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Una dulce derrota de Dallas para Prescott

Claramente me parece ver pancartas por todo Dallas pidiendo la cabeza de Cooper Rush, o lanzarlo a la hoguera o ya de en el extremo crucificarle, pero creo que no es para tanto, sencillamente parece que ningún seguidor de los Vaqueros de Dallas está dispuesto a reconocer que el chico hizo lo que pudo cuando le llegó la oportunidad, y ciertamente no lo hizo mal, pero hay que ser lógicos y sensatos en que hizo hasta donde sus cualidades y aptitudes le permitieron, no le pidan más, porque no lo va a dar; en otras palabras, no es que se le haya acabado la magia, es sólo que alcanzó su techo y ya.

La realidad es que haberse sobrepuesto a tres intercepciones y un déficit de 20-0 para poner a su equipo a sólo tres puntos (20-17) habla de un trabajo de carácter ya no de cualidades, porque hizo lo que pudo para mover a la ofensiva y ponerse a sólo un gol de campo de las Águilas, pero la realidad fue que por más efectiva que sea la defensa de Dallas, que ciertamente es muy buena, no pudo soportar toda la noche los embates de un ataque de Filadelfia que, valga decirlo, es una máquina bien aceitada de mezcla de jugadas más que de grandes jugadores, y en eso hay que darle todo el crédito al coach Nick Sirianni, pero ese es otro asunto que tocaremos más adelante.

Por lo pronto, y aunque obvio nunca lo veremos o lo sabremos, seguro que tras la derrota de Dallas se escuchó un suspiro y una sonrisa de satisfacción en la banca de los Vaqueros, y sin más me refiero a Dak Prescott, quien a cada juego ganado por Rush veía como sus bonos bajaban, sus cualidades se ponían más en duda y su elevadísimo sueldo estaba más en entre dicho.

Dak Prescott y Cooper Rush

Dak Prescott y Cooper Rush

Y aunque el reporte médico de Prescott indicaba hasta la semana anterior que ya estaba lanzando el balón pero aún no estaba al cien por ciento para jugar, es un hecho que la siguiente jornada estará detrás del centro a la ofensiva.

Desde el encuentro anterior, ante los Carneros, ya era patente que la chispa de Rush se había agotado. Ganaron gracias a una poderosa defensiva, porque su ataque poco pudo producir. De hecho, durante la primera mitad ante Filadelfia fue la misma inercia de un ataque vaquero sin ritmo que logró sobreponerse en la segunda mitad por el empuje de un Rush que buscó por todos lados, pero todo parece indicar que su momento de regresar a la banca ha llegado y con este el regreso de Prescott, que dicho sea de paso es ideal ya que los Vaqueros recibirán a los Leones en el AT&T Stadium, un rival ideal para que Dak pueda entrar en ritmo y ganar confianza no sólo para él, sino la de sus compañeros también.

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Mucho se ha dicho que Jerry Jones no es del todo un gran admirador de Prescott, y que si le soltó la carretada de dólares en el nuevo contrato fue porque en realidad no había más en el horizonte en ese momento; sin embargo, este puede ser un buen punto para que el mariscal de campo disipe todas las dudas que le han acompañado desde el último año y aproveche el contar con una defensa muy sólida.

YA NO ES MODA, ES TENDENCIA

Y ya que hablábamos líneas arriba del crédito que se le debe de dar a Nick Sirianni, coach de Filadelfia, por el trabajo que ha hecho que mantiene a su equipo como el único invicto, una vez más se demuestra lo que hemos sostenido desde la temporada anterior: designar a un estratega ofensivo como coach general, delegando completamente la parte defensiva a un asistente es la fórmula para ganar en el corto plazo en la NFL hoy día.

Sirianni lo ha demostrado con un equipo que es comandado por un quarterback cumplidor, de gran movilidad pero de cualidades pasadoras muy normales como Jalen Hurts: No obstante, es la manera de emplear el material humano a su disposición lo que ha hecho de Sirianni un entrenador exitoso apenas en su segunda temporada.

Sirianni viene de trabajar y aprender de entrenadores netamente ofensivos como Todd Haley en Kansas City hace ya algunos ayeres y más recientemente con Frank Reich en Indianápolis. Es ese enfoque de ataque lo que permite que un equipo despunte rápidamente y la prueba esta a todas luces no sólo con las Águilas, sino con otros casos que de una temporada a otra han dado el salto, al menos por el momento, a un protagonismo ofensivo y de victorias, nos referimos a los Gigantes con Brian Daboll y los Vikingos con Kevon O´Connell. Ambos conjuntos marchan con marca de 5-1 y además su juego es vistoso, efectivo, ofensivo.

Daboll fue el coordinador ofensivo de los Bills hasta hace un año y vaya que tuvo un desempeño exitoso; O´Connell fungió también como coordinador de ataque de los Carneros. Cabe señalar que ninguno de los dos tiene un pasador fuera de serie en sus equipos, por los Gigantes está Daniel Jones, por los Vikingos es Kirk Cousins, nada fuera de lo normal, pero el sistema es lo que hace la diferencia. No hay duda de que estos tres escuadrones estarán en la postemporada, a menos que algo muy extraño suceda.

Así que ni duda de que Jeffrey Lurie, dueño de las Águilas de Filadelfia, tomó la decisión correcta al contratar a Sirianni y seguir el ejemplo de equipos que están ganando con la fórmula de la mente ofensiva instantánea.