Cultura

Matos Moctezuma: Maravillosa fue esa primera vez que observé a la Coyolxauhqui

El arqueólogo y Premio Crónica narra lo que sintió ese primer encuentro en 1978 y lo que emergió del hallazgo: el Proyecto Templo Mayor con su museo de sitio, la investigación multidisciplinaria en arqueología, la gran afluencia que se dio para conocerla y un hecho inusual: un joven que le lanzó una flor a la escultura

a 45 años de su descubrimento

Eduardo Matos Moctezuma, uno de los arqueólogos más importantes en la historia de México.

Eduardo Matos Moctezuma, uno de los arqueólogos más importantes en la historia de México.

El hallazgo de la escultura monumental de Coyolxauhqui en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México hace 45 años demostró que los mexicanos sienten un gran interés por su pasado, un lazo de identidad que no fue cortado por la Conquista e hizo posible que Eduardo Matos Moctezuma mostrara al mundo que es la arqueología y la investigación multidisciplinaria.

En entrevista, el Premio Princesa Asturias de Ciencias Sociales 2022 comparte a Crónica sus impresiones cuando miró por primera vez la escultura después de que el 21 de febrero de 1978, a las 04:35 horas, trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza encontraran la escultura mexica y que posteriormente expertos de salvamento arqueológico retiraran los sedimentos que la cubrían.

Lo que todos vislumbraron fue un monolito de más de tres metros de diámetro y ocho toneladas de peso con la imagen del mito de la diosa lunar decapitada y mutilada porque fue arrojada desde la cima del cerro Coatépetl por su hermano Huiztilopochtli.

Esta escultura que fue colocada hacia el año 1481 d.C., durante el gobierno de Axayácatl al pie del que fuera el adoratorio de Huitzilopochtli, significó para Matos Moctezuma un encuentro maravilloso.

“Estaba fuera de México, en un congreso de arqueología en Panamá y cuando subí al avión de regreso había periódicos mexicanos y vi que uno decía: “Gran hallazgo cerca de Catedral”. Leí la nota breve y pensé: exageraciones de los periodistas. Llegué a México y finalmente pude ir a la calle de Guatemala para ver la enorme escultura”, recuerda.

“Mi primera impresión fue maravillosa”, narra el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el también Premio Crónica.

La escultura monumental de Coyolxauhqui dio paso al inicio del Proyecto Templo Mayor.

La escultura monumental de Coyolxauhqui dio paso al inicio del Proyecto Templo Mayor.

INAH

“Maravillosa por su aspecto estético, es una figura de tres metros con una mujer descuartizada que representa a la Luna, la forma en que el escultor mexica la trabajó es impresionante porque manejó varios niveles, por ejemplo, la sangre que surge de las heridas están en un nivel más bajo que el resto del cuerpo desmembrado”, expresa.

La definición de maravillosa también la nombra Matos Moctezuma desde el punto de vista del contenido ancestral ya que, al verla, de inmediato las preguntas que invadieron al arqueólogo fueron: ¿qué es esa pieza?, ¿qué simboliza?, ¿qué significa?

El investigador recuerda que Templo Mayor representa dos cerros míticos, el lado norte es el cerro del Tonacatépetl y el lado sur al cerro de Coatepec. “Esta escultura mexica se halló del lado de Huitzilopochtli, es decir, en el lado sur”.

“Una asociación que surgió de inmediato fue el significado de cómo ese lado del Templo Mayor que representa el Coatepec, el cerro sagrado donde se lleva a cabo el combate, es una reactualización de un mito de los mexicas donde se habla de la lucha entre el dios solar, Huitzilopochtli, y la luna, Coyolxauhqui. Esto es formidable, es reproducir en su templo principal aquel mito de tanta relevancia para el mexica”, detalla.

NUEVOS CAMINOS

Más allá de la investigación, hubo una serie de consecuencias aledañas que Matos Moctezuma no puede pasar por alto: la repercusión del hallazgo que derivó en la creación del Proyecto Templo Mayor y de un museo de sitio que cuando se inauguró rebasó el número de visitas por día del Museo Nacional de Antropología.

“De inmediato empezaron a solicitar exposiciones en el extranjero de lo que estaba saliendo en Templo Mayor, atendimos varias de esas solicitudes, pero también pensamos a nivel nacional, preparamos una exposición para que recorriera varios estados de la República porque estaba impactando a la gente”, recuerda.

Otra repercusión, añade, es que ese mismo año del hallazgo 1978, Matos Moctezuma y el entonces director del INAH, Gastón García Cantú, decidieron abrir todos los sábados de 10:00 a 12:00 horas para que la gente pudiera entrar a visitar a la Coyolxauhqui y unas serpientes de la etapa IV de Templo Mayor.

“Era tanto el interés que en esas dos horas la fila era interminable, hubo una presencia de todo tipo de gente, ahí identificábamos obreros, maestros, alumnos, en fin, una variedad impresionante”, narra.

