
“Mi tío Jorge, antes de partir, me demostró qué es lo verdaderamente importante en esta vida, y ahora aspiro a compartirlo con el público”, dijo Rodrigo Montera, escritor y actor de El tío Jorge o la impecable despedida.
Entrevistado con motivo de que la obra extenderá su temporada a todos los domingos de octubre, a las 13:00 horas, en el Centro Cultural El Foco, Montera comentó que se trata de la vivencia de dos hermanos que se despiden de su tío, quien en proceso terminal da una lección de amor y sabiduría al ofrecerles a sus sobrinos un memorable adiós.
“El tío Jorge es la bandera, y el protagonista es el sobrino”, dice el dramaturgo. “El primero es quien dirige la despedida, y el segundo quien presta sus ojos para que el público pueda conocer la historia de la familia, ver de cerca a la muerte y aprender la lección de una persona generosa que vive el desenlace de una enfermedad terminal. Otra forma de decirlo es que mi tío trazó la dramaturgia y yo la redacté”.
Relata Rodrigo Montera: “Al final de las representaciones, la gente tiene el deseo de hablar con nosotros, desahogar sus experiencias al despedirse de un ser querido, unas fallidas y otras pendientes. Algunos nos dicen que la obra los hace sentir las emociones que han vivido cuando han perdido a alguien, y tener la ensoñación de una despedida como la que acaban de ver, porque en El tío Jorge abordamos la pérdida no como un gran dolor sino como un gran gesto de amor.”
La finalidad de Rodrigo Montera y de su hermano, el actor Daniel Damuzi, es que las personas recuerden con cariño a los familiares que han perdido y que aprecien las lecciones que les han dejado.
“Si bien no se puede vencer a la muerte, si se la puede trascender”, dice Rodrigo. “Todos conservamos gestos de vida de parientes, artistas, científicos, que a través de un legado todavía siguen con nosotros. El legado puede ser más íntimo o más social, pero todos dejamos uno.
“Al crear esta obra, mi hermano Daniel, que es el director, y yo, queremos inspirar a la gente a dejar un legado positivo. El tío Jorge a la largo de nuestra convivencia con él y desde luego en la habitación del hospital, en sus últimos días, nos hizo reír, reflexionar, soñar. Nos enseñó qué es importante en la vida: preguntar, conversar, compartir. Eso fue lo que lo hizo trascender la muerte y lo que nosotros, con la mayor humildad, tratamos de compartir con quienes vienen al teatro.”
Precisa el actor: “No necesariamente es teatro. Daniel y yo hemos denominado stand up tragedy a esta experiencia.”
Explica Rodrigo Montera que el stand up es conocido como ese monólogo en el que alguien hace reír a la gente. En cambio, el stand up tragedy apuesta a la risa, pero también asume la tragedia. “Para explicarme mejor, recurro a una deliciosa frase de Chaplin: ‘La vida, vista de cerca, es una tragedia, y vista de lejos es una comedia.’ Todas las vidas pueden ser vistas desde cerca o desde lejos, pero también cabe la posibilidad de acercarse y alejarse”.
Abunda: “Lo que queremos con esta puesta en escena es, partiendo de un acontecimiento que es de suyo trágico, hablar de la unión familiar y su contexto, por ejemplo, la educación sentimental y musical que hemos heredado de nuestros padres, esas baladas de los setenta con las que hemos creado una pauta emotiva en nosotros.”
--¿Qué papel juega la música: qué tan necesaria y qué tan accesoria es en esta obra?
--La música es ritmo. Cuando uno identifica una canción que escuchó de niño recuerda el ritmo de su infancia. Como esta es una obra que retrata a una familia, mi familia, casi es inevitable cruzar por la experiencia musical y por lo tanto revivir de cierta forma cómo, cuando uno tiene ocho años, escucha, percibe y disfruta las tragedias, desmedidas, de las baladas.
“En algún momento, de regreso a la ciudad de México después de haber ido a ver al tío Jorge, los hermanos ponen música, pero la música ya es otra, es otra generación. Creo que la música nos ayuda a tener una demarcación temporal de cuando fuimos niños, y ahora, ya adultos, decidimos qué canciones escuchamos en carretera, en un simbólico relevo.”
--El tío Jorge tiene la fortuna de despedirse desde una cama de hospital, en contraste con la gente que muere víctima de la violencia. ¿Cuál es tu reflexión al respecto?
--Que es terrible que vivamos en un país en el que la violencia sacude los ritos de la muerte, en ese sentido vivimos huérfanos de despedidas. Además del dolor tenemos atorado el adiós. Nosotros tratamos de hacer un homenaje a la vida, al legado de un familiar, y lo estamos compartiendo con la ilusión de que nuestros espectadores, cuando vivan un último adiós, lo hagan con el deseo de despedirse impecablemente.
Invitado a dar una razón para ir a ver esta puesta, Montera responde: “Es una producción familiar 100 por 100. La dirige mi hermano, la actúo yo, la escribió mi tío y la permea mi familia. Por tanto, es una obra con la que muchas familias mexicanas pueden empatizar y percibir que, como una buena comida en casa, este montaje tiene el amor y la sazón de las emociones familiares.”
El tío Jorge o la impecable despedida.
Todos los domingos de octubre, 2022, 13:00 horas
Centro Cultural El Foco
Tlacotalpan 16, Roma Sur, CDMX
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