Cultura

Tesoros minimalistas escondidos durante décadas causan sensación en Teherán

Treinta y ocho de las piezas se muestran por primera vez desde la creación del museo en 1977 por parte de Farah Diba, esposa del último shá Mohamad Reza Pahlaví

Mujer mirando cuadros en una galería de arte
Una mujer observa una obra del artista estadounidense So Lewitt en el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán. Una mujer observa una obra del artista estadounidense So Lewitt en el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán. (El Museo de Arte Contemporáneo de Teherán presume de la mejor colección de arte moderno occidental de Oriente/EFE)

Obras maestras minimalistas europeas y estadounidenses que llevaban décadas sin ver la luz han atraído a miles de visitantes al Museo de Arte Contemporáneo de Teherán, que presume de la mejor colección de arte moderno occidental de Oriente.

Esculturas de Donald Judd, neones de Dan Flavin o murales de Marcel Duchamp son algunas de las 130 obras de 34 artistas minimalistas y conceptuales que han deleitado a unas 25.000 personas desde finales de junio, unas cifras por encima de lo habitual para el museo de Teherán.

Treinta y ocho de las piezas se muestran por primera vez desde la creación del museo en 1977 por parte de Farah Diba, esposa del último shá Mohamad Reza Pahlaví, con obras de Picasso, Miró, Bacon, Gauguin o Kandinsky.

Dos años más tarde triunfó la Revolución Islámica que acabó con la monarquía del país persa y las 4.000 obras del museo permanecieron en la oscuridad de sus sótanos durante décadas ante el rechazo al arte occidental del régimen del ayatolá Ruholá Jomeiní.

En los últimos tiempos, el centro organiza exposiciones temporales en las que muestra sus tesoros, entre ellas la actual muestra “Minimalismo y arte conceptual”, un recorrido por la história de estos movimientos.

GRAN ACOGIDA

“La acogida ha sido increíble. Pensé que sería una exposición difícil para el público, pero ha sido exactamente lo contrario”, cuenta a Efe el comisario de la muestra Samadzadegan Behrang.

“La gente viene y ve algo nuevo, algo que no esperaba. Es el ‘shock’ de lo nuevo”, explica Behrang, pintor y profesor, además de comisario.

Entre los autores expuestos subraya a Agnus Martin, Man Ray, Donald Judd o So Lewitt.

De este último destaca la obra “Cubo abierto”, que ocupa el centro de la primera sala y de la que cuenta que es la primera vez que se ha montado de forma correcta.

Una pieza que se muestra por primera vez es la escultura de paneles de aluminio y latón “Progression” del estadounidense Judd, que se mantenía en una caja desde su adquisición antes de la revolución.

Behrang explica que parte de su proyecto es que el público se “implique con el espacio” de la exposición, por lo que, entre otras cosas, ha diseñado zonas para que los visitantes se puedan hacerse “selfies” ante las obras.

Es el caso del espejo “Cortinas verdes” de Michelangelo Pistoletto, ante la que Behrang dejó un amplio espacio para que los visitantes pudiesen hacerse los populares “selfies”.

“OBRAS ÚNICAS”

Y sí, por las amplías salas del museo capitalino desfilan visitantes que se inmortalizan ante algunas de las obras maestras, pero también se paran a estudiar piezas como “Estudio del gran vidrio” del francés Marcel Duchamp o ante los neones azules del estadounidense Flavin.

“Esta es mi segunda visita a la exposición. Son obras únicas”, dice a Efe Negar Shams, profesora universitaria de diseño gráfico.

“Me resultaron muy interesantes las obras de Flavin”, asevera.

Su amiga Irandokht Ghafarí, de 42 años y también diseñadora gráfica, afirma que visita el museo asiduamente, especialmente cuando se exponen obras de artistas occidentales.

INTERÉS POR ARTISTAS OCCIDENTALES

El director de relaciones públicas del centro, Hasan Noferestí, confirma que cuando exponen obras de artistas internacionales de su catálogo atraen más visitantes.

“Normalmente cuando mostramos obras de artistas internacionales vienen un 20% o 30% más visitantes”, asegura.

Así, pintores como Jackson Pollock, del que el museo cuenta con Mural on Indian Red Ground”, una de sus pinturas más importantes, Pablo Picasso o Mark Rothko llenan el museo.

Pero también otros como el estadounidense Andy Warhol, protagonista de una retrospectiva el año pasado en el museo de la capital de Irán que fue un éxito, con 500 visitantes diarios.

El gusto por el arte moderno y en particular por el occidental de muchos iraníes contrasta con la aptitud de las autoridades del país persa.

Si el fundador de la República Islámica el ayatolá Ruholá Jomeiní atacó la “intoxicación occidental” de la cultura, el actual presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha calificado el arte de occidente como “vulgar”. 

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