
Kauzo
La subasta judicial de 125 piezas del Museo de Arte Okada, ordenada para que el empresario japonés Kazuo Okada abone una deuda de 50 millones de dólares, convirtió este sábado la sala de Sotheby’s Hong Kong en escenario de una apasionada puja que pulverizó previsiones y dejó varios hitos históricos.
El momento cumbre llegó con el monumental kakemono ‘Fukagawa no yuki’ (Nieve en Fukagawa), pintado por Kitagawa Utamaro (1754-1806) a principios del siglo XIX.
Estimado en ocho millones de dólares hongkoneses (poco más de un millón de dólares estadounidenses), este panorama de más de tres metros de ancho desató una guerra de pujas que lo catapultó hasta los 55,2 millones dólares hongkoneses (unos 7,1 millones de dólares estadounidenses, 6,1 millones de euros).
Se trató de un nuevo récord absoluto para el maestro del bijin-ga y una de las cifras más altas jamás pagadas por pintura ukiyo-e.
Ejecutada sobre ocho hojas de papel chino unidas, la composición elimina techos y paredes para revelar la animada vida invernal en un elegante burdel del barrio de Fukagawa con geishas, aprendices y clientas que se calientan junto al brasero, juegan al ken, sirven sake o contemplan gorriones entre pinos nevados.
Minutos antes, el ‘fanglei ritual del clan Ya Yi’, bronce de la dinastía Shang tardía (siglos XIII-XI a.C.), había confirmado la fiebre por los bronces arcaicos chinos al alcanzar 38,8 millones de dólares hongkoneses (4,95 millones dólares estadounidenses, 4,3 millones de euros) frente a una tasación inicial de apenas cuatro millones.
La vasija, decorada con el pictograma cruciforme del linaje y una singular cabeza animal que algunos eruditos ven como jirafa, testimonia la influencia militar y chamánica de una de las familias más poderosas de la Edad del Bronce.
La icónica xilografía ‘La Gran Ola’ de Katsushika Hokusai (1760-1849), de la serie ‘Treinta y seis vistas del monte Fuji’, mantuvo su condición de imagen universal del arte japonés al adjudicarse por 21,7 millones de dólares hongkoneses (2,78 millones dólares estadounidenses, 2,42 millones de euros), récord para el autor en este soporte.
De los ocho mil ejemplares impresos hacia 1831, apenas sobreviven hoy unos 130.
Otro de los focos de atención fue un refinado jarrón de boca en forma de loto, con vidriado celadón y marca y periodo Yongzheng (1723-1735), que se adjudicó por 30,8 millones de dólares hongkoneses (unos 3,95 millones de dólares estadounidenses, 3,45 millones de euros), frente a una estimación inicial de 16 millones de dólares hongkoneses.
Fiebre por el arte en Asia
La sesión, que combinó bronces rituales, pinturas de género y cerámicas de Jingdezhen, evidenció una vez más que las obras maestras del patrimonio asiático encuentran hoy en Asia compradores dispuestos a todo, incluso cuando la venta nace de una orden judicial.
Muchas de estas obras están catalogadas en Japón como tesoro nacional o bien cultural importante, lo que las ha hecho prácticamente inexportables en circunstancias ordinarias. Documentos judiciales de 2014 valoraban la colección completa de Kazuo Okada en 2.700 millones de dólares hongkoneses (346 millones de dólares estadounidenses, 300,7 millones de euros).
El dinero recaudado en la subasta, que excedió la deuda del magnate, se transferirá al Museo de Arte Okada, abierto en 2013 como iniciativa filantrópica y hoy uno de los mayores museos privados de arte asiático.