
¿Es posible aprender de la historia de una urbe por medio de los gatos que la han habitado durante décadas? El documental Kedi, dirigido por la cineasta turca Ceyda Torun, estrenado en el 2016, es el claro ejemplo de que sí es una forma viable de indagación. El título viene del turco y en español se convierte en la palabra “gato”.
En los últimos años Estambul ha ganado fama mundial como la ciudad de los gatos, con los felinos superando al número de residentes humanos; las personas han adaptado sus espacios en beneficio y comodidad de los residentes gatunos que han pasado a formar parte de su cultura y a los que no se les considera mascotas; pero, aun así, reciben todos los días comida, cariño y un lugar donde vivir.

Este es el punto de eclosión de una historia cinematográfica que tiene la intención de presentar a una ciudad y a sus ciudadanos, a través de sus habitantes más característicos.
En Kedi, la cámara, que se mantiene a nivel de los ojos de los gatos, sigue a estos animales que asumen el papel de protagonistas aunque no cuenten con la capacidad de expresarse con palabras.
A partir de lo anterior, se podría pensar que los gatos son el centro de la historia. Además, son los únicos personajes de la cinta de los que conoceremos sus nombres, pero un acierto de Kedi es que sus andanzas por Estambul son un medio llamativo para hablar de la vida de hombres y mujeres, de sus preocupaciones, en un entorno urbano. El andar de los gatos es el hilo que conecta a todos ellos con el espectador: Los dolores y emociones que comparten las personas frente a la cámara (la mirada del gato), que se reflejan en sus rostros, es el destino final. Las biografías de estas personas incluyen desde infancias jugando con los felinos hasta temas que les afligen de adultos.
En pantalla

se verá a un hombre lamentarse que a los gatos se les haga cada vez más difícil encontrar espacios verdes en la ciudad, lo cual afecta también a familias humanas que han vivido ahí por generaciones. Una mujer, pintora, señala la delicadeza con la que se presentan los felinos, para después hablar de las dificultades que las mujeres atraviesan en Turquía para expresar su feminidad.
Las tomas contemplativas profundizan en los detalles que suelen ser ignorados, por ejemplo los colores de las calles, la ropa de las personas y el pasto que ha roto el pavimento. Con el fin de obtener un panorama completo, la cámara se queda viendo a los gatos y los gatos a la cámara sin la intención de acelerar el paso.
Ceyda Torun, con su documental Kedi, ofrece una mirada refrescante en torno a nueve diferentes y disfrutables historias. Para los expectadores nacionales interesados, se encuentra en varias de las plataformas de streaming más utilizadas en México.
