Cultura

Eduardo Matos ingresa a la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras

El Premio Crónica ofrece su discurso de ingreso “Historia y arqueología en Mesoamérica”

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Eduardo Matos Moctezuma en la ceremonia de ingreso a la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras.

Eduardo Matos Moctezuma en la ceremonia de ingreso a la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras.

Un recorrido por las obras escritas que dejaron intelectuales, investigadores, exploradores y artistas interesados en la vida prehispánica de Mesoamérica fue el eje del discurso que ofreció la tarde del jueves Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940), Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales 2022, con motivo de su ingreso a la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras, correspondiente de la Real Española.

La lectura del discurso “Historia y arqueología en Mesoamérica” fue respondido por Manuel Ramos Medina y al término, le fue entregado el diploma y la imposición de la venera académica.

“Los arqueólogos que nos dedicamos a la arqueología al momento cercano al contacto de los españoles tenemos que acudir a dos ramas del conocimiento: a las fuentes escritas (siglo XVI, XVII…) y a la arqueología, cosa que no ocurre con mis colegas arqueólogos que se dedican a épocas mucho más tempranas, prehistoria o al clásico, porque en ese momento no existía documentación escrita, en ocasiones ni siquiera pictográfica”, expresó Matos Moctezuma.

El investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) destacó la información que ofrecen las crónicas, las cuáles pueden clasificarse en cuatro grupos. El primer grupo serían los soldados cronistas.

“Ellos perseguían sus propios fines, por ejemplo, contamos con las ‘Cartas de Relación’ de Hernán Cortés y con ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’ de Bernal Díaz del Castillo. Hay otros como Andrés de Tapia y fueron soldados que buscaban lograr ciertas prebendas y privilegios a través de sus propias hazañas a favor de la Corona, ellos tenían esa misión”, dijo.

Otro grupo es de cronistas frailes evangelizadores en el que Matos Moctezuma destacó a Fray Bernardino de Sahagún.

“Son fuente de información obligada para conocer y penetrar en el mundo mexica. En el prólogo de su obra nos advierte que escribe para que los frailes conozcan una serie de costumbres, ceremonias y vida cotidiana de los mexicas para que no fueran llevados a engaños por los indígenas, para que los conocieran bien y no fueran a hacer actos idolátricos aparentando actos cristianos”, expresó.

Otros cronistas que mencionó el arqueólogo fueron: Fray Diego Duran y su Historia de las Indias de la Nueva España e islas de tierra firme y mares, y a Fray Diego de Landa y su Relación de las cosas de Yucatán.

Los otros grupos de cronistas son los civiles como Diego Muñoz Camargo y los de origen indígena como Hernando de Alvarado Tezozómoc.

“Todo esto da un corpus maravilloso para penetrar mucho en el pensamiento indígena”, comentó Matos y enfatizó en la importancia de esos documentos en la historia de la arqueología.

El investigador resaltó la labor de Carlos de Sigüenza y Góngora, contemporáneo y amigo de la poeta Sor Juana Inés de la Cruz.

“Fue un hombre de una inquietud enorme y jugará un papel importante cuando se incendia el edificio del Ayuntamiento porque entra y salva documentos arriesgando su vida. Algo muy interesante es que se le encarga que haga es el arco triunfal porque va a entrar a la capital uno de los virreyes”, narró.

La tradición de los arcos triunfales es que se retomaban dioses y aspectos de la mitología clásica, pero Carlos de Sigüenza acudió a los gobernantes mexicas y aunque le llamaron la atención para que la Inquisición no lo castigara, “se salió con las suyas”.

“E invita por primera vez a una mujer a hacer otro arco, a Sor Juana Inés de la Cruz, la monja jerónima va a hacer su arco en una de las entradas ponientes de la Catedral. Otro dato es que Carlos de Sigüenza va a Teotihuacán en donde pretende realizar alguna excavación pero el hecho es que encuentra puras piedras y ya no continuó”, dijo.

El arqueólogo mencionó a otros personajes que dedicaron libros al pasado de México, como Francisco Xavier Clavijero y Alexander von Humboldt, y a quienes empezaron a difundir hallazgos arqueológicos es el caso de Antonio de Alzate, creador de la "Gazeta de México" y en donde el 12 julio de 1785 se informó sobre el descubrimiento de la Pirámide de los Nichos de Tajín, Veracruz.

Matos Moctezuma también se refirió a viajeros que comenzaron a hacer registro visual de los vestigios arqueológicos, principalmente en el área maya, con la toma de fotografías, es el caso de Stephens, Catherwood, Charnay y Adela Bretón.

También mencionó que en los primeros años del siglo XX, se creó la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americana, de la cual el ex presidente Porfirio Díaz inauguró algunas clases y su primer director fue el antropólogo Eduard Seler, el mismo investigador que organizó el XVII Congreso Internacional de Americanistas.

El arqueólogo apuntó que algunos alumnos destacables de esa escuela fueron Isabel Ramírez Castañeda y Manuel Gamio. “Gamio es el primero que hace un trabajo integral, llama a que colaboren con él geógrafos, arquitectos, una serie de especialistas para estudiar el Valle de Teotihuacán”.

Matos Moctezuma también recordó que hace un siglo se publicó una obra de Manuel Gamio, ‘La población del Valle de Teotihuacán’.

Para mediados del siglo XX destacó las presencias de Enrique Juan Palacio, Wilfrido Du Solier, Gordon Childe, Pedro Armillas, Jorge Acosta, Pablo Martínez del río, Robert H Barlow e Ignacio Marquina.

“Y llegamos al Proyecto Templo Mayor y el hallazgo de este monumento que para el mexica significaba el centro del universo, ahí vemos esa figura que dio comienzo al proyecto: la diosa lunar Coyolxauhqui”, dijo.

El también Premio Crónica narró que el hallazgo de este monolito marcó un parteaguas en el estudio de la cultura mexica porque ocasionó que el plan original del INAH para crear el Museo de Tenochtitlan se transformara en el Proyecto Templo Mayor, gracias al cual se llevó a cabo la exploración del edificio principal de los mexicas, así como de otras importantes estructuras que componían el centro ceremonial de Tenochtitlan, conocido como el Recinto Sagrado.

Por último, Matos Moctezuma mencionó como grandes aportadores a la arqueología e historia a Beatriz de la Fuente, Johanna Broda, David Carrasco, Elizabeth Boone y Miguel León-Portilla.