Cultura

Linda Manzanilla: "Los reconocimientos no son sólo para mí, sino también para la colectividad que me acompaña"

Son un agradecimiento a las instituciones que me formaron, a mis maestros, a mis colaboradores en los proyectos interdisciplinarios y todo lo que me han enseñado mis discípulos y alumnos, añade la Premio Crónica

Linda Manzanilla (tercera de izq a der)  durante su homenaje que se realiza hasta el 5 de agosto en el Templo Mayor.

Linda Manzanilla (tercera de izq a der) durante su homenaje que se realiza hasta el 5 de agosto en el Templo Mayor.

Mitzy Alcalá.

Todos los reconocimientos que la arqueóloga Linda Manzanilla Naim ha recibido son para la colectividad y no sólo para su persona, son reconocimientos para las instituciones, para sus profesores, colaboradores y alumnos. Así lo comentó la investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM durante el homenaje que le rindieron sus discípulos en el Museo Templo Mayor.

“Es un agradecimiento a las instituciones que me formaron y todo lo que aprendí de mis maestros, en especial en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), es un agradecimiento a mis colaboradores en los proyectos interdisciplinarios y todo lo que me han enseñado mis discípulos y alumnos, quienes de alguna manera me han ayudado a crear toda una tradición en la arqueología mexicana”, dijo Manzanilla Naim, Premio Crónica.

El homenaje a la también miembro de El Colegio Nacional y de la National Academy of Sciences de Estados Unidos titulado “La arqueología como ciencia: formación y enseñanza con una mirada interdisciplinaria”, es organizado por los investigadores de Templo Mayor y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): Berenice Jiménez, Emiliano Melgar, Gabriela Mejía y Reyna Solís.

Este reconocimiento comprende conversatorios más -a realizarse hasta el 5 de agosto- sobre los proyectos de investigación impulsados por Manzanilla Naim y sobre las investigaciones donde sus alumnos siguen su metodología de trabajo.

La inauguración de este homenaje estuvo a cargo del arqueólogo y Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022, Eduardo Matos Moctezuma, quien se refirió a Manzanilla Naim como una investigadora ejemplar.

“Nada más justo que este reconocimiento a una investigadora que a lo largo de su vida ha actuado con rigor, entrega y pasión en su trabajo arqueológico, diversas publicaciones de la que es autora son testigo de ello”, expresó Matos Moctezuma.

Linda Manzanilla fue protagonista, desde sus aportes, al mejor conocimiento de las sociedades antiguas, pero algo que es necesario resaltar es su función como formadora de nuevas generaciones de arqueólogos, añadió.

“Nuevas generaciones que veían en su maestra una guía segura y un ejemplo cuyos pasos había que seguir”, indicó el también Premio Crónica.

Matos Moctezuma fue profesor de Manzanilla Naim cuando ella estudiaba en la ENAH por lo que destacó su dedicación.

“Querida Linda, fuiste alumna ejemplar de una generación que destacó de manera prominente, en alguna ocasión dije que quien fue buen alumno puede llegar a ser buen maestro, en tu persona esto cobra plena verdad. Debes sentirte orgullosa por tus aportes y también por haber inculcado en tus alumnos los principios que han regido tu vida académica, dijo.

Ejemplo del cariño de sus alumnos es el homenaje, añadió. “Evento donde tus alumnos y colegas reconocen en ti a la investigadora, a la maestra, a quien pueden acercarse con confianza para plantear dudas y recibir respuestas. Quien siembra bien, recoge frutos promisorios, ése es tu caso. Gracias, Linda”.

Matos Moctezuma resaltó la interdisciplina que Manzanilla Naim ha incorporado a sus investigaciones, por lo que recordó proyectos donde esta metodología ha dado grandes frutos.

“Hace un siglo se publicó la monumental obra de don Manuel Gamio, “La población del Valle de Teotihuacan”, en ella participaron un buen número de especialistas de diferentes ramas del conocimiento en una investigación inter y multidisciplinaria que tomó al Valle de Teotihuacan como ejemplo de la religión del centro de México (que comprendía los estados de México, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala) no tanto por sus características políticas sino por su contenido cultural”, recordó.

