Cultura

‘La pasión según San Juan’, de Bach… en verdad es impresionante: Horacio Franco

La obra es conmovedora por la manera en que un compositor siente el dolor de alguien que está siendo crucificado, añade el Premio Crónica

entrevista

El flautista y director de orquesta Horacio Franco.

El flautista y director de orquesta Horacio Franco.

Adrián Contreras

“La pasión según San Mateo y La pasión San Juan” son, entre otras obras musicales que aluden a la Pasión de Cristo, parte de una larga tradición musical que comenzó en el seno de la iglesia: la música clásica, cuya escritura y calendarización fueron creadas en torno a la vida social y religiosa y, actualmente, forma parte de la experiencia de la Semana Santa.

“Es lo mismo que encontramos hoy en el Cristo de Iztapalapa. Te vas a verlo y a tener la experiencia o, si quieres hacerlo de otra manera, puedes escuchar las pasiones de Bach, Schütz o Telemann”, considera el flautista mexicano y Premio Crónica, Horacio Franco.

En conversación con el músico, por el concierto con el que festejará 45 años de trayectoria en Bellas Artes, el también director de orquesta ahonda en la relación que ha tenido la iglesia con la música clásica y las maneras en que actualmente podemos aproximarnos a autores como Johann Sebastian Bach.

“¿Cómo experimentaba un alemán que iba a la iglesia un viernes santo? Iba a la iglesia a rezar y, tal vez, allá arriba, en el órgano estaba Bach estrenando “La Pasión Según San Mateo”. Y ya, pero ellos no iban a escuchar a Bach, era el músico de la iglesia. No era música de espectáculo –los músicos estaban hasta arriba y al fondo-, obviamente se disfrutaba, pero tenía fines de enaltecer las festividades religiosas”, comenta.

CLÁSICA.

Horacio Franco explica que se le conoce como “música clásica” al estilo desarrollado a partir de un sistema de escritura, inventado a su vez en el seno de la Iglesia Católica europea.

“Todo era la Iglesia Católica y ella era responsable de la música de la vida social y religiosa”.

A partir de esto se forjó una tradición absolutamente religiosa muy fuerte en Europa. “Los grandes compositores para ser grandes y ser compositores tenían que estudiar y pertenecer al seno de la iglesia”.

Esto tuvo un impacto en características propias de la música clásica y su evolución, como la polifonía –superposición de varias voces- que se fue sistematizando con la escritura. Posteriormente, los compositores siguieron siendo personas adscritas a la iglesia y eso era lo que les daba la reputación, el prestigio, el sueldo y el apoyo.

“Aparte de que trabajaban en alguna corte, pero el bastión fundamental de la música europea fue la iglesia. Se empezaron a calendarizar todas las festividades y hacer música específica para cada día. Eso lo tienes en la organización del Papa Gregorio, por eso se llaman cantos gregorianos”, continúa el flautista.

Agrega que hacia el año mil 500 de nuestra era, la iglesia seguía predominando en la música y no había un “Gran” compositor que no estuviera adscrito a ella.

“Cuando Lutero separa la iglesia y se hace la escisión de la iglesia alemana que se llamó protestante (luteranismo calvinismo), rompen con las costumbres y tradiciones viciosas de los curas y también con los excesos de la polifonía, curiosamente”.

Ahonda que a estas alturas la polifonía eclesiástica se empezó a abusar de tal manera que el texto ya no se entendía. De la mano con la idea luterana de dar la misa en el idioma local, en vez de latín, la iglesia alemana creó una forma musical conocida como “coral”.

“Los corales empiezan a ser creados para cantarse en alemán. Todo el coro canta la misma sílaba al mismo tiempo”. Asimismo, Horacio Franco indica que la tradición más grande de escribir “pasiones” para Semana Santa es de los alemanes.

LA PASION SEGÚN BACH.

En el siglo XVIII, editar música era el equivalente a salir en la tele o publicitarse a través de los medios más importantes. La mayoría de los grandes compositores que conocemos actualmente editaron música.

Una excepción fue Johann Sebastian Bach, cuya producción fue eminentemente religiosa toda su vida. Entre muchas otras, escribió las pasiones, San Marcos, San Lucas, San Juan y San Mateo, de las cuales solo sobrevivieron las últimas dos.

Para el flautista mexicano, el fervor religioso resulta secundario a la hora de aproximarse a la música de autores como Bach, cuya producción es notable y mayoritariamente religiosa. Lo importante es ser un humano sensible.

“Yo que soy el más ateo de los ateos, cuando he dirigido ‘La pasión según San

Juan’, de Bach… en verdad es impresionante, conmovedora la manera en que un compositor siente el dolor de alguien que está siendo crucificado, haya existido o no, sea cristo o no, el hijo de dios, pero cómo este hombre que creía tanto lo pone con un dramatismo y una profundidad…nono, es palabras mayores”.

Horacio Franco considera, incluso, que no se necesita una educación musical o intelectual.

“Ver al Cristo que se lo madreen en Iztapalapa también sientes muy feo. Yo de niño veía una película en estas fechas en la que decían “crucifíquenlo” y es lo mismo que cuando oyes la pasión según San Juan o San Mateo. Te tiene que conmover. Son sentimientos universales, preciosos y maravillosos, no tienes que “saber” para sentir eso”.