Cultura

Juan Pablo Villalobos: "En la frivolidad y la ligereza hay profundidad"

Presenta su novela "Peluquería y letras", una historia que puede verse como un manual de instrucciones sobre la forma de escribir sus libros

El escritor Mario Vargas Llosa
Juan Pablo Villalobos. Juan Pablo Villalobos. (El escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, presenta su última novela "Peluquería y letras"./EFE)

Mexicano y residente en Barcelona desde 2003, Juan Pablo Villalobos vuelve a las librerías el próximo miércoles día 9 con la muy breve "Peluquería y letras", una novela feliz con la que quiere dejar claro que "en la frivolidad y la ligereza también hay profundidad".

Acompañado por la editora de Anagrama, Silvia Sesé, Villalobos ha comentado que esta historia, tamizada desde la primera línea por su particular sentido del humor y que puede verse, asimismo, como un manual de instrucciones sobre la forma de escribir sus libros, es una novela "que no estaba prevista".

Andaba él escribiendo sobre la utopía y la felicidad y, entre sus manos, tenía un libro más largo, con varios narradores y situaciones, pero "era muy barroco y acabé separando la parte que no encajaba, esta novela", cuyo primer manuscrito envió a su editora, en pleno proceso de escritura, para hacerlo "más colectivo", algo que nunca había hecho antes.

Protagonizado por alguien muy parecido a él, su esposa brasileña, sus dos hijos -un adolescente y una niña- y con situaciones hilarantes en una peluquería y por la peripecia que surge entre el escritor y un vigilante ecuatoriano, el libro empieza como acaban muchas novelas, con una familia feliz, que comía tacos, butifarra y feijoada.

Villalobos, ganador en 2016 del Premio Anagrama de Novela, ha confesado que ha tenido la intención, "un tanto inocente, de explorar la felicidad en la propia escritura, que sea una escritura feliz, ligera, que se lea con alegría, sin uno darse cuenta".

El novelista ha señalado que nunca ha estado de acuerdo con la noción de lo profundo y ha agregado que "en la frivolidad y la ligereza también hay profundidad, cosas que decir. Además, la exploración de la felicidad no es nada inocente, es ver quién cuenta la felicidad y por qué se cuenta la felicidad".

Citando a Hegel, ha señalado que cuando un héroe conquista a su doncella "se termina la aventura, porque no queremos ver luego al héroe en zapatillas, y entra el espíritu conservador".

A su juicio, este espíritu "es enemigo de la escritura, creerse el propio prestigio personal, el poder que uno ha adquirido como escritor. La buena literatura supone automarginarse permanentemente, desplazarse de la situación de privilegio a otra. No repetir fórmulas que hasta ese momento han funcionado. De lo contrario, uno asume el discurso a la defensiva, quejándose de lo nuevo, de que nadie escribe bien, sintiendo una nostalgia por un mundo perdido que lo único que esconde es el miedo a perder la posición conquistada".

Historia que transcurre en Barcelona, aunque su México natal sigue estando presente, Villalobos ha argumentado que tanto la novela como el relato de la felicidad hasta ahora "eran el relato de la burguesía".

"A mí -ha continuado- me interesa mucho explorar, y aquí no hay nada de inocencia, hay una cuestión política, sobre a qué aspiramos, sobre por qué conquistamos cosas. ¿Para hacer luego, qué?", se ha preguntado.

Entiende el escritor que existe una posibilidad de "construir relatos alternativos, utopías domésticas, que pasan por la vida familiar, por las relaciones de pareja, de amistad, que pueden acabar transformando grandes relatos del mundo".

De lo contrario, ha precisado, "si todo se trata de fama, dinero, ejercicio de poder y de prestigio vamos a mantenernos permanentemente en estos correlatos asociados a la violencia".

En este punto, mirando a su país natal, se ha cuestionado: "¿Qué les estamos contando a los niños, a los adolescentes, sobre lo que es el éxito, el progreso y la felicidad? ¿En qué estamos fallando para que los chicos un día digan que da igual ser un sicario, trabajar para el narco o blanquear dinero, porque, al fin y al cabo, no hay alternativa?".

Sobre el humor, ha sostenido que es "un disolvente, corroe la importancia personal y el prestigio. Es una herramienta subversiva. Los tiranos temen al comediante porque la comedia revela la verdad" y en la literatura "tiene la capacidad de desvelar lo verdadero". 

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