Desde agosto pasado, la escultura “La faena”, de Flora Goldberg, se exhibe de manera permanente en el Centro Regional de Cultura de Texcoco Casa del Constituyente y de esta obra la autora dice que fue un reto muy importante en su carrera “porque este tema de la tauromaquia se sale de lo que había creado a la fecha”.
En entrevista, la escultora y pintora cuenta que esta obra de formato grande -mide más de tres metros de largo por uno de alto- se tardó más de tres años en terminarla, no sólo por su tamaño, sino porque es un tema al que no estaba asociada. “Es más, sólo una vez en mi vida estuve en una corrida de toros”.
“La historia de la pieza comienza cuando me traen, en el 2012, un tronco gigante de nogal. No soy amante de la tauromaquia, pero cuando una de las partes que terminaba en punta me pareció un capote en movimiento y tras mucho trabajo para hacer la escultura, hubo un resultado impresionante”.
¿Muestra el movimiento del capote al dar un pase?
En este momento que se critica mucho a la tauromaquia, es bueno decir que lo que busqué es mostrar lo que hicieron los grandes toreros que hubo. No conozco mucho de esta actividad, pero lo que me gusta de la faena, es que parece una danza entre el torero y el toro.
Pero la parte en que se va a matar al toro, eso no lo entiendo. Porqué pasa, no deberían hacerlo. Es la parte que no me gusta.
La escultura también muestra esa valentía del torero, el baile con el toro, y ese movimiento que realiza con el capote para dar los pases.
Y una de las cosas que me dijeron en la inauguración, es que mi capote hasta parece que se mueve.
SILVERIO PÉREZ
En la apertura de la exhibición de “La faena”, estuvo Consuelo Pérez, hija del matador Silverio Pérez, el famoso torero, al igual que su hermano Carmelo, quien también era torero, y ellos eran de Texcoco.
En el evento, Consuelo le platicó que “ojalá mi papá hubiera conocido esa pieza, porque realmente pone en alto a la faena”
Y además le dijo a Flora, que a la gente que le gusta la tauromaquia. Sí, le va a encantar mucho, porque es impresionante.
HISTORIA
Flora Goldberg recuerda que el trabajo para realizar esta escultura fue un reto. “Se sale mucho del tema o de los temas que he tocado en esculturas y pinturas. Pero también esta pieza ha sufrido mucho, porque cuando la transportaron al Museo Bicentenario Mexiquense, se partió en
en 18 pedazos.
El problema, cuenta la artista, es que fue una mala transportación. “Si me pidieron una caja para llevarla, pero se supone que tendría que haber estado completamente bien apretada para que no se moviera. Pero resulta que no fue así y llegó en pedazos.
Entonces, el maestro que me ayuda, Fernando Pérez, y el señor Jorge Rojas, que trabajaba en el museo se pusieron a restaurar la pieza. Ya estaba bien, pero tiempo después unos muchachos que fueron al museo se subieron en el toro y le rompieron la cola.
Entonces, agrega Flora Goldberg, a la escultura se la llevaron a la bodega, según para iniciar los trabajos de restauración, sin embargo, se quedó ahí por tres años.
Entonces, cuando llegaron los nuevos directivos del museo, el señor Jorge Rojas les comentó que estaba la pieza en la bodega, se las mostró y se hicieron los contactos con las autoridades del Museo del Constituyente de Texcoco, y decidieron exponer allí la pieza.
Ahora está en exhibición indefinida, ya no estará guardada en una bodega, aunque la pieza es de mí propiedad, porque sólo está prestada, termina Flora Goldberg.

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