
Panam llega con paso firme a Plaza Central
La tarde arrancó con música, globos y el sello personal de “Bien hecho en México”, pues Panam inauguró su nueva tienda en Plaza Central, consolidando su lugar como la marca mexicana de tenis que nunca pasará de moda.
ANUNCIO
Entre fotos, aplausos y coleccionistas que llegaron con sus pares más vintage, la apertura se convirtió en toda una fiesta urbana. Más que una simple apertura comercial, el evento representó un momento simbólico para la marca mexicana que, después de 63 años, sigue conquistando corazones sin importar generaciones.

Una marca con historia
Fundada en 1962, Panam comenzó vendiendo tenis escolares sencillos. Hoy es un ícono del estilo urbano en México, con modelos que combinan nostalgia y tendencias actuales.
En Plaza Central, la nueva tienda ofrece desde los clásicos en blanco y negro hasta ediciones especiales en colaboración con marcas nacionales y personajes de licencias de la talla de Disney. Cada par de tenis es un guiño a quienes crecieron con Panam en las aulas y hoy los usan como estandarte de identidad.

Una experiencia de compra diferente
La tienda no solo se limita a vender calzado. Está pensada como un espacio inmersivo de moda, donde los visitantes pueden probarse los modelos de tenis más recientes, botas tipo combat, algunas hoodies y hasta perfumes.
En tiempos donde las grandes marcas extranjeras acaparan escaparates, Panam se mantiene como un símbolo de resistencia y orgullo nacional. La empresa sigue produciendo en México, específicamente en León, generando alrededor de 900 empleos y compitiendo frente a gigantes internacionales con un diferenciador clave: la autenticidad.
Con esta nueva tienda en Plaza Central, la marca no solo gana presencia, sino que reafirma su compromiso de mantenerse cercana a su gente, celebrando su esencia con cada diseño.

Más vigente que nunca
La inauguración dejó claro que Panam no es solo un calzado, es una declaración de identidad cultural. Esta ocasión no solo se vendieron tenis, los clientes se llevaron parte de una historia que ha acompañado a estudiantes, artistas, músicos y familias por más de seis décadas.
Este bien podría figurar como un recordatorio de que el estilo urbano hecho en México tiene un lugar privilegiado en el corazón de los consumidores.