Cultura

Las figuritas talladas en piedra, de apenas 3,5 centímetros de largo, representan un jabalí, un buitre y un zorro, y pese a su pequeño tamaño están muy bien ejecutadas, con los detalles anatómicos marcados

Figurillas halladas en Turquía cuentan su historia a través de sus símbolos

Figu. La vasija de piedra con tres figuritas de animales en su interior hallada en la excavación neolítica de Karahantepe, en el sureste de Turquía, de al menos 10 mil años de antigüedad. (Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía/Yusuf Aslan/EFE)

Una vasija de piedra con tres figuritas de animales en su interior hallada en la excavación neolítica de Karahantepe, en el sureste de Turquía, de al menos 10 mil años de antigüedad, puede ser el ejemplo más antiguo de una historia contada a través de símbolos, un antepasado de la escritura, según el arqueólogo turco Necmi Karul.

Karahantepe, junto al más conocido Göbeklitepe, es un asentamiento neolítico fechado entre 9 mil 500 y 8 mil a.C., perteneciente a una cultura de cazadores y recolectores, que aún no conocían ni la cerámica ni la agricultura, pero ya poseían altas capacidades artesanales y artísticas.

El hallazgo, realizado el año pasado y desde el presente mes expuesto por primera vez al público en la Biblioteca Nacional de Ankara y aún no publicado en revistas científicas, es el primer ejemplo de esculturas encontradas en su contexto original, explica Karul a EFE en una conversación telemática.

Una vasija de piedra con tres figuritas de animales en su interior hallada en la excavación neolítica de Karahantepe, en el sureste de Turquía, de al menos 10.000 años de antigüedad, puede ser el ejemplo más antiguo de una historia contada a través de símbolos, un antepasado de la escritura, según el arqueólogo turco Necmi Karul.

Karahantepe, junto al más conocido Göbeklitepe, es un asentamiento neolítico fechado entre 9.500 y 8.000 a.C., perteneciente a una cultura de cazadores y recolectores, que aún no conocían ni la cerámica ni la agricultura, pero ya poseían altas capacidades artesanales y artísticas.

El hallazgo, realizado el año pasado y desde el presente mes expuesto por primera vez al público en la Biblioteca Nacional de Ankara y aún no publicado en revistas científicas, es el primer ejemplo de esculturas encontradas en su contexto original, explica Karul a EFE en una conversación telemática.

Las figuritas talladas en piedra, de apenas 3,5 centímetros de largo, representan un jabalí, un buitre y un zorro, y “pese a su pequeño tamaño están muy bien ejecutadas, con los detalles anatómicos marcados”, describe el arqueólogo.

Una memoria colectiva

Las piezas se hallaban dentro de una vasija de piedra, que también contenía tierra roja y tres piedras redondas horadadas, con la cabeza de cada animal colocada en el agujero, una composición intencionada, que, según Karul, quiso transmitir con certeza una “narración”.

La vasija, junto a cuatro báculos de piedra y un plato del mismo material, estaba colocada dentro de otro recipiente de piedra y cuidadosamente enterrada en una de las chozas que rodean el edificio central de Karahantepe.

“Esto cuenta una historia. Supone una memoria colectiva: quienes la veían, sabían la historia que había detrás. Para nosotros es difícil interpretarla, pero podemos pensar que el anillo de piedra representa un umbral, un paso de un espacio a otro”, aventura el científico.

“Podemos decir que esto es el antepasado de la escritura. No es escritura aún, no son signos, pero sí es el precursor de los pictogramas porque son piezas simbólicas colocadas en un orden determinado, contando una historia que se puede leer”, se entusiasma.

En Karahantepe abundan altorrelieves y grabados de zorros, buitres, jabalíes y otros animales, y también se han encontrado esculturas tridimensionales de jabalíes y buitres, pero esta vasija de piedra es el primer hallazgo de unas piezas en un contexto claramente original, explica el arqueólogo.

También es significativo que en el mismo sitio se hayan encontrado algunos huesos -no esqueletos enteros- de los animales representados, agrega el arqueólogo, sin poder asegurar si esos restos apuntarían a sacrificios rituales.

