
Frente a las cosas que no entendemos, como la muerte, las personas necesitamos "ciertos rituales o narrativas para darles sentido y cuando nos quitan esa posibilidad parece que el ser humano está desolado frente a la nada”, observa el periodista peruano Joseph Zárate.
En noviembre, Joseph publicó el libro de crónicas “Algo nuestro sobre la tierra”, en Lima, Perú, en el que cuenta su experiencia acompañando a un grupo de hombres y mujeres encargados de realizar el trabajo funerario para las víctimas del covid19, entre 2020 y 2021.
Para Joseph, la narrativa es algo que da orden a la vida y el periodismo narrativo es un trabajo intelectual que obliga a reflexionar la información y cómo contarla: ¿qué historia quieres contar? ¿Cómo lo harás y qué ideas contiene eso que estás contando? Son algunas de las preguntas que se hace recurrentemente sobre su propio trabajo.
“Lo que escribo no es para que te entretengas, lo pienso como ejercicio de perturbación, para que no salgas ileso. Lo intento, hago todo lo que puedo. A veces me sale por partes, a veces no. Yo creo que el periodismo es eso también, no es solamente informar y contar la historia”.
¿El periodismo es uno de esos rituales o narrativas que pueden dar sentido a las cosas que no comprendemos, como la muerte?
-“Tal vez, tal vez, no lo sé”.
ENTREVISTA.
“Somos colegas”, me dice Joseph al iniciar la conversación. Efecto inmediato, estamos en confianza, pero no tanta como para preguntarle si está de luto o sólo le gusta vestirse completamente de negro.
“Sí, la vida es una mierda, todos vamos a morir… pero no todo es una mierda, en realidad. Hay pequeños chispazos de luz que me parece importante rescatar porque, si no, la vida y la lectura de libros sería insoportable. Y no es que yo los invente, existen, están ahí”, subraya respecto de la perspectiva que procura tener como reportero.
Joseph Zárate es un convencido de que la vida no sólo tiene muchas gamas de grises, sino de colores de todo tipo y busca constantemente capturar eso en sus textos.
Indica que una de sus intenciones principales al escribir este libro era dar cuenta de cómo, a pesar de la podredumbre que apareció en la pandemia, también existieron gestos hermosos.
“A pesar de autoridades mezquinas que criminalizaban a las personas más humildes o que visitaran ciertos distritos porque pensaban que traían el virus, a pesar de empresarios del oxígeno que elevaban por encima de lo normal el precio de ese recurso para salvar vidas, de presidentes que se vacunan en secreto, de clínicas que elevaban costos de medicinas al 100% o 200%; a pesar de todo eso se mantenían gestos humanos de solidaridad”.
“Por supuesto fue un infierno, algo devastador para todos, pero dentro de todo había flores entre las grietas. Había y creo que el periodismo también tiene que señalar eso”, insiste.
¿Cómo te proteges tú y a tu perspectiva objetiva de primera persona al nadar en toda esa podredumbre?
-“Pucha, qué difícil. La verdad no lo sé muy bien. Lo que pasa es que para mí la escritura de este tipo de historias es un proceso casi físico. En un libro como éste hay que estar muy consciente de la administración de las emociones a lo largo de la lectura. Entonces hay momentos en que estoy escribiendo, donde yo mismo me siento conmovido, como pesado, y me digo que tengo que salir, entonces busco algo luminoso y luego me zambullo otra vez. Salgo a respirar y luego me vuelvo a meter, yo mismo lo hago, no es por el lector. Al menos es mi manera de escribir, hay colegas con otra personalidad que escriben de otra manera”.
ALGO NUESTRO SOBRE LA TIERRA.
El libro se conforma por cuatro crónicas cuyos ejes rectores son el trabajo, el amor y la muerte: “Las cenizas [abril-mayo, 2020]”, “Voces de la última línea [abril-mayo, 2021]”, “Ataúdes y adioses [junio-julio, 2020]”, y “Réquiem del Padre Chamo [junio 2021]”, que parece lanzar una propuesta periodística-poética.
“Tienen que ver con cómo nos ganamos la vida, cómo nos relacionamos y cómo dejamos este mundo”, explica el autor.
Joseph recorrió casas, calles, hospitales, agencias funerarias y crematorias junto a las personas de la “última línea de resistencia” contra el azote del virus, quienes hicieron posible el viaje final de los muertos en medio de un escenario de miedo e incertidumbre.
Entre las páginas en las que recuenta todo esto surge un Perú que caracteriza las situaciones de muchos países latinoamericanos devastados por la peste y el abandono de sus instituciones.
En opinión del autor, las crónicas permiten vislumbrar el paisaje de otra manera y hacer notar que existen ideas falsas en el imaginario pandémico. Por ejemplo, la falsa noción de que el covid19 era un virus democratizador que tocaba a todos por igual.
“La crónica muestra que no es así. El texto intenta decirte que los que más engrosaban la lista de muertos eran las personas que menos tenían: que no tenían seguro de salud o dinero suficiente para pagar medicinas o para quedarse en casa o para comprar oxígeno”.
“Aunque los temas son urgentes y duros de leer intento no hacer necroperiodismo, sino entender cómo este acontecimiento atraviesa nuestras emociones y mirada del mundo”, continúa.
En cuanto a los resultados de esta reflexión, el periodista destaca la necesidad de crítica y de seguir pensando con profundidad aspectos como el discurso gubernamental, que en muchos países funcionó a partir de un imaginario bélico.
“Primera línea de defensa” para referirse a las y los médicos, entre otras expresiones que presentaban la pandemia como una guerra son ejemplos de dicha estrategia política.
“O pensar que nos enfrentamos a un ‘enemigo invisible’: la guerra contra el virus. Si lo piensas a fondo, utilizar esa metáfora bélica es peligroso porque al decir que estamos en guerra generas enemigos en los cuerpos enfermos, generas que ciertas poblaciones sean consideradas peligrosas, como el enemigo. Es una manera perversa de manejar la política porque el virus no es un extraterrestre, sino causado por la civilización humana que está destruyendo ecosistemas y el planeta, ocasionando que enfermedades raras pasen de animales a humanos. Este libro intenta discutir y reflexionar todo eso a través de las historias”, agrega Joseph.
EL AUTOR
Joseph Zárate nació en Lima, Perú, en 1986. Ganó el Premio Nacional de Periodismo 2020 por sus reportajes sobre el trabajo funerario en la pandemia, incluidos en “Algo nuestro sobre la tierra”.
Anteriormente, ha publicado “Guerras del interior” (2018) y recibido reconocimientos como el Premio Gabriel García Márquez 2018 en la categoría Texto; y el Premio Ortega y Gasset en 2016 a Mejor Historia o Investigación Periodística.
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