Cultura

“La alta costura en México se hace en las selvas, montañas y comunidades rurales”

Carla Fernández inaugura su muestra “Un manifiesto de moda mexicana”, conformada por 57 looks, 198 prendas, zapatos y accesorios. Se presenta en el Museo Franz Mayer hasta el 25 de junio

Algunos de los diseños de Carla Fernández que se exhiben en el Museo Franz Mayer.

Algunos de los diseños de Carla Fernández que se exhiben en el Museo Franz Mayer.

Franz Mayer

El diseño de moda que realiza Carla Fernández (Saltillo, 1973) no es apropiación, es una colaboración con comunidades rurales y pueblos indígenas; además su trabajo busca aminorar la contaminación que produce la actual industrialización de la ropa. Así lo afirma en entrevista la diseñadora de moda, de quien se exhibe en el Franz Mayer la muestra “Carla Fernández Casa de Moda. Un manifiesto de moda mexicana”.

La exposición, que estará abierta al público hasta el 25 de junio, reúne 57 looks, es decir, 198 prendas, tocados, zapatos y accesorios hechos en colaboración con diferentes comunidades indígenas y con diversos artesanos mexicanos.

“Es una exposición que busca decirle al público que otros sistemas de la moda son posibles, actualmente hay un sistema imperante que es voraz y que sabemos que está dentro de las 10 industrias más contaminantes del planeta, pero somos muchos que estamos haciendo moda indumentaria de otra manera, sobre todo las comunidades indígenas”, indica.

En la muestra, Fernández comparte el manifiesto de su marca donde asegura que crear ropa es un proceso artesanal que conecta el corazón con las manos y, por eso, las comunidades de artesanas hacen prendas que duran casi toda la vida, “sirven como si fueran un libro abierto y le dicen no a la moda basura”.

“Para nosotras, la alta costura en México se hace en las selvas, en las montañas, en las comunidades rurales, nada más tenemos que abrir los ojos y verla ahí”, indica sobre el cómo su marca y su itinerante Taller Flora buscan poner en valor el conocimiento textil del país.

“Mi padre era museógrafo y creo que de ahí viene esa pasión por compartir más allá del simple hecho de llevar una prenda, de entender que una sola prenda tiene la colaboración de muchas personas, por ejemplo, tenemos un taller con alrededor de 30 personas en la Ciudad de México, trabajamos en más de 16 estados de la República con más de 200 artesanas que como saben, en México, la mayoría de las artesanas textiles son mujeres”, detalla.

¿Por qué las técnicas textiles que utiliza son más del sur del país que del norte?

Soy del norte y claro que hay producción textil, pero siento que es distinta porque el norte se volvió otro tipo de producción que tiene que ver con la industrialización que atiende a nuestro vecino del norte y quizá por eso no hay tanta producción artesanal.

Sin embargo, México es un país de textiles y a cada lugar que vayas te vas a encontrar una sorpresa, es evidente que en el sur hay más arraigo de la producción artesanal manual.

Hemos trabajado en Zacatecas, realizamos una colaboración de deshilados que es maravillosa, también en Aguascalientes. En Saltillo, mi tierra, donde se hacen los famosos saltillos, los gabanes, hay pocas familias y talleres que lo hacen. A nosotras no hay nada que nos guste más que estas colaboraciones y ver de qué manera podemos extendernos hacia el norte.

. Otras de las prendas de la diseñadora saltillense.

. Otras de las prendas de la diseñadora saltillense.

Franz Mayer

¿Cómo explicas que tu trabajo no es apropiación?

He tenido siempre muy claro el camino en el que si vas a hacer un bordado de Tenango, no hay otra forma posible de hacerlo más que con la bordadora de Tenango, de lo contrario es plagio, un robo.

Eso no se debe hacer, a menos que tú vayas como bien dice la Ley de la Propiedad Intelectual Colectiva (donde México es el único país que la tiene hasta estos momentos) que te pongas de acuerdo con las personas de esa localidad y que te digan que puedas hacer dicha técnica en la India o en Tijuana, pero te tiene que dar permiso la comunidad.

Pero si trabajas con los artesanos de esa comunidad, es una colaboración y esa es la ecuación que nosotros hacemos, que nos ha funcionado: tener una casa de moda que participa en las técnicas artesanales y en técnicas de una moda contemporánea.

¿Lo ancestral, el conocimiento textil, es moda?

Lo que decía la maestra Marta Turok me parece muy acertado: que le llamemos indumentaria. El término moda es difícil en español porque tiene que ver con los tiempos, no nada más es la indumentaria, sino que tiene que ver con este proceso de cambio rápido, con ‘el estar de moda’ y ahí se confunde el lenguaje.

La tradición no es estática, si vas a San Juan Cancuc, Chiapas, observas que su brocado está hecho con hilos sintéticos porque los colores son chillantes y no puedes obtener un hilo natural con un amarillo neón, después miras que el artesano calza Converse y que tienen pintados elementos de los huipiles, entonces te das cuenta que fue a Estados Unidos pero tiene su negocio.

Nosotros como occidentales pensamos que los conocimientos ancestrales son estáticos y no lo son, son procesos que llevan miles de años de reflexión y en esa reflexión es como el mundo entero hemos podido evolucionar.

Al trabajar con indígenas ¿qué problemáticas has podido observar en sus comunidades?

El conocimiento ecológico indígena es muy importante para mantener el planeta y eso se traslada a la vestimenta, por eso una falda, un enredo chamula, se usa también de cobija y no tienes que estar consumiendo los jeans que sus cierres tardan 500 años en que la tierra la absorba, que generan químicos en el agua (para obtener el color) o el uso de pesticidas para que el algodón no tenga plagas…

Es un desequilibrio ambiental terrible, estamos hundidos en el peor fango del mundo pensando que la modernidad, las máquinas y los pesticidas nos va a salvar cuando nos está matando y también pensando que todo el conocimiento tradicional de los pueblos originarios es atrasado y primitivo, cuando es todo lo contrario.

¿Cuándo vendes una prenda, una parte de la ganancia va para el artesano?

Somos una empresa B Corp certificada de empresa ética, somos la primera marca de moda de toda América Latina con esta certificación, lo que hacemos es un análisis de cuánto necesita ganar el artesano para poder seguir siendo artesano, que tenga una vida digna y siga viviendo en su comunidad, que no migre. El gran problema en México es que el pago del artesano es muy poco.

Finalmente, la diseñadora expresa que se define como una agente cultural. “Me asumo como agente cultural, nos ha tocado cambiar políticas públicas, estamos resolviendo problemas y dando soluciones”.

La exposición “Carla Fernández Casa de Moda. Un manifiesto de moda mexicana”, curada por Florence Müller, se divide en seis núcleos: “La moda como proceso colaborativo”, “Raíz cuadrada”, “La tradición no es estática: las fiestas”, “La tradición no es estética: la charrería”, “La tierra es el origen de los textiles” y “La moda como resistencia”.