Cultura

Gonzalo Celorio: Termina el peregrinaje de la AML con el retorno a su casa en el Centro Histórico

Este jueves a las 17: 00 horas tendremos una sesión plenaria y después habrá una recepción, añade el director de la Academia Mexicana de la Lengua

El escritor mexicano Carlos Fuentes en su biblioteca personal
Desde el año 2000, salieron de la sede en Donceles para Liverpool en la Juárez, y luego a Coyoacán, donde no se pudo instalar , cuenta Gonzalo Celorio. Desde el año 2000, salieron de la sede en Donceles para Liverpool en la Juárez, y luego a Coyoacán, donde no se pudo instalar , cuenta Gonzalo Celorio. (La Crónica de Hoy)

Después de peregrinar por lo largo de la Ciudad de México, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) regresa a su sede histórica, en Donceles 66: “es el retorno a casa”, asegura el titular de la institución, Gonzalo Celorio.

A partir de este jueves 22 de febrero, el edificio del siglo XVIII donde, al igual que Gonzalo Celorio, grandes académicos como Alfonso Reyes o Agustín Yáñez pronunciaron sus discursos de ingreso a la AML reabrirá sus puertas. Tras ellas, ahora se resguarda la biblioteca de la institución, con 55 mil títulos y un espacio bajo un techo de cristal para celebrar reuniones.

“Pasado mañana a las 17: 00 horas tendremos una sesión plenaria a puerta cerrada, pero a las 19: 00 horas están invitadas muchas personas en representación de instituciones con las que la AML tiene relaciones estrechas y está convocada la prensa también”, detalla Celorio en entrevista

El escritor y crítico literario gestionó este retorno a la sede histórica de la AML y resolvió la polémica de litigio de siete años entre la Academia y la editorial Jus, que culminó con el anuncio de un acuerdo entre ambas partes, en 2020, para desalojar el edificio, remodelar y devolverlo a sus funciones académicas.

Se esperaba que ese mismo año pudieran volver a la sede de Donceles, por lo que la AML finiquitó la renta del recinto donde se encontraban instalados y anunciaron que a finales del año regresarían a casa. Sin embargo, durante la pandemia decidieron prudente trabajar “telemáticamente”, según describe Gonzalo Celorio, por lo que ese ha sido el modus operandi desde entonces.

“Hubiéramos podido trabajar en condiciones precarias, ahora ya estamos en condiciones óptimas”, opina y agrega que todos los académicos han confirmado su asistencia para la reinauguración.

EL CAMINO A CASA

El peregrinaje de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) comenzó en el 2000. De acuerdo con su actual titular, la sede de Donceles había sido adquirida en 1956, “en buena medida gracias al patrocinio del entonces presidente Miguel Alemán. Y estuvimos trabajando en esa sede casi medio siglo, hasta el año 2000”.

Para ese entonces, la sede de Donceles presentaba algunos problemas de desplazamiento. “Era ya muy lejana para muchos de los académicos que tenían – ahora yo me cuento entre ellos- una edad considerable y les resultaba costoso a su edad trasladarse al centro de la ciudad”, relata Gonzalo Celorio.

Por ello, entre posiblemente otras razones, al recibir la oferta de una sede en Liverpool 76, Colonia Juárez, la AML se mudó y la sede histórica se rentó a Editorial Jus. Unos años después, se vieron obligados a dejar el recinto de la Juárez.

Estuvieron en la Calle Esparza de la colonia Bucareli y después se cambiaron a Iztaccíhuatl en la colonia Guadalupe Inn. Posteriormente, la AML intentó crear una gran sede en Jaime Labastida y Francisco Sosa, en Coyoacán, pero no se consiguieron en esa administración las condiciones de construcción necesarias.

“Este terreno sigue siendo propiedad de la Academia, pero hay muchas dificultades para la construcción de aquella sede: no podemos construir ahí porque no hay recursos y no lo podemos vender porque hay vestigios arqueológicos y porque el uso de suelo determina específicamente que ese predio está destinado a la construcción de la sede de la AML”, sintetiza Celorio.

Ante esas limitaciones, se sintió “compelido” a rescatar aquella sede histórica. Ahora que vuelven a ella, el académico considera que la incorporación del trabajo remoto, como ha sido el esquema de la AML desde el inicio de la pandemia, permite solucionar el problema original, que los llevó a buscar una mejor ubicación.

“Si lo hiciéramos de manera permanente como en los viejos tiempos -que ya son los tiempos de finales del siglo pasado- a lo mejor sí sería complicado para algunos académicos, pero yo creo que cuando es algo más o menos ocasional para sesiones importantes habrá realmente mucha incluso alegría y entusiasmo de reunirnos de manera presencial”, considera Gonzalo Celorio.

¿En qué consiste esta primera etapa en la remodelación de la sede histórica?

Gracias el apoyo de las fundaciones Kaluz y Magdalena Ruiz del Valle se hizo la remodelación de la Planta Baja, donde se reúnen los ejemplares de la Biblioteca Alberto María Carreño.

“Durante estos años, pues ha estado dispersa, embodegada, dividida y ahora la hemos podido reunir; así como un gran salón de plenos que vamos a reinaugurar pasado mañana”, según informa el titular de la Academia.

Desde su perspectiva, la planta superior no está “tan castigada” y en una segunda etapa se podría llevar a cabo la remodelación del auditorio. “No nos preocupa tanto porque el patio de la planta baja tiene un domo para llevar a cabo actividades bajo techo y podemos habilitarlo como auditorio en algún momento”.

Asimismo, Gonzalo Celorio adelanta que en agosto se abrirá la matrícula para la primera generación de Maestría en Lexicografía, informática y diseño editorial, en concordancia con la Universidad de Guadalajara.

“La primera generación actuará de una manera fundamentalmente telemática, pero vamos a poder después alternar un semestre en México y otros semestres en Guadalajara”.

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