Tras trato indigno al archivo de José F. Vásquez, se lo llevan del CENIDIM
La académica Enid Negrete y su hijo José Francisco Vásquez presentarán una queja formal por el incumplimiento del acuerdo con la dependencia, 9 años después de su resguardo, que sólo consistió en ser fumigado
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José F. Vásquez Fundó y participó en la fundación de varias instituciones musicales del país.
Durante 9 años el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (CENIDIM) incumplió con los requisitos mínimos para la preservación del archivo musical del compositor José Francisco Vásquez Cano.
Ahora, la investigadora Enid Negrete y el doctor José J. Vásquez, hijo del compositor, han decidido mudar los materiales a la Escuela Superior de Música "Fausto de Andrés y Aguirre” y presentar una queja formal contra el CENIDIM, institución dependiente del INBAL.
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“Entre otras cosas, el director del Centro –Víctor Barrera García– nos hizo la petición al maestro Vásquez y a mí de que diéramos 15 mil pesos para hacer una transcripción y grabación de este fondo. ¿Para qué entonces lo llevamos a la institución si nosotros íbamos a tener que pagar la transcripción? Además, no sé si eso es legal”, denunció Enid Negrete.
En rueda de prensa sobre los detalles de esta decisión, la investigadora explicó que ella misma fue quien incitó al hijo del compositor a resguardar el archivo en el CENIDIM. Recibió el archivo cuando estuvo como investigadora invitada en dicho Centro y lo puso en sus primeros materiales de conservación.
Sin embargo, se debían haber realizado trabajos de limpieza y conservación posteriores, los cuales no se hicieron. “En 9 años lo único que se hizo con este archivo fue fumigarlo y digitalizarlo. No se hizo más que un evento de difusión online y un evento de difusión que fue la exposición de los 40 años donde se mostraron algunas partituras”.
La investigadora Enid Negrete revisa el archivo en la ESMUFAA
Destacó que otros trabajos como la página web oficial del autor (https://www.josefvasquez.com/), el contacto con la UNAM e incluso la digitalización de una parte de los materiales fueron realizados por ella misma junto con Vásquez, pues el CENIDIM “no ha tenido el más mínimo cuidado”.
Actualmente, a pesar de no tener ningún derecho sobre el archivo, por no haber cumplido con sus obligaciones, el CENIDIM se niega a entregar oficialmente la digitalización.
“Lo que tenían que hacer era pedirnos una disculpa por el trato que nos dieron y por pedirnos dinero para llevar a cabo las actividades que son su obligación”, expresó Enid Negrete con visible enojo.
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Por si el caso no resultaba suficientemente indignante hasta aquí, la investigadora agregó que el archivo les fue entregado en cajas rotas –algunas incluso desfundándose-, de tamaños inadecuados y con los mismos folders provisionales que ella misma puso al recibirlo.
“Son folders que ni siquiera cubren el documento por completo y el maestro Vásquez tuvo que pedir que le pusieran papeles arrugados para que no se estuviera jugando el material. ¿Esa es la manera en que el INBAL entrega un archivo de esa importancia? Me parece indignante”.
Obra que forma parte del archivo.
NUEVO HOGAR.
A causa de la desconfianza que tanta falta de profesionalismo produjo a Negrete y Vásquez, consideraron llevarse el archivo a Barcelona. Por fortuna, la Escuela Superior de Música "Fausto de Andrés y Aguirre” (ESMUFAA), en Puebla, ofreció un espacio a la medida del archivo –“incluso placentero para trabajar en él”- y decidieron que mantenerlo en el país era mejor opción.
“Va a formar parte del plan de estudios de esa escuela y los jóvenes de muchas otras escuelas poblanas van a tener acceso a esta documentación que ya está digitalizada”, comentó Enid.
Indicó que el archivo ya se encuentra en el lugar y se protegerá con materiales de conservación de primero, segundo, tercero y cuarto nivel; y empezará la limpieza de partituras que tienen polvo e incluso manchas de los folders en que fueron resguardados tanto tiempo. “Incluso llevan mi letra y en 9 años no han podido cambiarlos... pero bueno, estamos logrando un mejor lugar para el maestro Vásquez y su archivo”.
SEGUNDA DENUNCIA.
Hace unas cuantas semanas, José J. Vásquez llegó a México para llevar a cabo todas las formalidades que devienen de una mudanza de archivos como ésta. Al visitar el Panteón Francés de San Joaquín, donde reposan los restos de su padre y su hija, Vásquez se encontró con que la tumba había sido profanada.
“La lápida desapareció. Ustedes pasan por aquí y pueden decir ‘qué bodega tan rara’. No hay ningún indicativo de enterramiento importante o de cualquier persona”.
José J. Vásquez al lado de una pintura de su padre.
El hijo del compositor notificó al panteón y contrató un abogado para iniciar una denuncia contra quien resulte responsable de este delito.
Al principio, la reacción por parte de las autoridades en el Panteón fue de aparente preocupación, pero actualmente, José Vásquez observa una “conducta sorprendentemente tranquila”.
“Han pedido que, por escrito, pidamos el informe que aquel día prometieron enviar al día siguiente. También prometieron sacar y limpiar todo ahí, que sí se hizo, pero dejaron la tumba abierta totalmente. Hoy, el abogado va a ir a poner un candado.
“Esto me indigna y duele mucho porque una cosa es todo lo que he recorrido para salvar el espíritu de mi padre a través de su música, pero definitivamente no puedo pasar por alto esto”, añadió.
Tumba de Fco. Vásquez en el Panteón Francés.
Breve perfil del compositor
José F. Vásquez Cano nació el 4 de octubre de 1896 en la ciudad de Arandas, Jalisco, y murió el 19 de diciembre de 1961, a la edad de 65 años. Se distinguió a temprana edad como pianista y ganó el concurso nacional de 1910, que le fue concedido por el presidente Porfirio Díaz.
Ingresó en el Conservatorio Nacional de Música a los 13 años de edad y estudió composición con Julián Carrillo y Rafael J. Tello, con César Del Castillo piano, y con Horacio Ávila el violonchelo; a los 14 años de edad compuso su primera obra, y un año después su primera opereta.
Fotografía parte del archivo.
Fundó y participó en la fundación de varias instituciones musicales, algunas ya clausuradas y otras que continúan operando, como la Escuela Libre de Música y Declamación que cambió su nombre posteriormente a Escuela Libre de Música, José F. Vásquez; y la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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