Cultura

Editoriales universitarias, guardianas del conocimiento y garantes de su difusión: René Muiños Gual

René Muiños Gual resultó ganador del Reconocimiento “Rubén Bonifaz Nuño” a la Trayectoria Editorial Universitaria, otorgado por la UNAM

El expresidente Luis Alberto Monge lee un libro.
René Muiños Gual recibirá el Reconocimiento “Rubén Bonifaz Nuño” a la Trayectoria Editorial Universitaria, otorgado por la Filuni. René Muiños Gual recibirá el Reconocimiento “Rubén Bonifaz Nuño” a la Trayectoria Editorial Universitaria, otorgado por la Filuni. (Gaceta UNAM)

Las editoriales universitarias son las generadoras del pensamiento nacional, sin sus publicaciones el conocimiento no se puede trasladar ni conservar, se esfumaría en los aires, expresa en entrevista René Muiños Gual, ganador del Reconocimiento “Rubén Bonifaz Nuño” a la Trayectoria Editorial Universitaria, otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El editor recibirá la distinción el martes 27 de agosto a las 10:00 horas durante la ceremonia de inauguración de la VI Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni).

De origen cubano (Santiago de Cuba, 1949) y residente en Costa Rica, Muiños Gual dirigió la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (Euned) durante dos décadas, convirtiéndola en la principal editorial universitaria de Centroamérica y pionera en la producción de libros electrónicos.

“No me esperaba este reconocimiento, la noticia me sorprendió, ha sido una de las mayores alegrías que he tenido en mi vida profesional y es importante no por mi persona sino porque esto ayuda a estimular una labor oculta, que no siempre se le da la importancia en el espacio universitario: el trabajo del editor y la edición universitaria”, destaca.

En palabras del premiado, los editores universitarios son los que han luchado desde siempre por atesorar el conocimiento para que llegue a los lectores y a las bibliotecas, ahí otras personas podrán seguir la trazabilidad del conocimiento.

“Desde muy temprano, las editoriales latinoamericanas se han dedicado a ser una especie de mecenas de los autores y sobre todo los jóvenes que no siempre tienen espacio para publicar porque no son conocidos”, afirma.

Muiños Gual añade que la edición universitaria se diferencia de la comercial, sin afán del sentido peyorativo, en que el nivel de las ventas del libro no es determinante para la toma de decisiones.

“Si así fuera, mucho pensamiento científico, sociológico e histórico no se publicaría, dentro de ese panorama, el estímulo a la edición universitaria es de cierta forma el estímulo a la creación de conocimiento en las universidades y la preservación del mismo. Si esas editoriales son fuertes, habrá más libros del pensamiento nacional”, externa.

¿Las universidades también tienen la vocación de rescatar obras del pasado?

Sí, poner al día el conocimiento de la creación que está dormida en nuestra cultura, por ejemplo, hablando de la experiencia editorial universitaria que me tocó coordinar durante 20 años, tenemos una colección emblemática que se llama “Vieja y nueva literatura costarricense”.

Esa colección pretende, junto con autores nuevos que van emergiendo, rescatar a los escritores de la historia de la literatura costarricense desde el siglo XIX hasta la fecha. La colección ha alcanzado una impresionante cantidad de casi 200 títulos que se han ido actualizando.

¿Es un defensor del libro digital?

La mayoría de las editoriales centroamericanas tienen una producción que no llega a 50 títulos por año. Siempre he sido un defensor del libro digital por varias razones, la primera es el costo porque un ejemplar es caro, requiere tecnología costosa y eso pone en dificultad a universidades pequeñas y medianas.

Solamente las grandes universidades que cuentan con muchos recursos privados o públicos pueden darse el lujo de tener una editorial que produzca libros impresos en los talleres universitarios o fuera de ellos, que tengan libros en suficientes cantidades para que circulen en los mercados.

La otra razón es la circulación del libro, agrega Muiños Gual. “El libro digital no tiene fronteras, no hay que pagar fletes, además de que en algunos casos hay aranceles aduanales. El libro digital tiene la virtud que se puede ver online, pero si se quiere imprimir, se hace bajo demanda”, indica.

¿Usted implementó ese sistema?

En la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia desarrollamos las dos modalidades del libro digital: sólo para ver en línea e impreso bajo demanda. Digamos, un libro de texto, lo digital da la posibilidad de hacer la producción para una cantidad de alumnos sin que el unitario vaya a cambiar a diferencia de la impresión convencional, mientras más libros son, bajan los costos unitarios.

En México un país con una población extraordinaria, una edición de mil ejemplares de un libro que puede volar en unas pocas horas, sin embargo, en nuestro país mil ejemplares de una novela nacional puede que tarde años en agotarse.

¿Qué mañas de la edición no lo abandonan?

Estoy jubilado, tengo 75 años, y nunca dejó de escribir, además amigos me piden opiniones de sus libros y termino leyendo críticamente todo.

Actualmente realizo una investigación, por mi propia voluntad (porque el editor no siempre hace las cosas por su voluntad, hace lo que quieren los jefes y no lo que se necesita), en este caso, es sobre la narrativa cubana de los últimos 30 años.

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