Cultura

Cafebrería Pessoa o como la literatura sí sortea las dificultades

Esta librería aún con deudas por la pandemia y sin apoyos gubernamentales vive y alumbra la lectura en Querétaro

librería independiente

Sofía, Frida, Lalo Pessoa, los libreros, con Clyo Mendoza (falda naranja).

Sofía, Frida, Lalo Pessoa, los libreros, con Clyo Mendoza (falda naranja).

Mantener una librería en México es una actividad que demanda esfuerzos, que genera deudas y que carece de apoyos gubernamentales como descuentos a ciertos servicios. Ese camino de obstáculos lo ha recorrido Cafebrería Pessoa, una librería que tres jóvenes administran desde hace siete años en el Centro Histórico de Querétaro y que aprovechando el Hay Festival 2023 tendrán a varios de los autores participantes ofreciendo pláticas y talleres.

Las escritoras Yásnaya Aguilar, Yael Weiss, Elma Correa, así como el poeta Antonio León y el ilustrador Alejando Magallanes llegarán a este espacio (ubicado en Hidalgo 183) que adquirió una deuda con proveedores de editoriales independientes durante los años de pandemia.

“En la pandemia generé una deuda y a las editoriales les dije: no tengo. A pesar de que tuve apoyo de los locatarios que me condonaron el 50 por ciento de renta, no había ventas; afortunadamente las editoriales me dijeron que entendían porque estaban en la misma situación, no me presionaron ni cortaron relación, solamente me pidieron que fuera bajando la deuda y hemos salido poco a poco”, narra el librero Lalo Pessoa.

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Este joven decidió abrir una librería en el año 2016 en un local pequeño y poniendo a la venta sus libros, su biblioteca personal. “En 2018 nos mudamos a este espacio, intenté meter cafetería, pero me sobrepasaron las actividades, luego se atravesó la pandemia, no cerramos e incorporamos a otro local para reducir costos”, platica.

Junto con sus amigas Sofía y Frida, en 2021, empezaron a programar talleres literarios y presentaciones de libros, e introdujeron la venta de café. Este equipo de jóvenes señala que en Querétaro son la única cafebrería que vende novedades, “en otros lugares abundan libros usados o cafeterías que a veces son espacios culturales”, indica Sofía.

“No tenemos un subsidio formal y de esto vivimos, no manejamos editoriales industriales, entonces se nos dificulta generar algún capital. Lo que nos ha mantenido es la imagen en cuanto a actividades, que fortalece la presencia y eso genera confianza. Tenemos un registro que no siempre tienen otros lugares”, detalla Lalo.

Este espacio se aboca a la venta de libros de literatura, humanidades, filosofía y sociología, todos de sellos independientes como Almadía, Gris Tormenta, Canta Mares, Impedimenta, Sexto Piso, Tecolote, Grano de Sal, Tumbalacasa y Plétora Editorial.

“En algún momento busqué a Penguin Random House y Planeta pero son muy burocráticos, si no cubres (el perfil) te mandan a una lista negra. Afortunadamente se reforzó la visión de que somos una librería pequeña e independiente, no de cadena, entonces las editoriales también ayudan a reforzar eso”, indica.

En palabras de Sofía, es complicado tener estabilidad. “Sigue siendo complicado porque vender libros no es lo más fácil y porque suben mucho de precio, entonces la cultura puede limitarse (entre las compras de las personas). Tratamos de apoyarnos con programas como Jóvenes Construyendo el Futuro para solventar algunos gastos”.

Dos puntos fuertes que tiene este espacio son las redes sociales y la generación de comunidad.

“Es otra forma de sobrellevar las cosas, en el sentido de que es un trabajo horizontal y franco entre todas las líneas del negocio. Este es un trabajo, vivimos de esto, otros viven de esto, no es que nos queramos hacer millonarios, queremos generar un espacio que funcione para la comunidad, pero nosotros también queremos sobrevivir. Las personas perciben como necesario el espacio y consumen”, afirma el librero.

¿Existe una red de libreros en Querétaro?

Hay dos o tres, al inicio estábamos ahí, pero es mucho trabajo político. Ahora estamos de manera inactiva. Íbamos a ferias locales que organiza el gremio, pero nos demanda tiempo y en las ferias no sale, perdemos y nos sobre esforzamos. Es un ejercicio económico cíclico en esa dinámica política, en el que si no participas, no te toca.

Los jóvenes narran que en ocasiones han solicitado apoyos económicos y de logística a la Secretaría de Cultura estatal, sin embargo, los retrasos de pagos y los trámites a destiempo, desaniman el acercamiento constante.

“Son prácticas burocráticas que no nos da tiempo ni energía resolver. Son espacios donde hay un documento en el que te dice cómo hacer las cosas y nunca es de buena fe, siempre hay un ejercicio de atrás que coacciona”, detallan.

ACTIVIDADES ALTERNAS

Sofía platica que en el Hay Festival Querétaro participaron en la mesa “Librerías ¿oficio y poco beneficio? Contra la precarización y la imagen romántica de las librerías”, aprovecharán la presencia de autores para ejecutar un proyecto llamado “No ai festival”. Las actividades se pueden ver en las redes sociales @cafebreriapessoa