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“La noche más venturosa”, de José Joaquín Fernández de Lizardi , y montada por La Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano inicia temporada y cumple 25 años en escena. Se presenta en el museo Casa del Risco del 18 al 20 de diciembre

“La pastorela es el primer género teatral mexicano”, dice Wlises Mendoza

Teatro. Una escena de la pastorela “La noche más venturosa” de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano cumple 25 años en escena y continua con la tradicional pastorela “La noche más venturosa”, escrita por José Joaquín Fernández de Lizardi en 1817.

Las funciones se presentarán en el museo Casa del Risco (San Ángel, Coyoacán) del 18 al 20 de diciembre a las 7pm, y el 21 de diciembre a las 6pm.

“La pastorela es el primer género teatral mexicano”, dice Wlises Mendoza, director escénico de esta propuesta desde el año pasado.

En entrevista, el director escénico explica que esta es la primera vez que se presentan en la sede coyoacanense, sin embargo, “nos sentimos muy cómodos con el museo desde el año pasado que presentamos Don Juan Tenorio y este año, que pudimos repetir la temporada”.

Uno de los atributos del recinto es que brinda a la obra una escenografía natural, “una fuente sevillana del siglo XVIII que está integrada por vajillas, por porcelanas, poblanas, espejos, esculturas, que es preciosa y en sí misma vale la pena”, elabora.

En cuanto a las innovaciones que ha hecho en estos dos años como director escénico destaca que no quiso hacer un cambio radical en la obra, “lo más que pude intentar y que logré fue generar un ritmo diferente al que tenía, un poco más dinámico, para que entraran los chistes, las bromas -los llamados gags- de maneras más eficientes”, indica.

Además, Wlises Mendoza asegura que se trata de la pastorela “más barroca de México” e invita a conocer las particularidades de la obra y el montaje con el que la compañía busca dar un mensaje acorde a las festividades de diciembre.

UNA HISTORIA ENTRAÑABLE

“He querido ser muy puntilloso y muy reiterativo en la importancia de generar el espíritu que debe tenerse en el momento: la adoración de un niño en el lugar menos esperado para que nazca un bebé, en un corral, donde duermen los animales de más baja estima dentro de la belleza del mundo - vacas y mulos son animales de carga y que proveen en alimento, no como caballos o aves de ornato- y ese nacimiento transforma todo, como todos los nacimientos de todos los niños”, profundiza el director escénico.

Para él, lo más importante del planteamiento que hacen es el rescate de un mensaje que se ha perdido en otras pastorelas.

“Los que hemos tenido la oportunidad de estar en los primeros días de un bebé, que es un ser diminuto y absolutamente dependiente de todos los adultos que lo rodeamos, nos hechiza, nos encanta, nos transforma la esencia. Donde llega un bebé, transforma el espacio”, observa.

“Ese niño estuvo despreciado, no tuvo lugar dónde nacer y ese pesebre se transformó con la dulzura del niño”, continúa, es por ello que enfatiza la necesidad de transmitir el significado original de las pastorelas en torno a la navidad, e insistir en el nacimiento como punto principal de atención de los espectadores.

UN POCO DE CONTEXTO

Wlises Mendoza relata que Joaquín Fernández de Lizardi, cuyo sobrenombre era el pensador mexicano, escribió esta pastorela “antes de que nosotros fuéramos políticamente México, por ahí de 1817, cuando estábamos en plena guerra de independencia, es decir, no éramos todavía México y él ya se llamaba a sí mismo el pensador mexicano”.

La mención es importante porque apunta a que su trabajo literario y periodístico tuvo la intención de propiciar la reflexión de valores propios a los habitantes de estas tierras y que eran diferentes a los valores que tenían, por ejemplo, los europeos que venían de la famosa Madre Patria.

“En ellos arraigaron un sentimiento de lo que es lo mexicano, entonces cuando él escribió esta pastorela -que es originalmente el título era Pastorela en dos actos y con el paso del tiempo tuvo el nombre actual- estaba en el contexto de que veía certámenes o concursos donde se presentaban diferentes pastorelas de otros autores y lo que no le gustaba es que estas pastorelas estuvieran llenas de diabluras”.

Es decir, que no le gustaba que el personaje principal de las pastorelas fuera el Lucifer, el chamuco, el diablo, el ángel caído, entre un sinfín de nombres con el que se le conoce.

“A él no le gustaba porque consideraba que banalizaba el mensaje, que el personaje principal tendría que ser otro. El personaje principal es el nacimiento del niño”.

“Otra distinción que tenemos en nuestra pastorela es que nuestros pastores no son pastores perversos en sí mismos, sino que -como todos nosotros- tienen defectos, tenemos carencias en nuestra formación y ellos también los tienen, pero esencialmente -y eso lo rescato porque lo decía Lizardi- los pastores son hombres y mujeres buenos”, agrega.

VE A VERLA

“Somos 11 actores en escena; el cuarteto de cuerdas de la Compañía Nacional de Teatro Clásico dirigido por la maestra África Santiago, que está integrado por un chelo, dos violas y un violín; y la maestra Maricel Tuero, que es una soprano que está acompañada por un guitarrista clásico”, precisa el director escénico.

El elenco que presenta “La noche más venturosa” está conformado por Mario Iván Garcia, Norma Duarte, Cristopher Martínez, Alhelí Abrego, Víctor Roldán, Jéssica Gámez, Pedro Adame, Daniela Pérez Acosta, Luis de León, Maricel Tuero y el mismo Wlises Mendoza.

La iluminación está a cargo de Aldo Fuentes y el diseño de vestuario es de Brisa Alonso.

Anteriormente, la pastorela se había presentado en el Museo Nacional de las Intervenciones, pero a partir de interacciones sostenidas en el último año, la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano se sintió bien recibida en el Museo Casa del Risco.

“Creo que está muy bonita porque es un escenario natural y el público está mucho más protegido - anteriormente estábamos actuando en el huerto- estamos en un patio techado, cubierto por aquello del frío y con una capacidad de entre 150 y 200 personas de público, que van a estar cómodamente escuchándonos a nosotros”, añade Wlises Mendoza.

A diferencia de otros años, que ya era costumbre incluir tamales y atole en el precio, este año las circunstancias no lo permiten. La entrada tiene un costo de 500 pesos y descuentos para 2x1 estudiantes e INAPAM con credencial vigente.

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