Cultura

““¡Que arda Tebas!”, una sátira a la falta de rigor en los montajes teatrales posmodernos: Américo del Río

Es una puesta en escena cómica y posmoderno de “Edipo Rey” que aborda los tipos de actores de teatro que existen, añade el dramaturgo

Soldado gritando con megáfono
La obra se presenta lunes, martes y miércoles a las 20:00 horas, hasta el 23 de mayo, en el Centro Cultural Helénico. La obra se presenta lunes, martes y miércoles a las 20:00 horas, hasta el 23 de mayo, en el Centro Cultural Helénico. (La Crónica de Hoy)

“El público puede ser exigente con lo que ven. Tratándose incluso de cosas que son creadas con nuestros propios impuestos, tendríamos una responsabilidad de decir que no solo no voy al teatro, sino que voy y lo que veo no me gusta. Así nos enteraríamos de qué tenemos que corregir”, manifiesta el dramaturgo Américo del Río, en conversación sobre la obra “¡Que arda Tebas!” , que se presenta los lunes, martes y miércoles a las 20:00 horas, hasta el 23 de mayo, en el Centro Cultural Helénico.

Se trata de un montaje cómico y posmoderno de una obra clásica (“Edipo Rey”) que aborda los tipos de actores de teatro que existen. La trama parte de una premisa metaficticia: el día que un grupo de actores de distintas generaciones estrenan –a su vez- una versión posmoderna de Edipo Rey, el joven director de la pieza, cegado por su afán de quedar bien con los funcionarios que se encuentran entre el público decide hacer cambios radicales, justo antes de anunciar la tercera llamada.

Durante el espectáculo, los personajes de la obra se transforman en versiones distorsionadas de la tragedia de Sófocles, la cual se supone están montando.

“Al sacarlo del contexto tebano, de la tragedia y al distorsionarse, hay una perspectiva que lo transforma en comedia porque es tan absurdo”.

QUE ARDA TEBAS.

Américo del Río explica que la propuesta pretende reflexionar sobre tres relaciones importantes al interior del mundo teatral: los actores entre sí, lo que los une y separa; el hacedor de teatro consigo mismo y su vocación; y el hacedor del teatro con las autoridades, el poder y el público.

“Se plantean posturas que están encontradas dentro de la obra para generar en el espectador una reflexión”.

La obra está cargada de una fuerte sátira sobre la falta de rigor en los montajes posmodernos y alude directamente a montajes controversiales de los últimos años. “El problema de la posmodernidad y el teatro posmoderno mal entendido es que, como caben tantas cosas se puede hacer todo, pero no de cualquier manera. Incluso para hacer buen teatro posdramático se requiere hasta más trabajo del que demanda una obra dramática apegada a las reglas aristotélicas”, considera Américo.

Por otra parte, durante el montaje, un actor confronta directamente a la audiencia por ser tan amables y aplaudir de todo, con lo que se abre la reflexión sobre la pasividad del público mexicano en la actualidad.

“No culpabilizo al público mexicano por ser amable y creo que el personaje tampoco lo hace, es una reflexión de decir que con el apoyo del público se puede ser exigente”.

Añade que muchas obras en la actualidad olvidan al público, a pesar de que venimos de una tradición novohispana y náhuatl del teatro en las que el espectador era lo más importante.

“El teatro náhuatl era pensado en grandes escenarios con animales amaestrados porque tenía un sentido ritual. Parece que de pronto, por ir a la búsqueda –que también es necesaria-, nos olvidamos del público y creo que ahí hay una propuesta. No tiene que ser la verdad, es nuestro punto de vista crítico al respecto”.

La primera temporada de este montaje se realizó en 2019. La segunda temporada se iba a realizar en 2020, pero por la pandemia comenzó el pasado 28 de marzo.  

Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México