Cultura

Encrucijada: Mujeres en el butoh

La pieza dancística conformada por cuatro artistas de diferentes nacionalidades, se presentó en el Museo Universitario del Chopo · “La complicidad que hay entre nosotras es muy honda”

de teatro y otros convivios

La pieza se conformó por Makiko Tominaga (Japón), Rhea Volij (Argentina), Natalia Cuéllar (Chile) y Eugenia Vargas (México).

La pieza se conformó por Makiko Tominaga (Japón), Rhea Volij (Argentina), Natalia Cuéllar (Chile) y Eugenia Vargas (México).

Juan Espinosa

Cuatro de las más importantes precursoras del butoh en América Latina danzaron juntas por primera vez, en la propuesta escénica Encrucijada. La pieza es hipnótica y sensiblemente transgresora.

Makiko Tominaga (Japón), Rhea Volij (Argentina), Natalia Cuéllar (Chile) y Eugenia Vargas (México), convocadas por ésta última, convivieron en profunda intimidad durante una semana, en medio de la fauna y la flora del bosque. Ahí se condensó el trabajo de décadas que han tejido juntas como creadoras activas de este género ecléctico y de origen japonés, que integra la danza, el teatro, la performance y todas las manifestaciones escénicas que permitan la libertad creadora de sus autoras (es).

“La complicidad que hay entre nosotras es muy honda”, expresaron en entrevista las intérpretes; y eso se siente entre quienes espectamos. Las cuerpas hábiles y narrativas de estas cuatro mujeres, cuentan historias ancestrales y actuales, con las que nos identificamos todas.

Una de las referencias visuales de los creadores del butoh, fueron los cuerpos moribundos que se arrastraban entre los escombros tras la detonación de la bomba nuclear de Hiroshima. En su particular esencia, Encrucijada recupera nuestra memoria: las mujeres encerradas, apedreadas y quemadas que renacen, se transforman, construyen y resignifican juntas.

Sororidad y transformación

Brenda Contreras Paredes
Hay una escena específica que evoca la sororidad tan difundida por el movimiento de mujeres: una de las cuatro, al frente, se transforma mientras el resto, atrás y juntas, la sostienen con sus propias transformaciones.

El trabajo de las artistas es, en su totalidad, sólido y bien sostenido, en total concentración logran una obra intensa con una gran densidad narrativa. Contraponen tensión y relajación, y, cual brujas, olvidan las limitaciones del cuerpo y consiguen convertirse en la fauna, agua, fuego y madre árbol, de un bosque encantado que promete seguir expandiéndose geográfica y emocionalmente, como lo hicieron aquella noche en Encrucijada. 

*@andantaymala

ENCRUCIJADA: MUJERES EN EL BUTOH.

Dirección: Eugenia Vargas

Integran la pieza: Makiko Tominaga (Japón), Rhea Volij (Argentina), Natalia Cuéllar (Chile) y Eugenia Vargas (México).

COORDENADAS

Se presentó como única ocasión el pasado sábado 27 de agosto en el Museo Universitario del Chopo, se planea llevar a Chile y Argentina.