El resultado de ese trabajo se dio a conocer en tres tomos de una publicación en 1922, obra enviada a distintas universidades, museos e instituciones a nivel internacional, la cual tuvo más de cien opiniones de ser un ejemplo a seguir.

Matos Moctezuma recordó la creación de laboratorios en el Departamento de Prehistoria del INAH, mismos que eran para químicos, biólogos, geólogos y otros profesionales que lideró José Luis Lorenzo. Años después, el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, siguiendo la tradición multidisciplinar, estableció sus propios laboratorios.

“Muchos fueron los proyectos que contaron con la ayuda de los laboratorios para darle un sentido multidisciplinario a su quehacer, no puedo dejar de mencionar el Proyecto Templo Mayor que desde que se inició, en 1978, contó con la participación de diferentes especialistas”, expresó el arqueólogo.

Con ayuda de otras ciencias, la arqueología penetra en el pasado, añadió el investigador emérito del INAH.

“Penetra en el tiempo de los hombres y de los dioses, lo mismo descubre el palacio del poderoso que la casa del humilde, encuentra los utensilios del artesano y las obras creadas por los artistas, descubre la microscopía del grano de polen y con él la flora utilizada y el medio ambiente en que se dio, la fauna que le proporcionó alimentos y otros satisfactores, la presencia de sociedades complejas o comunales, las prácticas rituales de la vida y de la muerte”, afirmó.

TRAYECTORIA

Linda Rosa Manzanilla Naim, acompañada de sus compañeros del Departamento de Prehistoria del INAH, recordó su ingreso a la ENAH en 1970, cuando dicha escuela era referente de América Latina.

“Un lugar de excelencia, los grandes maestros que tuvimos en años generales dejó un sello no sólo de una formación antropológica sino histórica-social del pasado, del presente, del aspecto biológico y cultural. Esos dos años fueron básicos para dejar en nosotros un sello de globalidad en la antropología, no era una formación técnica, era una formación científica, de ciencias sociales, para ver desde un punto de vista más holístico la antropología”, expresó.

La arqueóloga comentó que trabajar en el Departamento de Prehistoria del INAH le permitió ver cómo biólogos, geólogos y químicos trabajaban el análisis de elementos que darían un entendimiento de las sociedades antiguas.

Por ejemplo, dijo, excavó casas y áreas abiertas de la aldea de Cuanalan y vio la participación de los laboratorios para analizar los olotes de maíz temprano, así como la fauna que usaba la gente del Formativo, datos que le sirvieron para hacer un vínculo con el Valle de Teotihuacan.

La arqueóloga recordó que en 1976 viajó a Turquía para estudiar el sitio Arslantepe y en 1978 estuvo en Egipto investigando la zona de Ma'adi. La científica mexicana, en 1983 ingresó a Antropológicas de la UNAM donde ha podido desarrollar varios proyectos interdisciplinarios, es el caso de Oztoyahualco, Estado de México; y Coba, Quintana Roo.

“De 1987 a 1996 hicimos la prospección geofísica de la parte norte del Valle de Teotihuacan para detectar túneles, cuatro de los cuales después excavamos extensivamente y la publicación de ese gran proyecto interdisciplinario se verá reflejado en una obra que espero salga a finales de este año o a inicios del próximo”, comentó.

Manzanilla Naim también habló de los trabajos en Teopancazco, centro de barrio de Teotihuacan, donde se realizaron estudios químicos de pisos, se analizaron 116 entierros para conocer su genética, su migración y una aproximación facial.

“El caso más difícil al cual me he enfrentado es excavar el palacio de Xalla, una zona muy saqueada del Valle de Teotihuacan que apenas comenzamos a entender los espacios de las élites gobernantes que no son sencillos. Ahí, en Xalla, tratamos de aplicar la misma metodología interdisciplinaria”, indicó.