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Ahora sí, Mahomes ganó el Super Bowl LV

El juego de los Jefes de Kansas City visitando a los Bucaneros de Tampa Bay, tenía un sello de revancha

Opinión

Pat Mahomes

Pat Mahomes

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Sin duda el juego más esperado de la semana era el de los Jefes de Kansas City visitando a los Bucaneros de Tampa Bay, y no exactamente por ver frente a frente a Pat Mahomes y Tom Brady, sino por el indudable sello de revancha que representaba el encuentro tras aquel Super Bowl en el año de la pandemia, si, aquel Super Domingo 55 en que los Bucaneros pasaron caminando sobre los Jefes.

Al menos desde un punto de vista personal, esperaba este juego con gran expectación y lo anhelaba para demostrar algo que a fin de cuentas se dio por sentado, aquella tarde en ese mismo escenario, el Estadio Raymond James, el duelo no fue parejo: Mahomes no estaba al cien por ciento, estaba enfermo; de qué, no me perderé en tratar de convencer a nadie, pero Mahomes estaba mal, pero esta vez, con el mariscal de los Jefes en su plenitud física hizo ver mal a la defensiva de Tampa Bay, no sólo con su lectura rápida de coberturas, sino aún más con su sin igual capacidad para improvisar y su espontaneidad para lanza el balón de la manera que nadie se lo espera.

Por más que traten de decir que aquella tarde de febrero de 2021 Brady superó a Mahomes, no existen argumentos suficientes para explicar aquella extraña manera de comportarse del mariscal de campo de Kansas City que era un fantasma sentado en solitario en la banca, en que nadie, nadie se le acercaba a pesar de ir perdiendo el juego, cosa completamente diferente a la noche del domingo en que el pasador lució no sólo con pases certeros, sino con una enorme movilidad para extender las jugadas o incluso ganando yardas por tierra logrando mover las cadenas.

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Ese es el verdadero Mahomes, no el aquel muchacho pálido, ojeroso y enfermo que por obvias razones no podía quedar fuera de la parafernalia que representa un Super Bowl, pues hay muchos intereses de por medio como para prescindir de una de las máximas figuras de la Liga en el juego más esperado del año.

En pocas palabras, el encuentro del domingo por la noche fue la verdadera dimensión de un enfrentamiento entre los equipos de Tampa Bay y Kansas City, no sólo de Brady y Mahomes; aún así, pudimos atestiguar el choque de ambos en condiciones de igualdad, es decir, completamente sanos y en ritmo, y sin más, Mahomes fue el absoluto ganador.

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Y no se trata de menospreciar al trabajo de Brady, que se diga lo que se diga, esta entre los 5 mejores de la historia, pero lo cierto es que Mahomes le ganó de manera contundente a su conjunto. Un sólido 28 a 17 al medio tiempo habla de la superioridad ofensiva de un equipo que esta vez si contó con su mariscal sano y en ritmo.

Y es que si pretendemos vernos aún más quisquillosos, la realidad es que los Jefes dejaron de pisar el acelerador en las segunda mitad, de lo contrario el marcado a su favor habría sido más abultado. No pasó desapercibido el momento en que Mahomes le reprochó a Eric Bieniemy, su coordinador ofensivo, ser más conservadores durante la segunda mitad del encuentro.

Por eso, reitero, aunque nunca se sabrá la verdad, y aquellos de mentalidad cerrada critiquen este punto de vista, el Mahomes que jugó en aquel Super Bowl estaba enfermo, era notorio pero también era imposible dejarlo fuera del show, en otras palabras se les caía el espectáculo.

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Y ya que hablamos de dar espectáculo, vaya sorpresa la que han dado hasta el momento Dallas y Filadelfia. Los Vaqueros, con un pasador suplente como Cooper Rush, un perfecto desconocido que llegó como agente libre sin ser seleccionado y que ha suplido de gran manera al lesionado Dak Prescott y de quien se piensa podría estar en juego su etiqueta de titular al ver el desempeño de este pelirrojo sin grandes credenciales. Es cierto que el entrenador Mike McCarthy ha asegurado que Prescott sigue siendo el número uno y el abridor en cuanto esté de vuelta, pero en un equipo en donde la última palabra la tiene Jerry Jones, el dueño que además juega el rol de gerente general, la opinión del coach poco puede pesar y más aún cuando Rush esta ganando y la relación entre Jerry y Dak no es del todo cordial.

En cuanto a las Aguilas, son el único invicto de la temporada y pocos creían que un muy joven entrenador como Nick Sirianni lograría levantar el vuelo de Filadelfia en sólo un par de temporadas. Su trabajo esta demostrando ahora más que nunca que la fórmula de dejar las riendas de un equipo a un coach de tendencia netamente ofensiva es la clave de alcanzar el éxito, o por lo menos el protagonismo, de manera más rápida, en el corto o mediano plazo, algo muy similar a lo que sucede con los Delfines con Mike McDaniel. Por cierto, y como detalle, ambos están logrando destacar con mariscales que jugaron para Alabama, Jalen Hurts y Tua Tagovailoa, respectivamente.