
Felipe Colombo aún no logra asimilar por completo lo que está viviendo. Después de más de dos décadas de haber formado parte del fenómeno juvenil Rebelde Way y la banda Erreway, el artista vuelve a pisar los escenarios junto a sus entrañables compañeros Camila Bordonaba y Benjamín Rojas. Esta vez, con una gira que incluye una parada muy especial: México, su país natal.
“Es muy impactante. Estoy yendo con mis dos mejores amigos al país donde nací. Eso es muy emocionante y muy importante. Creo que va a ser un show lleno de toda esa carga, de toda esa nostalgia, pero también de mucho futuro”, confiesa Felipe.
El proyecto tomó forma cuando coincidieron los tiempos, las ganas y las posibilidades de todos los involucrados. “Ahora somos gente un poco más grande, cada quien con su vida, sus familias, sus representantes, sus proyectos individuales… pero logramos coincidir. Y cuando nos dijeron oficialmente que íbamos a México, no lo podíamos creer”, cuenta.
La respuesta del público ha sido apabullante. Desde Chile hasta Perú, pasando por Uruguay y ahora Grecia y Chipre, los fans han demostrado que Erreway sigue vivo en sus corazones. “Esto no existía. Lo ha inventado el fandom. Se comunican entre países, organizan acciones, nos sorprenden en los shows. Eso es hermoso. Hay una comunidad real alrededor de esta banda”.
Una amistad que trasciende el escenario
Uno de los elementos que más valora Felipe es la oportunidad de trabajar de nuevo con Camila y Benjamín, quienes además de colegas son sus grandes amigos. “Me emociona mucho todo esto. Tengo la suerte de haber pertenecido a un proyecto pop muy exitoso, pero además hacerlo acompañado de quienes a la fecha son mis mejores amigos”.
La dinámica entre ellos ha cambiado, pero para bien. “Mejoró muchísimo. Ahora somos nuestros propios jefes: armamos el show, decidimos la playlist, qué hacer en el escenario… Y eso también da libertad y confianza. Tenemos una ética de trabajo muy fuerte y disfrutamos mucho estar juntos”.
Felipe recuerda con cariño los orígenes del grupo, cuando apenas eran adolescentes. “Éramos muy jóvenes, llenos de energía. Fueron épocas de muchísimo trabajo, pero no lo sentíamos así. Y hoy, ver lo que construimos, mirarlo con distancia y madurez, es muy gratificante. A veces en las pruebas de sonido nos paramos a ver la puesta y decimos: ‘Mira lo que hicimos’”.
Ese vínculo que nació hace más de 20 años sigue siendo el motor del proyecto. “Nos unificó mucho todo ese proceso. Y eso también se nota en los shows, porque lo que sucede arriba del escenario es genuino, está lleno de emoción real”.

Un reencuentro con el público mexicano
El regreso de Erreway a México es mucho más que una fecha más en la gira: para Felipe tiene una carga personal muy fuerte. “Cuando me dijeron que íbamos, pensé inmediatamente en mi familia, en mi infancia, en todos esos recuerdos que están conectados con México. Me emociona muchísimo”.
Y sabe que los fans mexicanos lo esperan con los brazos abiertos. “Estamos profundamente sorprendidos y agradecidos. Leemos todos los comentarios, vemos todo lo que hacen. Tal vez no respondemos siempre, pero estamos muy atentos. Esto que está pasando es algo inédito”.
Felipe también reconoce que Erreway significó mucho más que una banda para una generación entera. “Cuando lo vivíamos, no teníamos conciencia del impacto. Teníamos 17 o 18 años, estábamos en medio del vértigo. Pero hoy, con una hija adolescente y otra perspectiva, entiendo que las canciones se metieron muy profundo en la vida de las personas”.
Ahora, el proyecto tiene otra dimensión. “Ya no solo son canciones pop. Hay algo comunitario, algo que une a la gente. Hemos visto familias completas en los conciertos, padres e hijos cantando juntos. Eso es impagable”.
Y para cerrar, manda un mensaje a los fans mexicanos que ya se preparan para viajar desde distintos puntos del país para verlos: “Va a ser un fiestón. Una oportunidad única tanto para ustedes que lo han hecho posible, como para nosotros que vamos a vivir ese momento. Gracias de corazón”.