Escenario

La actriz y productora Maya Irigoyen comparte los retos de llevar al escenario esta historia sobre corazones rotos, realidades inventadas y la fragilidad de las relaciones

“Cazando Estrellas Fugaces”: una mirada íntima al amor desde el teatro independiente

Cazando Estrellas Fugaces llega a la cartelera capitalina

Maya Irigoyen es actriz egresada de Casa Azul, comunicóloga y una de las coproductoras de BAM Producciones, compañía que apuesta por textos actuales con una mirada emocional y directa. En entrevista, cuenta cómo Cazando Estrellas Fugaces se fue gestando como muchas historias de amor: por azar. “Como bien lo trata la obra y como sucede en la vida, un poco es suerte. Las estrellas se van juntando y se encuentran”, dice. La obra reúne talentos que ya se conocían de proyectos anteriores, y fue el director Eduardo Córdoba quien los articuló en un nuevo relato escénico.

El texto, escrito por Sergio Villanueva, ofrece una mirada metateatral a las relaciones de pareja. “Habla de si uno realmente se enamora de la persona o de la idea de la persona”, explica Irigoyen. “Es una invitación a reflexionar: ¿qué hacemos cuando ya no hay nada más que hacer en una relación?”. A través de esta obra, BAM busca romper con la idea de que el teatro contemporáneo es inaccesible. “No queremos hacer teatro solo para teatreros, sino para cualquier persona que busque una experiencia honesta, sensible y cercana un miércoles por la noche”.

Más allá del romance, Cazando Estrellas Fugaces también pone el foco en los espejismos emocionales que construimos con y sobre los demás. En un mundo donde las relaciones transcurren muchas veces entre mensajes de redes sociales, esta historia explora cómo lo virtual y lo real se entrelazan, y qué tan profundo es el autoengaño cuando se confunde el deseo con el vínculo.

La intimidad como eje escénico

Montada en La Teatrería, la puesta en escena requiere de un trabajo actoral minucioso. La cercanía con el público exige una honestidad total. “El reto fue representar a estos personajes con empatía, sin juicios. No hay buenos ni malos; solo personas intentando hacer lo mejor con lo que tienen”, afirma la productora. Esta sensibilidad ha sido impulsada desde la dirección de Eduardo Córdoba, quien ha sabido equilibrar rigor y libertad para que el elenco explore a fondo sus personajes. “Eduardo cuida que todo lo que se diga y se haga en escena sea natural. Ha sido un proceso de mucha escucha y colaboración genuina”.

El montaje también destaca por su atmósfera sonora, construida por los músicos Daniel Pergama y Dylan Field. La música no es solo un adorno, sino una herramienta emocional que profundiza la experiencia. “Varios actores tuvieron que aprender a tocar instrumentos para la obra. Es un trabajo multidisciplinario que se nota en cada función”.

En escena, las historias que se cruzan no sólo evocan al amor, sino a su pérdida, a las decisiones postergadas y a los silencios incómodos. El resultado es una obra que puede hacer reír, conmover o incluso provocar alguna lágrima, pero siempre invita al espectador a mirarse a sí mismo. “Queremos que el público se lleve preguntas: ¿estoy viendo a la persona o a la idea de esa persona? ¿Cómo reacciono cuando me siento confrontado? ¿Qué me queda cuando ya no queda nada?”, dice Irigoyen.

Cazando Estrellas Fugaces: Una historia que invita a la reflexión

Producir desde la pasión y la colectividad

Para BAM Producciones, Cazando Estrellas Fugaces representa un paso más en su apuesta por dramaturgias contemporáneas y propuestas que conecten emocionalmente con la audiencia. “En BAM buscamos acortar la distancia entre el público y el teatro. Creemos que podemos contar historias profundas sin dejar de ser accesibles”, señala la productora. Esa visión también se refleja en el trabajo de equipo: “Una producción es posible cuando todos reman hacia el mismo lugar. Puede haber distintos puntos de vista, pero si tenemos claro el objetivo común, todo fluye”.

El proceso de producción no ha estado exento de desafíos logísticos y creativos, pero Irigoyen destaca que la clave ha sido mantener el foco en lo esencial: contar una historia que vale la pena. “Cuando hay dudas o tensiones, siempre volvemos a preguntarnos por qué estamos haciendo esto. Y la respuesta nos impulsa a seguir”.

La puesta en escena también representa una oportunidad de crecimiento para BAM. Quienes ya preparan el lanzamiento de su primer proyecto original, previsto para julio. Aunque no revelo detalles todavía, Irigoyen adelanta que seguirá la línea de crear teatro actual, íntimo y emocionalmente relevante.

Antes de cerrar, ofrece un consejo a quienes inician en la producción teatral independiente en México: “Hagan equipo con personas que amen lo que hacen. La única forma de llegar lejos es acompañado. Los baches en el camino son parte del proceso. Y si nunca pierdes de vista por qué haces lo que haces, todo vale la pena”.

No te pierdas Cazando Estrellas Fugaces, una obra que invita a mirar el amor desde una perspectiva honesta, contemporánea y profundamente humana. Las funciones se presentan en La Teatrería, un espacio íntimo ideal para dejarse envolver por esta historia cargada de emociones, música en vivo y reflexiones universales. Es una cita imperdible para quienes buscan reencontrarse con el teatro como espejo de la vida cotidiana.

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