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Es más que una final
Está Cabral… por Alonso A Cabral

Es más que una final

Los días de final de Copa del Mundo son únicos, pero con la globalización del deporte más practicado del mundo, se han convertido en eventos en donde hay más que un título de futbol en juego.

Los aficionados argentinos tienen la esperanza de ver a Messi levantar la Copa del Mundo

Los aficionados argentinos tienen la esperanza de ver a Messi levantar la Copa del Mundo

EFE

Para Argentina el orgullo nacional estará en disputa. Una población víctima de una clase política incapaz y corrupta vierte todas sus esperanzas de alegría en el futbol. Tener al mejor jugador del mundo en sus filas es su orgullo y ser los campeones del mundo su primera necesidad.

Por unos días la nación albiceleste se ha olvidado de sus problemas económicos y si son campeones lo harán por varias semanas más.

En términos de futbol, es también la última oportunidad para Messi de ser campeón de un Mundial, para dejar sin argumento a sus críticos y ser considerado el mejor jugador de la historia.

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En Francia no es tan dramática la dependencia de la selección, pero son casi igual de apasionados. Aunque es un país que vive una división interna por la enorme cantidad de nacionalidades que ahí conviven, la selección es la única capaz de unificar a todos, y de ser descendientes de, o refugiados de, o inmigrantes de, es el único momento donde todos los que portan la playera son franceses. Y por supuesto, si ganan, lo festejarán todos, pero en caso de perder, volverán a ser inmigrantes.

Será el tercer título mundial para Argentina o Francia, el segundo para Mbappé o el primero para Messi. Las miradas estarán puestas en la cancha, pero hay dos figuras que han sido vitales para ambas escuadras.

Los entrenadores.

Cuando fue nombrado Lionel Scaloni fue severamente criticado. Llegaba al banquillo más codiciado en un país donde la selección lo es todo, y lo hacía sin antecedentes importantes como jugador ni como técnico. Lo trataron de “desleal”, al haber trabajado con Sampaoli y la mayoría opinaba que no merecía dirigir la selección.

El mismo Maradona dijo que “Scaloni no puede dirigir ni el tráfico”.

Hoy, todos los que hicieron esas críticas están festejando sin haber rectificado públicamente.

Es algo muy parecido a lo que atravesó Messi al principio de su carrera con la albiceleste, cuando lo tachaban de que no quería a la selección por no haberse formado en su país, lo abucheaban y hasta decían que no se sabía el himno. Incluso Messi renunció a su selección en el 2016 tras perder la Copa América Centenario.

Quizás el haber superado un proceso crítico muy similar, y muy duro, ha unido a Messi y Scaloni y también ha hecho que el técnico se haya ganado el respeto del grupo.

Didier Deschamps tenía méritos como jugador pero muy pocos como entrenador para llegar a la selección. Una vez en el cargo, resolvió situaciones muy complicadas como el caso Benzema. Tras ser acusado por chantaje a un compañero de selección en un escándalo sexual, Benzema fue separado del plantel, y a pesar de ser una estrella mundial le mantuvo el castigo y no lo llevó a Rusia. El título le dio la razón al técnico, pero aun así, hubo quienes pidieron su cabeza.

Arregló el problema con Benzema y después lidió con y las ausencias por lesión de varias de sus figuras.

Los dos técnicos se han repuesto de situaciones muy negativas y tácticamente le han cerrado la boca a sus críticos.

Para su mala fortuna, todo ese trabajo puede verse opacado por lo que ocurra hoy.

Es Deschamps contra Scaloni, Messi ante Mbappé, Griezmann frente a Julio Álvarez o Lloris contra “DIbu”. Argentina contra Francia.

Es la final de la Copa del Mundo. Hoy sale el campeón mundial, no hay más, y sin que haya un claro favorito, yo creo que Francia defenderá su título y será el primer bicampeón Mundial desde que Brasil lo hiciera en Suecia 1958 y Chile 1962.