Cultura

Ian McEwan: "Estamos en una gran recesión de la libertad de expresión"

El escritor presenta su novela "Lecciones", que narra la vida de  Roland Baines  y su quehacer cotidiano en un entorno geopolítico turbulento

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El tema del cambio climático será un tema material brutal y metafísico, dice Ian McEwan.

El tema del cambio climático será un tema material brutal y metafísico, dice Ian McEwan.

EFE

“Aunque no leas periódicos, aunque no sigas los acontecimientos públicos diarios, la historia marca tu sentimiento de optimismo o pesimismo, viene definido por cómo te empujan o impactan esos acontecimientos”, comentó en conferencia de prensa el escritor Ian McEwan (Reino Unido, 1948) a propósito de reciente novela titulada Lecciones.

Esta obra narra la vida de Roland Baines que, tras el abandono de su esposa, Alissa, reflexiona sobre lo que ha sido su vida, la cual está marcada por la crisis de Suez, los misiles de Cuba, la caída del Muro de Berlín, Chernóbil, el Brexit y la pandemia.

“La novela empezó con una visión general de todas las crisis políticas, de todos los hitos a nivel mundial que habían tenido algún tipo de impacto en mi vida, empezando por la crisis del canal de Suez hasta la caída del Muro de Berlín, la pandemia y el asalto al capitolio”, dijo el escritor.

Después pensó que su personaje principal tendría conexiones con él, con su vida. “Concretamente con la vida de mi familia y de mis padres, pero el personaje sería completamente distinto, su vida avanzaría en otra dirección, por tanto, le di un poco mis respuestas a cualquier situación. En cierto modo, Roland Baines es el tipo de persona que yo pude haber sido si no hubiera descubierto la escritura”.

Esta novela editada por Anagrama es una historia de guerra y no únicamente una historia personal, agregó McEwan.

“Es la intersección de la Segunda Guerra Mundial en vidas privadas, es lo clave, cómo esos acontecimientos mayúsculos tienen la capacidad de entrar en nuestras vidas personales, en niveles tan íntimos y cómo no sólo es una cuestión de soldados, también de los niños y niñas que tienen vidas rotas por esos hechos”, destacó.

El trauma de la guerra en Inglaterra y en Europa provocó que centenares de miles de infancias empezaran una nueva vida.

La novela.

La novela.

“Hoy, sus vidas se han visto absolutamente alteradas por la guerra en Ucrania, la guerra es una máquina brutal para entrar también en muchas vidas privadas. Además, la literatura es una de las maquinarias más bellas que hemos inventado para investigar la vida privada y su relación con la sociedad en el sentido más amplio”, indicó.

Para el autor, un acontecimiento que lo marcó fue la crisis del Canal de Suez ya que, en ese instante, a sus ocho años, conoció la libertad.

“El autobús que me llevaba a casa se pasó la parada y me llevó a una base del ejército, entendí que se había nacionalizado el Canal de Suez y que había una ansiedad entre las autoridades británicas por las familias en el norte de África, yo estaba viviendo en Libia, las familias civiles estaban en peligro por el nacionalismo egipcio que estaba surgiendo y que podía afectar a Libia”, narró.

Alguien lejos en Londres decidió que toda la familia de los militares tenía que ir a un campo militar bajo su protección, añadió.

“Cuando eso sucedió, mi madre por casualidad estaba en Inglaterra y mi padre estaba bastante ocupado como soldado defendiendo la base, entonces durante diez días estuve con mis compañeros de clase y pasé los momentos más mágicos de mi infancia, me la pasaba bomba, feliz, libre, hablaba con otros soldados, veía armas que me parecían increíbles, a lado de máquinas y tanques, subíamos, escalábamos, jugábamos a ser sargentos y los oficiales nos paseaban con motos súper potentes”, dijo.

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Eso le permitió a McEwan “saborear la libertad” de una manera que nunca lo abandonó.

“La crisis del Suez fue un elemento muy poderoso que me empujó a ser escritor porque sólo me podía imaginar libre como escritor y hasta hoy me siento muy privilegiado, sigo teniendo esa sensación de tener la vida más libre que podía haber tenido”, afirmó.

El escritor también se definió escéptico respecto a quienes intentan frenar los límites de la imaginación de otras personas.

“Se está desdibujando y desapareciendo la libertad de expresión de muchos estados, estamos en una gran recesión en la libertad de expresión y es doloroso ver esto en las universidades, en los campus, en el debate público. Los que vivimos todavía y que nos podemos considerar libres también tenemos cortada parte de nuestra imaginación porque no queremos molestar a los demás”, señaló.

Sin embargo, la mirada hacia el pasado en el futuro será una medición de lo hecho por la humanidad.

“Que la gente se pregunte: ¿mis hijos y nietos van a tener una vida mejor que la mía? Lamento decir que no puedo dar una respuesta optimista, creo que el tema del cambio climático será un tema material, brutal y metafísico también para todos nosotros. Si no puedes estar seguro sobre la naturaleza de tu futuro, pienso que entonces tienes un sentido profundo de un universo moralmente alterado y trasfigurado”, expresó.