Cultura

Cristina Rivera Garza: “Escribo para complicar lo sabido, lo resuelto y enfrentar el desastre”

“No creo en una literatura autónoma en su propia torre de marfil y sí en escrituras capaces de producir presente”, añade la académica, en su discurso de ingreso a El Colegio Nacional

lección inaugural

Cristina Rivera señaló que en la historia oficial, donde brillan por su ausencia los migrantes hasta hacerse una caricatura de ellos mismos.

Cristina Rivera señaló que en la historia oficial, donde brillan por su ausencia los migrantes hasta hacerse una caricatura de ellos mismos.

Colnal

Yo no escribo de lo que sé, como reza el dicho, sino para saber y aún más: para complicar lo que se presenta como como sabido o como ya resuelto, pero también para enfrentar el desastre insuperable, ése que no sólo ataca la infraestructura y la vida material sino también el legado inmaterial, dice la escritora Cristina Rivera Garza.

Al dictar su lección inaugural de ingreso a El Colegio Nacional, señaló que comenzó su lectura con la historia de sus abuelos migrantes y “la pausé con el feminicidio de mi hermana Liliana, porque son experiencias profundamente personales que han cuestionado de múltiples formas mi tarea como escritora y porque son también, por desgracia, experiencias que comparto con muchos otros en un mundo signado por una guerra sin cuartel contra las mujeres y los migrantes por igual”.

En su discurso titulado “Escribir con el presente: archivos, fronteras, cuerpos”, la autora de “El invencible verano de Liliana” dijo que “no creo en una literatura autónoma en su propia torre de marfil y sí en escrituras capaces de producir presente y de producir con el presente. Aunque los trabajaos que examinado parecen venir del pasado, me anima una urgencia que reconozco en mi entorno, son los enigmas que me impulsan a colocarme una y otra vez frente a la pantalla de la computadora viene de mi presente y aquejan tanto a mi intuición como mi intelecto”.

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Y por esto, Cristina asegura que “no escribo de lo que sé, como reza el dicho, sino para saber y aún más: para complicar lo que se presenta como sabido o como ya resuelto. Lejos de ofrecer un viaje hacia un pasado que se sustenta como estable, ya hecho, un contexto en el que suceden acontecimientos específicos, propongo un recorrido y una relación contraria desde y hacia el presente en las inmediaciones de la presentidad, en el pasado mismo e incluso del futuro en una relación dinámica de reactiviación con las fuerzas vivas que otros más poderosos o más perversos interrumpieron o acallaron”.

En este punto, Cristina evocó al filósofo Jalal Tufik, quien argumentó que con lo anterior, podremos enfrentarnos al desastre insuperable, ése que no sólo ataca la infraestructura y la vida material sino también el legado inmaterial de su fuerza crítica.

Esto mismo, Walter Benjamin lo llamaba “redención”, y yo lo llamo seguir aquí, insistentemente, testarudamente, incómodamente en la comunidad que es toda ubicación y toda pertenencia.

REVUELTAS Y GLORIA

En su discurso, Cristina Rivera Garza también recordó a José Revueltas - el escritor y comunista que deseaba un cambio-, y Gloria Anzaldúa - académica, activista política, feminista, escritora y poeta chicana-, entre tantas otras personalidades que complican la historia literaria y además se comunican con sus varios presentes con la plenitud incendiaria de su energía critica, desobediente a veces incluso relajienta.

“Desde nadie me verá llorar”, su primera novela hasta los tres libros más recientes, la escritora dijo que aprovecha su entrenamiento como historiadora y familiaridad con una gran variedad de archivos institucionales, locales, de los afectos, terráqueos, del cuerpo mismo, para tener acceso a los documentos que han dejado los locos, los migrantes, los deportados, las mujeres, los iletrados, algunos cultivos, la tierra misma.

Y cuenta que se trata de repositorios inevitablemente incompletos, puesto que no son el mundo, y están signados por la porosidad y en muchos casos el quiebre y la ausencia. “Se trata más de trampolines hacia la producción del mundo de otros, que de una simple confirmación de esta o aquella versión de los hechos, en muchos casos dolorosa”.

Como es el caso, dijo, que se da en la historia oficial, donde brillan por su ausencia los migrantes hasta hacerse una caricatura de ellos mismos.

Cristina también habló de su deuda con muchas mujeres escritoras y contó que le hubiera gustado “escribir páginas y páginas de Rosario Castellanos, evocar a Inés Arredondo, Elena Garro, Margo Glantz, a sus contemporáneas como Rosa Beltrán o Ana García Bergua, y a las jóvenes, pero “estaríamos aquí tres días, o una eternidad”.

Su ingreso al Colnal fue presentado por el presidente en turno, Adolfo Martínez Palomo, y la respuesta a su discurso por el colegiado Juan Villoro.