En esas visitas ocurrió un hecho que el arqueólogo no olvida: “Estaba ahí con el jefe de seguridad junto a la diosa, la gente iba pasando, de repente veo que un joven arrojó algo sobre la escultura, inmediatamente pusimos atención y era una flor. Le dije al vigilante: busca la persona que arrojó eso, me gustaría preguntarle por qué hizo ese acto… si lo hubiera hecho una persona grande no me extrañaría que hubiera reflexionado ya sobre la vida o la muerte, pero ¿un joven? Me asombró y desgraciadamente no lo encontraron”.

Matos Moctezuma hace una pausa reviviendo ese instante: “Ahí estaba el interés que la gente sentía, quizá no con un conocimiento como lo tiene un especialista sino como algo popular, de cierta forma una veneración a estas cosas antiguas”.

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efe en oviedo
Eduardo Matos Moctezuma.

– ¿El Templo Mayor es la casa de parte de nuestra identidad?

–Este aspecto de la identidad se dio de manera muy especial, Templo Mayor es el centro del universo de los mexicas y esa carga simbólica tiene mucho que decir.

Desde un principio también hubo interés de la prensa por dar a conocer los hallazgos al grado tal que acordamos que vendrían cada semana y yo les daría la información, ellos escogieron ir a Templo Mayor los martes a la 1 de la tarde, incluso me habló Jacobo Zabludovsky para decirme que quería enviar a una reportera cada día.

Quizá todo eso ayudó porque me dije: quiero aprovechar el momento y mandar el mensaje de qué es la arqueología, dejar en claro que no es Indiana Jones peleando con serpientes, no, la arqueología es una disciplina académica, científica, no es llegar con una pala y aventar tierra para atrás, es mostrar el cuidado y la disciplina.

El hallazgo de la Coyolxauhqui tuvo no sólo una importancia para la investigación también tuvo una importancia popular en cuanto a identidad.

Cuando Matos Moctezuma fundó el Proyecto Templo Mayor se propuso un objetivo que hasta hoy continúa su discípulo Leonardo López Luján: conjuntar un equipo de trabajo en el que participen biólogos, geólogos, arqueólogos, etnohistoriadores, físicos… “toda una gama de especialistas porque desde un principio concebí que este proyecto debía ser multidisciplinario”.

ARTE MEXICA

Con motivo de los 45 años del hallazgo de la Coyolxauhqui, el Museo Templo Mayor inaugurará una exposición este 21 de febrero que mostrará los estudios hechos a la escultura y a las ofrendas asociadas a la deidad lunar. A la par se realizarán charlas, entre éstas “Anatomía de una diosa” que impartirá Matos Moctezuma el 11 de marzo a las 10:00 horas.

“Ahí estaba el interés que la gente sentía, quizá no con un conocimiento como lo tiene un especialista sino como algo popular...

“Ahí estaba el interés que la gente sentía, quizá no con un conocimiento como lo tiene un especialista sino como algo popular..."

–¿Cómo esculpieron los artesanos esta deidad mutilada?

–Primero se ve que la planearon, seguramente se la encargaron a uno de los mejores escultores mexicas, quizá la dibujó en papel de amate o en piel de venado, pero de eso no nos queda registro, no lo sé, ha de haber hecho unos esbozos de cómo sería la composición de la pieza.

Segundo, tuvieron que escoger el material, es andesita, una piedra volcánica de los alrededores, de la Cuenca de México, por lo tanto, es una piedra dura que hay que trabajar con otras piedras duras y con una destreza impresionante. El que o los que labraron esta piedra evidentemente manejaban bien su oficio de escultores.

Creo que una vez terminada y ya que la iban a colocar o ya colocada se pintó, se le aplicaron los colores que se han podido detectar en la pieza: rojo, blanco, azul y amarillo. Para eso hay un conocimiento: ir a colectar los pigmentos, en buena medida, de origen mineral.

El lugar que ocuparía lo dictaron los sacerdotes, indicaron al pie del cerro-templo ya muerta y desmembrada, porque ya ha sido arrojada desde lo alto por su hermano Huitzilopochtli.

El 21 de febrero de 1978 la Coyolxauhqui fue hallada por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza.

El 21 de febrero de 1978 la Coyolxauhqui fue hallada por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza.

INAH

El hallazgo de la Coyolxauhqui

El 21 de febrero de 1978 trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza localizaron la escultura monumental de Coyolxauhqui, la cual fue excavada por un equipo de Salvamento Arqueológico del INAH. El hallazgo de este monolito marcó un parteaguas en el estudio de la cultura mexica. Esto ocasionó que el plan original del INAH para crear el Museo de Tenochtitlan se transformara en el Proyecto Templo Mayor, gracias al cual se llevó a cabo la exploración del edificio principal de los mexicas, así como de otras importantes estructuras que componían el centro ceremonial de Tenochtitlan, conocido como el Recinto Sagrado.

Te invitamos a ver la entrevista completa con Eduardo Matos Moctezuma en nuestro canal de Youtube: