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Madurez, la innegable ventaja de Purdy sobre Lance

Pero cuánta razón tenía Bill Parcells, y hoy más que nunca nos damos cuenta de que los buenos entrenadores dejan legados, frases y consejos que perduran a través del tiempo, y en esta ocasión una máxima de Parcells deja en claro que en algunas ocasiones no basta el talento o el físico para triunfar en la NFL, y menos aún en la posición de quarterback.

En sus años como estratega, Parcell fue claro al señalar que una de sus concionantes a la hora de reclutar a un pasador no era tanto su poder en el brazo o una talla enorme con carrocería de linebacker, sino que hubiera tenido un desarrollo completo en el futbol colegial, es decir, que hubiese sido un mariscal titular por varias temporadas, además de cumplir su proceso obligatorio de cuatro años en el futbol universitario.

MADUREZ, EL SECRETO

De acuerdo con Parcells, y no hay duda de que tiene toda la razón, cumplir con esos requerimientos dotaría al jugador de la madurez mental necesaria para hacerse cargo de una ofensiva a nivel profesional y la prueba a todas luces esta en casos más que conocidos como el de Peyton Manning, que a sabiendas de que podría haber optado por ser elegible para el Draft con sólo tres años en la universidad, decidió jugar su cuarto año. El resultado: uno de los mejores y más inteligentes quarterbacks de todos los tiempos.

Lo anterior es a colación por lo que sucede en San Francisco y el claro ejemplo entre sus parametralmente opuestos mariscales de campo: el talentosísimo y dotado atléticamente Trey Lance, y el “pequeño” y sin grandes atributos físicos Brock Purdy, y en donde la máxima de Parcells cobra total sentido: la madurez.

Brock Purdy

Brock Purdy

IG Brock Purdy

Mientras que Lance decidió ser elegible para el profesionalismo con apenas tres años en el colegial, sólo uno como titular en su segundo año, y únicamente un juego disputado en su último año debido a la pandemia de Covid 19; Purdy si jugó los cuatro años como abridor para Iowa State. En resumidas cuentas, Lance apenas participó en 19 encuentros contra 48 de Purdy; la diferencia es abismal y por ende el nivel de maduración como quarterback entre ambos es brutal.

Por todo lo anterior, es tan sencillo comprender porque Purdy ha logrado despuntar en el sistema ofensivo de Kyle Shanahan a pesar de ser uno de los más complejos, y que tanto trabajo le ha costado a Lance descifrar.

NO HACE FALTA SER UN FENÓMENO

No es que Brock sea un fenómeno o algo por el estilo, simplemente es un jugador que dada la posición en la que se desempeña requiere no sólo de cualidades físicas (que a ese nivel todo las tienen), sino la inteligencia que ha ido desarrollando y perfeccionando con algo muy sencillo pero vital: la práctica del juego.

Por más que muchos se empeñen en defender las innegables cualidades atléticas de Trey, que en efecto las tiene (un cañón en el brazo y una movilidad endemoniada), no es posible ignorar su inseguridad al momento de llevar las riendas de la ofensiva, su lenta toma de decisiones en el campo y su desesperación al momento de no encontrar un objetivo a quien lanzarle.

En ya dos años con los 49ers, la realidad es que poco o nada ha demostrado. Lo cierto es que si sigue en la plantilla del equipo es porque ni el gerente general Johnny Lynch, ni el coach Shanahan, están preparados para admitir que simplemente se equivocaron en 2021 al ofrecer tres selecciones colegiales de primera ronda a cambio de subir en el orden de reclutamiento para seleccionar a Lance.

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Sencillamente el chico no dio el ancho y con ello queda más que avalado el comentario de Parcells de que difícilmente un quarterback que no jugó sus cuatro años en la universidad podrá tener la madurez mental para desempeñar el muy sofisticado rol que demanda la posición.

Por su parte, Purdy, a pesar de que tratan de demeritar su trabajo argumentando que posee un arsenal ofensivo que cualquiera detrás del centro podría mover esa ofensiva, ha demostrado su valor, pues sin él, el equipo jamás pudo competir en el juego de Campeonato de la NFC. De la misma manera, bastó mirar la efectividad con la que Purdy movió al primer equipo ofensivo de los 49ers ante la primera unidad defensiva de los Broncos en el más reciente juego de pretemporada. Shanahan no tuvo más que reconocer que el chico juego muy bien y luce en forma con el sistema y el equipo.

Cuando tanto Lance como Sam Darnold, el otro quarterback del equipo, tuvieron su oportunidad con el primer equipo, poco pudieron hacer ante los Raiders en el juego anterior enfrentando a la primera y segunda unidad defensiva de Las Vegas.

Ahora todo dependerá de la manera en que Shanahan lleve y desarrolle a Purdy en el futuro; de hecho, no se puede pasar por alto que el coach es un reconocido mentor de mariscales de campo.

De la misma manera, no podemos ignorar la mano del coach de quarterbacks, Brian Griese, quien se ha encargado de pulir al joven Brock.

A dos semanas de iniciar la campaña, la prueba definitiva se asoma a la puerta de Purdy y San Francisco, una prueba que, de superar, podría representar una época de altos vuelos para la organización califoniana.