Candidata a la protección de la Unesco

Karul ha coordinado investigaciones en Göbeklitepe y desde 2021 dirige las excavaciones de Karahantepe, una colina situada a 45 kilómetros al este de la ciudad de Sanliurfa y posiblemente el asentamiento humano estable más antiguo encontrado hasta ahora.

El experto corrige la expandida idea de que estos monumentos fuesen únicamente santuarios e insiste en que en Karahantepe se puede perfectamente documentar un asentamiento humano estable de 15-20 viviendas alrededor de un gran edificio central, de unos 28 metros de diámetros y lleno de obeliscos tallados y decorados.

Algunos de estos monolitos, de varios metros de altura, estaban coronados por esculturas de animales, como un jabalí al tamaño natural, con restos de pigmentos rojos, describe el académico.

Pero rechaza definir este edificio central como “templo” y asegura que con certeza era “multifuncional” y servía a diversas reuniones sociales, quizás con actividades de música, y no solo rituales.

Karul quiere proponer la vasija con las tres figuritas como candidato a entrar en la lista de la Memoria del Mundo de la Unesco, por su valor como concepto narrativo de una historia que hoy es difícil de descifrar pero, de ello está seguro, sí se pudo “leer” en su época, resume el arqueólogo.das, con los detalles anatómicos marcados”, describe el arqueólogo.

Una memoria colectiva

Las piezas se hallaban dentro de una vasija de piedra, que también contenía tierra roja y tres piedras redondas horadadas, con la cabeza de cada animal colocada en el agujero, una composición intencionada, que, según Karul, quiso transmitir con certeza una “narración”.

La vasija, junto a cuatro báculos de piedra y un plato del mismo material, estaba colocada dentro de otro recipiente de piedra y cuidadosamente enterrada en una de las chozas que rodean el edificio central de Karahantepe.

“Esto cuenta una historia. Supone una memoria colectiva: quienes la veían, sabían la historia que había detrás. Para nosotros es difícil interpretarla, pero podemos pensar que el anillo de piedra representa un umbral, un paso de un espacio a otro”, aventura el científico.

“Podemos decir que esto es el antepasado de la escritura. No es escritura aún, no son signos, pero sí es el precursor de los pictogramas porque son piezas simbólicas colocadas en un orden determinado, contando una historia que se puede leer”, se entusiasma.

En Karahantepe abundan altorrelieves y grabados de zorros, buitres, jabalíes y otros animales, y también se han encontrado esculturas tridimensionales de jabalíes y buitres, pero esta vasija de piedra es el primer hallazgo de unas piezas en un contexto claramente original, explica el arqueólogo.

También es significativo que en el mismo sitio se hayan encontrado algunos huesos -no esqueletos enteros- de los animales representados, agrega el arqueólogo, sin poder asegurar si esos restos apuntarían a sacrificios rituales.

Candidata a la protección de la Unesco

Karul ha coordinado investigaciones en Göbeklitepe y desde 2021 dirige las excavaciones de Karahantepe, una colina situada a 45 kilómetros al este de la ciudad de Sanliurfa y posiblemente el asentamiento humano estable más antiguo encontrado hasta ahora.

El experto corrige la expandida idea de que estos monumentos fuesen únicamente santuarios e insiste en que en Karahantepe se puede perfectamente documentar un asentamiento humano estable de 15-20 viviendas alrededor de un gran edificio central, de unos 28 metros de diámetros y lleno de obeliscos tallados y decorados.

Algunos de estos monolitos, de varios metros de altura, estaban coronados por esculturas de animales, como un jabalí al tamaño natural, con restos de pigmentos rojos, describe el académico.

Pero rechaza definir este edificio central como “templo” y asegura que con certeza era “multifuncional” y servía a diversas reuniones sociales, quizás con actividades de música, y no solo rituales.

Karul quiere proponer la vasija con las tres figuritas como candidato a entrar en la lista de la Memoria del Mundo de la Unesco, por su valor como concepto narrativo de una historia que hoy es difícil de descifrar pero, de ello está seguro, sí se pudo “leer” en su época, resume el arqueólogo.

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