Cultura

Narran la historia de por qué el “Dr Atl” pintó un mural para la Colección Olavarrieta


En 1908, la colección llegó a la Academia de San Carlos y el pintor fue el encargado de clasificarla, restaurarla y exhibirla. Tenía obras de Bartolomé Murillo, Zurbarán, Tiziano, Rembrandt, Rubens, Rafael Sanzio, Andrea Mantegna, dice Rebeca Barquera

Foto de “La Galería Olavarrieta” con el mural realizado por Gerardo Murillo al fondo y hoy desaparecido.

Foto de “La Galería Olavarrieta” con el mural realizado por Gerardo Murillo al fondo y hoy desaparecido.

El artista Gerardo Murillo, años antes de llamarse “Dr. Atl”, realizó el inventario de 295 pinturas que llegaron en 1908 a la Academia de San Carlos en donación por el empresario poblano Alejandro Ruiz Olavarrieta, trabajo en donde Murillo no sólo mostró ser conocedor del arte europeo, sino que realizó una decoración mural que por primera vez documenta la experta Rebeca Julieta Barquera Guzmán.

La investigadora posdoctoral del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM señala en entrevista que la Colección Olavarrieta fue legada al Gobierno Federal y Gerardo Murillo fue el encargado de realizar inventario, clasificación, avalúo, restauración y exhibición. El acervo lo formaban 295 pinturas de origen europeo y mexicano, así como 200 piezas de cerámica.

Sin embargo, hoy no se tiene certeza sobre la ubicación de toda la colección. Una parte se donó a la Academia, también llamada Escuela Nacional de Bellas Artes, otra al Museo Nacional y, cuando la UNAM adquirió su autonomía en 1929, algunas piezas patrimoniales quedaron bajo la protección de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y otras bajo la Máxima Casa de Estudios.

A partir de las publicaciones de la época se puede tener un acercamiento a la colección ya que el 5 de febrero de 1909 se inauguró una exposición de la Colección Olavarrieta en una de las galerías de la Academia de San Carlos y varios periódicos y revistas cubrieron el evento. Actualmente, muchas de estas piezas pertenecen al Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Avenida México-Tenochtitlan 50, colonia Tabacalera, Ciudad de México.

En las reseñas y notas periodísticas se mencionan obras de Bartolomé Murillo, Francisco de Zurbarán, Tiziano, Rembrandt, Rubens, Rafael Sanzio, Andrea Mantegna y Girodet-Trioson.

¿Se tiene el inventario de las pinturas?

Hay una lista y lo que aparece es un título descriptivo, por ejemplo: “prado con dos toros…” porque nuestra idea de los títulos es reciente, a menos que se conserven los documentos de comisión, es difícil saber cómo se llamaba un cuadro.

“En este caso tenemos el título que decidió darle Gerardo Murillo, quien a partir de las formas, pinceladas, colores y atributos supo de quién era o a qué tradición correspondía. Él es quien las nombra y las atribuye porque muchas de las piezas no están firmadas y tampoco es tan fácil que el Museo Nacional de San Carlos las tenga identificadas completamente”, responde.

Barquera Guzmán expresa que en la prensa se reprodujeron fotografías de las piezas y se habla de un Tiziano; de cuadros de la escuela francesa, como una “Piedad” de Delacroix; de la escuela española: dos bocetos de Murillo, “La Concepción y La Asunción de María”, y un cuadro de Herrera.

A la fecha, el Museo Nacional de San Carlos tiene identificadas 36 piezas cuyo “probable origen” fue la Colección Olavarrieta.

“En la investigación agregué cuatro obras que se pueden unir a esas 36. Uno de los problemas es que en la propia exposición aparece una fotografía que se llama Desechos, significa que Murillo y quienes dictaminaron el inventario decidieron que eran obras sin valor artístico-estético, entonces es posible que no toda la colección de Olavarrieta se haya incorporado a las galerías de la Academia”, indica.

Murillo habla en esa colección de la escuela mexicana, ¿eso significa una valoración estética?

