sur), está al frente del equipo de quince personas que ha desarrollado este proyecto durante los últimos veinticuatro meses.

Eligieron ‘Poeta en Nueva York’ porque es “un momento muy disruptivo en el universo de Lorca, en 1929, cuando viene del ‘Romancero gitano’ y de obras de teatro muy clásicas y da el paso a la poesía surrealista”, y ese mismo “salto” es el que querían dar hacia este videojuego.

García Lorca, fusilado al comienzo de la Guerra Civil española (1936-1939), es uno de los poetas y dramaturgos más conocidos en España, que estuvo muy vinculado a Latinoamérica, con estancias no solo en Estados Unidos, también en Cuba y Argentina, que influyeron en su obra.

Un poema en cada nivel

Cada nivel del juego “corresponde a un poema de ‘Poeta en Nueva York’ y está ambientado en los universos oníricos de cada texto”, explicó Torres.

Por ejemplo, ‘Nueva York (Oficina y denuncia)’ es “un poema en el que Lorca habla de lo deshumanizado del mundo de la burocracia” y en el videojuego se convierte “en un laberinto en el que él intenta conseguir el dinero que le ha enviado su padre desde Granada”.

El poeta llega a esa ciudad tras el crack bursátil de 1929, cuando muchos banqueros arruinados se lanzan al vacío desde sus edificios, y el juego alude a ese momento con el protagonista “sorteando los sombreros de esos banqueros de forma metafórica”, apuntó el creador.

Además, el miedo a cruzar puentes al que alude simbólicamente el poeta en este libro debe ser superado finalmente “cruzando el puente de Brooklyn, con lo que Federico encuentra a Lorca y hace las paces consigo mismo”.

En español e inglés

Otra de las tareas del jugador es ayudar a Lorca “a recuperar las veintisiete teclas de su máquina de escribir para poder usar un nuevo lenguaje simbólico y surrealista”, según Torres, quien añadió que el videojuego, en español e inglés, está también dirigido al mercado iberoamericano, “donde Federico es querido y admirado”, y a EE.UU., “donde se estudia en sus universidades”.

“No sé si el videojuego tiene el poder de que se lea más a Lorca, pero sí de acercar su figura a quienes todavía no lo conocen. No pretendemos sustituir la lectura, sino acercar a su universo y que los jugadores quieran conocer el poemario”, afirmó el creador.

“A mí, Federico me salvó la vida. Con 8 años, Ian Gibson me regaló, en la Feria del Libro de Granada, una biografía de Lorca y mis padres le dijeron que con mi edad no lo entendería. Gibson les respondió: ‘A Federico no hay que entenderlo, hay que quererlo’”, desveló Torres.

Con Lorca descubrió “el teatro, la poesía y que no solo había una forma de amar”, según el director de Yellow Jacket, que afrontó este proyecto como “un acto de amor, de memoria y de reivindicación”.

Ya lo escribió Lorca en una carta a sus padres: “Yo he nacido poeta. Como el que nace cojo o el que nace ciego. Yo he nacido Federico y a Federico no hay quien lo cambie, papá. Dejadme las alas en su sitio, que yo os prometo que en Nueva York volaré bien”. 

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