
La exposición ‘Corazón y Vida’ de la cultura Lowrider se presenta, en un contexto marcado por las políticas antimigratorias de la Administración Trump, en el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos. La muestra incluye autos modificados de la década de 1960, cartelería, fotografías y objetos que documentan más de 80 años de esta tradición ligada a la comunidad mexicoestadounidense.
En medio de exposiciones sobre banderas, guerras y la historia industrial de Estados Unidos, destaca una sala donde un Chevy Impala de 1963, nombrado ‘El Rey’, en honor a la canción de Vicente Fernández, brilla con sus tonos rojos y detalles en cada centímetro de la carrocería, su suspensión hidráulica le permite simular que “baila”, una característica típica del movimiento cultural chicano del suroeste del país, principalmente California.
El vehículo forma parte de una exposición de 467 metros cuadrados que sumerge a los visitantes en el mundo del Lowrider. Mediante carteles, herramientas, ropa de clubes de autos, trofeos y recuerdos familiares, se plasma la historia de más de 80 años de esta tradición.
La exposición, concebida durante el último año del primer mandato de Donald Trump y a pocas cuadras de la Casa Blanca, abrió al público el 26 de septiembre y permanecerá hasta el 2 de octubre de 2027, aunque el próximo lunes sufrirá un cierre indefinido por el cierre de Gobierno federal que deja sin fondos a los museos de Smithsonian.
Además de los autos, incluye un archivo audiovisual que documenta la lucha de activistas, clubes de automóviles y organizaciones chicanas contra los estereotipos y la discriminación estatal durante su surgimiento en el Estados Unidos de la posguerra tras la Segunda Guerra Mundial.
El auto rojo, que captura la atención de cientos de visitantes cada día, pesa casi 1.800 kilogramos y su traslado desde California fue coordinado por Steve Velásquez, curador de la exposición e investigador de historia chicana y latinoamericana del museo.
Símbolo de rebeldía y resistencia
La exposición se realiza en el marco del Mes de la Herencia Hispana y en medio de políticas antimigratorias que incluyen detenciones masivas, despliegues de agentes en ciudades con grandes poblaciones latinas y resoluciones judiciales que permiten detener personas por su color de piel, idioma o trabajo.
El recorrido muestra cómo los lowriders se convirtieron en una forma de afirmación identitaria frente a la discriminación y la invisibilidad de la comunidad chicana. Elementos como la Virgen de Guadalupe, las representaciones de pachucos y la influencia del muralismo mexicano se fusionan en los diseños de los autos, reflejando una lucha constante por la dignidad y el reconocimiento.
La inclusión de fotografías y vestimenta de clubes de autos conformados por mujeres subraya la importancia del lowrider como espacio de empoderamiento, de acuerdo con el museo.
Orígenes
El movimiento lowrider surgió en los barrios chicanos del suroeste de Estados Unidos durante la posguerra como forma de expresión cultural y resistencia social.
Los jóvenes modificaban autos no solo por estética, sino como símbolos de identidad y orgullo comunitario, creando un lenguaje visual que reflejaba sus raíces mexicanas fucionadas con la influencia cultural e idiomática estadounidense.
Los clubes de autos jugaron un papel central, ofreciendo espacios seguros para reunirse y organizar eventos que permitían visibilizar y celebrar su cultura.
De acuerdo con un portavoz del museo, desde su apertura la muestra ha recibido respuesta positiva tanto de visitantes de todo el país, destacando su capacidad para educar y sensibilizar sobre la historia y la identidad chicana.