Vasconcelos fue un hombre incómodo, perseguido por la insatisfacción
Rafael Mondragón Velázquez publica “El largo instante del incendio…”, editado por El Colegio Nacional
FIL de minería
“Vasconcelos es un personaje al que resulta difícil, sino imposible aceptar de manera íntegra, inicialmente por sus posturas políticas", dijo Daniel Goldin, durante la presentación.
“Me resistía a hacer una estatua de bronce de José Vasconcelos. Se ha hecho mucho y me parece que a él le molestaba especialmente. Él fue un hombre incómodo, para empezar, consigo mismo y siempre vivió perseguido por la insatisfacción, me parecía que había que rendir homenaje a ese gesto de incomodidad e incomodante”, expresó Rafael Mondragón Velázquez, autor del libro “El largo instante del incendio. Ensayo biográfico sobre José Vasconcelos”.
La obra publicada por El Colegio Nacional se presentó el sábado en la edición 45 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en donde el escritor detalló que el libro muestra los compañeros en el camino de Vasconcelos, un grupo variado: místicos católicos, feministas de la primera oleada, anarquistas, comunistas, agraristas y homosexuales.
“Él siendo una persona que abominaba muchas de estas opciones políticas y personales tuvo la generosidad necesaria para que cada uno de ellos encontrara lo mejor de sí mismo y diera lo que pudiera dar”, comentó.
El largo instante del incendio. Ensayo biográfico sobre José Vasconcelos
Mondragón Velázquez también resaltó en Vasconcelos al “gran representante” de una cultura política e intelectual autoritaria. “Gracias a que Vasconcelos pudo ser las dos cosas es que nos entregó un legado que no está cerrado y que puede ofrecer perspectivas para pensar un futuro distinto del presente al que hoy tenemos”.
En la presentación del libro participó la investigadora Susana Quintanilla quien resaltó la inclusión, en el libro, de la autonomía y su papel protagónica de las mujeres: Elena Arizmendi, Gabriela Mistral y Silvia Mistral, a quienes el autor les dedica un apartado especial.
Por su parte, el ensayista Sergio Ugalde narró una anécdota que incluyó Mondragón Velázquez en la obra: un Vasconcelos niño en la escuela de Estados Unidos acosado por sus compañeros. “Él decide tomar el consejo de otro niño, un compatriota, que le ofrece una navaja para decirle: con esto te van a respetar. La imagen es muy fuerte, el gesto es muy fuerte, retrata la actitud de esta idea de heroísmo a veces violento con el Vasconcelos de Rafael”, indicó.
">¡Ed mañana! Allá nos vemos pic.twitter.com/SsrQQ3A0zJ
— Rafael Mondragón (@Don_Mondragon) March 1, 2024
Hay otros Vasconcelos plasmados en el libro, añadió. “El Vasconcelos persiguiendo desesperadamente a Elena Arizmendi por todos los Estados Unidos con unos celos terribles, es otro de los gestos de una vida pasional o apasionada que se desborda completamente”.
Daniel Goldin comentó que Vasconcelos es un personaje incómodo, es decir, difícil de acomodar porque es “incomodante”.
“Vasconcelos es un personaje al que resulta difícil, sino imposible aceptar de manera íntegra, inicialmente por sus posturas políticas, pero no sólo por ellas, la vida y obra de Vasconcelos también genera todo tipo de conflictos, dónde y cómo lo podemos acomodar en nuestro panteón o incluso en nuestras bibliotecas”, destacó.
En palabras del editor, este personaje fue sensible a un país en el que nadie puede sentirse cómodo por su historia y sus conflictos irresueltos.
“Su rebeldía vino acompañada de una energía emprendedora sin parangón y pretendió responder a ellos con un doble perfil: como escritor, intelectual y como político. Rafa dice que es uno de los escritores que más duelen, puede ser, pero creo que hoy hablamos de Vasconcelos no como un escritor sino como una figura que intenta vincular la teoría y la práctica y que siempre está nutrido por la sabia de libros y esos libros tienen un abanico inmenso que en ese momento ya era tan vasto y que sólo después lo pudo igualar alguien como Octavio Paz”, dijo.
Goldin señaló que si Vasconcelos sólo hubiera sido un intelectual, filósofo, novelista y ensayista, tal vez sería más fácil de aceptar.
“Si sólo fuera un gestor político o un creador de instituciones podríamos aceptarlo y juzgarlo con mayor serenidad y quizá con mayor objetividad, pero no, Vasconcelos quiso ser ambas cosas porque así concibió al ser humano, un ser que piensa para hacer y hace para pensar”, expresó.
Lee también"Cosmos. Ensayo de una descripción del mundo físico vol.1", de Alexander von Humboldt
