
En su reciente libro “Hablemos de ópera” (Turner), el crítico y promotor musical, Gerardo Kleinburg, pretende abordar el lado humano e íntimo de los cantantes así como de directores, escenógrafos y maestros profesionales del género operístico. Reúne 20 charlas realizadas de manera virtual a partir de marzo de 2020, en el marco del proyecto Hablemos de Ópera, que se puede revisar en redes sociales (Youtube, Facebook, Twitter e Instagram).
En entrevista, Kleinburg explica que durante la pandemia que lo llevó a él y a la mayor parte de la población a encerrarse en casa desde marzo 2020, se le ocurrió iniciar en lo virtual este proyecto, cuyo concepto es conversar con amistades que ha hecho en el medio musical a lo largo de su carrera.
“Decido que en sábado podía conversar con algunos grandes cantantes, fui director de la Ópera de Bellas Artes y del Festival Cervantino, entonces tengo muchos amigos en ese mundo, mexicanos y extranjeros. Empecé a buscarlos y todos estaban encerrados en sus casas, así que empezamos a tener conversaciones en Facebook que luego tuvieron decenas de miles de vistas”, relata.
Entre las personalidades que aparecen en estas entrevistas destacan nombres como la Premio Crónica María Katzarava; la soprano chilena, Verónica Villarroel; el director, director Enrique Diemecke; además de Rolando Villazón, Ramón Vargas, Plácido Domingo, Ainhoa Arteta, Javier Camarena y Francisco Araiza, entre otros.
“De pronto me di cuenta de que estaba en sus casas, con ellos. Como nosotros, en ese momento eran gente asustada preocupada y aislada sin poder hacer lo que les gusta, su trabajo. Eso generó una especie de intimidad, era imposible no preguntarles cómo estaban, cómo se sienten y los trata la pandemia. Se empezó a abrir esa puerta y nos dimos cuenta de que las charlas podían ser una ventana para que quienes los admiran puedan convertirlos en personas y dejar de verlos como personajes”, ahonda.
La única condición para estas conversaciones fue que los participantes hablaran en español porque no podía subtitular el video en vivo. En una de estas pláticas, Plácido Domingo cuenta que inició su carrera en el coro de Enrique Guzmán y canta una canción. En otras, se les pregunta a las y los invitados por su cantante no-operístico favorito y abrumadoramente contestan que Luis Miguel.
Kleinburg considera que ver a los grandes personajes de la ópera como personas de la cotidianidad -que pueden platicar sobre otras profesiones a las que se hubieran podido dedicar, sobre qué se llevarían a una isla desierta o los deportes que les gusta practicar- permite quitar el aura de pomposidad que existe en torno a ellos y ayuda a acercar al público a esta expresión artística.
“Esto es lo que quiero con mi proyecto. Cuando doy cursos sobre Verdi, Vivaldi, Puccini, Mozart, Beethoven lo que intento es mostrar a la gente que eran personas a las que les pasan cosas, con virtudes y carencias, que se preocupan por el dinero, la familia, parejas e hijos, que tenían gestos padres y otros menos buenos”.
Añade que al poner toda esa información en contraste, uno se puede dar cuenta de que la ópera y obras musicales clásicas son trabajos que también hablan de las personas que las hicieron. “Al final, la ópera trata de la vida, de las emociones y de nosotros. Aunque aparezca un faraón egipcio o un dios griego, en realidad trata de trata del amor, desamor, celos, traición, amistad: de lo que trata la vida. La ópera está entre nosotros todo el tiempo y a veces no nos damos cuenta”.
EN TODAS PARTES.
Para el promotor musical, la ópera está en todas partes, tan incorporada a nuestra cotidianidad que incluso hemos dejado de notarla en muchas ocasiones. “Está en comerciales de televisión, en jingles e incluso mucho más cerca”, subraya.
Como ejemplo, apunta la película de Woody Allen, Match Point (2005), en la que Scarlett Johanson aparece jugando tennis mientras L'elisir d'amore de Gaetano Donizetti suena en el fondo.
Agrega que en la actualidad las redes sociales dan una difusión extraordinaria a la ópera y música clásica, e incluso considera que existe un antes y después de plataformas como Youtube, en las que se pueden encontrar decenas de miles de títulos “bien grabados, mal grabados, subtitulados en 10 idiomas o no, modernos, tradicionales, para niños… tienes todo. Hoy por hoy, con las redes sociales la ópera puede tener una difusión extraordinaria”.
“No he explorado Tik Tok pero en Twitter, Facebook e Instagram hay una gran presencia, muchos likes para la ópera. Ahora también están las transmisiones del MET de Nueva York y otras salas alrededor del mundo hacen en vivo, es un boom de difusión inusitado”.
LA OPERA EN MEXICO.
“La ópera ya nos gusta a todos, pero no nos habíamos dado cuenta”, es una frase que utiliza Gerardo Kleinburg para motivarse a enseñar y promover este arte en el público mexicano.
Opina que hay dos maneras de responder a la pregunta sobre el estado de la ópera en México: una muy centralista, sobre lo que pasa en Bellas Artes, y otra sobre el panorama general en la república.
En cuanto a la primera, señala que Bellas Artes pasa por distintas épocas presupuestales. “Yo estuve en una época favorable en la que recursos gubernamentales dedicados a la producción artística de la llamada alta cultura, o ese tipo de manifestación, era muy importante, había recursos suficientes para programaciones de alto nivel. Hoy esa política ha cambiado de manera drástica, entonces la Ópera de Bellas Artes debe hacer un trabajo infinitamente más imaginativo y complejo”.
“Tengo un respeto y admiración totales por lo que hace el actual director de la ópera de Bellas Artes, Alonso Escalante, con recursos incomparablemente menores a los que hubo en otras épocas logra hacer temporadas con una calidad aceptable y presencia de muchas figuras mexicanas”, agrega.
Por otra parte, Kleinburg destaca que a nivel nacional “nunca se había hecho tanta ópera en México”.
“Se hace opera en Mérida, León, Guanajuato, Monterrey, Chihuahua, y a nivel mundial nunca en la historia había habido tanta ópera en el planeta. Hay tanto más público como gestores culturales interesados en programar espectáculos en la CDMX, que entienden que es una manifestación fantástica, poderosa, atractiva”.
Nuevo proyecto: “Hablemos de música”
Durante la pandemia, Gerardo Kleinburg se ha mantenido activo en redes sociales a través del proyecto “Hablemos de Ópera”, donde ha publicado más de 140 charlas y entrevistas gratuitas en torno al tema.
“Estoy muy orgullo y digo con satisfacción que no existe en plataformas digitales un esfuerzo sostenido de este tipo en los últimos dos años. Me he dado cuenta que “Hablemos de Ópera” ha tenido suficiente éxito como para abrir un “Hablemos de música” –clásica y no operística- y tengo mi vertiente de escritor, entonces abriré también Hablemos de literatura este año, porque a la gente le gusta el estilo con que comunico estas manifestaciones”, comenta.
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