Cultura

Una fiesta de ópera, donde la orquesta se encuentre en su nicho de confort, llena de alegría y vida, y no la muerte de Isolda (que es muy bella, no lo niego, pero extraña para una conmemoración)

La Orquesta de la Ópera, 70 años

Aniversario. La Orquesta del teatro de Bellas Artes.

La Orquesta del teatro de Bellas Artes u Orquesta de la ópera, como también se le conoce, cumple sus primeros 70 años. ¡Larga vida a la Orquesta de la ópera!

Esta orquesta inició en agosto de 1955, veintiún años después de que se inaugurara el Palacio de Bellas Artes, cuando fue obvio que el teatro más importante del país, necesitaba forzosamente una orquesta estable; formada principalmente por ilustres atrilistas mexicanos, maestros casi todos del Conservatorio.

Un mes después, el 4 de septiembre, debutaron tocando Madama Butterfly de Puccini, siguieron La Traviata, El elíxir de amor, Manon, Fausto, La Bohème y Tosca.

Poco después, la orquesta tocó en el estreno mexicano de la ópera Porgy and Bess de Gershwin, con la American National Theatre & Academy bajo la dirección de William Johnson; increíblemente hubo quince representaciones (contra las cuatro o menos que se presentan en la actualidad).Pronto la orquesta comenzó a acompañar también funciones de ballet.

Muy ilustres directores nacionales y extranjeros han dirigido ya como titulares, ya como huéspedes a esta ilustre orquesta, recordamos entre ellos al maestro Eduardo Mata.

El repertorio que ha manejado esta sinfónica en ópera y ballet; además del de conciertos extraordinarios, concursos etc., es vastísimo, digamos que lo principal de ambos géneros aquí se ha trabajado, y la lista de directores y solistas ilustres que han colaborado con ella, es también extensísima, y muchas veces esos listados largos y aburridos son además incompletos.   

El concierto de celebración de los 70 años se llevó a cabo, como es lógico, en el Palacio de Bellas Artes, donde se ejecutaron fragmentos sinfónicos de óperas de Wagner y Richard Strauss. Resultó pesado y difícil para la orquesta y más para el público; la verdad pudo haber sido toda una fiesta si se hubiera tocado otro repertorio más festivo y alegre; más de celebración, con la participación del coro, que es la pareja inseparable de la orquesta y tal vez algunos solistas, ya sea del Taller de la ópera o solistas externos. Obras chispeantes y alegres como La marcha de Aída, el Brindis de la Traviata, La obertura del Murciélago, la de Carmen, El coro de los toreros, Intermezzo de Cavallería Rusticana o la Meditación de Tahís, etc, etc, Una fiesta de ópera, donde la orquesta se encuentre en su nicho de confort, llena de alegría y vida, y no la muerte de Isolda (que es muy bella, no lo niego, pero extraña para una conmemoración)

Una celebración muy teutona en suelo tropical.

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