Es importante porque se está usando un estilo creado en el siglo XIX para referirse a artistas barrocos, del siglo XVIII, de la conformación de talleres en la Nueva España que van a encargarse de las grandes comisiones de las iglesias como la Catedral Metropolitana y la Catedral de Puebla. Es una manera de establecer un vínculo entre ésta y la que sería llamada “escuela mexicana de pintura”, es decir, el muralismo.

Algunos de los artistas de esa escuela son: Miguel Cabrera, José Rodríguez Juárez y José de Ibarra.

MURAL EFÍMERO

En las publicaciones de la época, Barquera Guzmán notó una fotografía donde aparece un mural que realizó Gerardo Murillo. “Si vas a la fuente original, te acercas a las páginas de las revistas y miras con cuidado las fotografías que acompañan el reportaje, puedes ver al fondo, un mural”, señala.

La investigadora comenta que la mayoría de su trabajo se basó en documentación de la Hemeroteca Nacional. “En ese momento, entre 1907 y 1909, se le está haciendo promoción a la donación de la colección y a la exposición, entonces vemos la reproducción de fotografías de las obras y del montaje, creo que es interesante notar qué piezas se eligieron para hablar del conjunto en general”.

Sobre el mural detalla que se ubica en la parte superior de la pared de la galería y están representadas cinco mujeres desnudas como alegorías situadas en distintas posiciones. Barquera Guzmán propone que es el coleccionista Olavarrieta como patrono de las artes, acompañado de las musas.

“Detrás de ellas, apenas se vislumbra un trazo diagonal, quizá sugiriendo la silueta de una montaña, y unas letras que no se alcanzan a distinguir completamente. Es una composición realizada ex profeso, pensada como parte del montaje, para acompañar la muestra”, indica.

En palabras de la investigadora, Murillo quizá no pensó en el mural como algo efímero, al contrario, posiblemente consideró que se quedaría como todas las otras decoraciones que se habían hecho en las galerías de la Academia. Esta exposición organizada por el artista, al parecer se montó en las galerías de Paisaje y de Pintura Europea, ubicadas del lado este del primer piso del edificio de la actual Academia de San Carlos, hoy sede de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

¿Hay algún escrito del Dr. Atl sobre este mural?

En la mitobiografía del “Dr. Atl”, porque no tenemos tampoco certeza, narra que hizo murales desde que estaba en Italia y en Francia, pero esos murales se destruyeron. En sus talleres las personas que lo visitaban narraron que había grandes murales con figuras miguelangelescas, no de paisaje, más de figura humana, pero no nos ha llegado hasta ahora fotografía alguna o algo más que esos comentarios.

“Él habla que le destruyeron todos sus murales y entonces los dejó de hacer, y recuerda unas bacantes en la Academia”, responde.

Barquera Guzmán señala que la labor de Gerardo Murillo como iniciador del muralismo está mitificada, a partir de la impartición de algunas clases y otras labores en la Academia de San Carlos.

“A Orozco le dio clases, pero no a Diego Rivera, fue más bien alguien a quien le rentaban alguno de los espacios de la Academia y a partir del contacto continuo con los estudiantes se volvió un líder, incitador. Es lo que se conoce. Entonces sus encargos eran de conservador, realizar inventarios y hacer exposiciones”, expresa.

Foto tomada de la revista El Arte y la Ciencia de abril de 1909 con una fotografía del cuadro “La Asunción” del artista barroco español Bartolomé Esteban Murillo.

Foto tomada de la revista El Arte y la Ciencia de abril de 1909 con una fotografía del cuadro “La Asunción” del artista barroco español Bartolomé Esteban Murillo.

¿Cómo Alejandro Ruiz Olavarrieta se hizo de obra de arte?

Al ser de una familia acaudalada de Puebla, realizó viajes donde adquirió obras de arte. Su colección era grande e incluía no sólo pinturas y esculturas, también compró artes decorativas: tapices, porcelana, distintos tipos de cerámica. Olavarrieta era alguien interesado en coleccionar objetos del mundo y no tenía un estilo o escuela predilecta.