Escenario

El actor Everardo Arzate nos habla sobre su paso del escenario a las plataformas digitales, su trabajo en series como Mujeres Asesinas y Rosario Tijeras, y el valor del arte para visibilizar la violencia de género

Everardo Arzate: del teatro a la pantalla, una voz firme contra la violencia de género

Everardo Arzate

Everardo Arzate se define como un actor “en peligro de extinción”, uno que transita con la misma pasión entre el teatro y el medio audiovisual. Su formación teatral, consolidada como parte del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, ha sido piedra angular para abordar proyectos televisivos de alto impacto, como Mujeres Asesinas o Rosario Tijeras.

“La televisión y el cine son mundos que se han abierto más a raíz de las plataformas digitales”, comenta. “Antes era difícil tener oportunidades si venías del teatro; ahora, los caminos se han cruzado y el trabajo escénico me ha dado herramientas sólidas para enfrentar la cámara.”

Pero más allá de las oportunidades, su paso por el teatro ha marcado su manera de construir personajes. “No soy un actor que elige proyectos, sino que los proyectos me han elegido a mí. Y han sido afortunadamente muy poderosos, con una recepción muy fuerte en el público”, confiesa.

Uno de estos fue su interpretación de Rudy en Mujeres Asesinas, un personaje oscuro y emocionalmente complejo. “No quise caer en el cliché del villano. Trabajamos mucho desde el guion para entender las motivaciones, sin juicios, buscando que el espectador se preguntara qué llevó a cada personaje a actuar como lo hizo”, explica.

Interpretar la violencia desde la empatía: Rudy y el agente Pineda

En Mujeres Asesinas, Rudy no es solo el antagonista, sino un hombre marcado por la soledad, que intenta encajar en una familia quebrada. “Era importante mostrar cómo la violencia también surge de las ausencias, de las heridas que nunca sanaron.”

La profundidad emocional del personaje fue posible, dice, gracias a un trabajo de ensayos comprometido con los directores y la actriz principal. “Queríamos construir personajes reales, sin polaridades simplistas entre buenos y malos. Que el público completara el juicio desde su propia mirada”.

Su participación en Rosario Tijeras lo llevó a un terreno diferente, aunque igualmente emocional. Interpretando al agente Pineda, un investigador que se infiltra para desmantelar una red de trata de personas, Arzate mostró otra faceta actoral, más contenida, pero igual de intensa.

“Pineda empieza como un burócrata de la policía, pero a lo largo de la historia se reencuentra con el sentido de su labor. Se convierte en alguien que busca justicia desde lo más profundo de su ser. Es un arco muy humano, y eso lo hace poderoso”, explica. El reto, asegura, fue construir esa transformación interna sin que se notara forzada. “En la ficción, el espectador debe creer que ese cambio nace de algo verdadero.

Ambos proyectos comparten un eje común: la violencia de género. Desde su experiencia, Everardo sostiene que el arte tiene un papel crucial en visibilizar estas problemáticas. “Tenemos que hablar de lo que significa ser mujer en México. Las condiciones no son las mismas para ellas que para nosotros. La ficción puede ser el inicio de una conversación urgente.”

Más allá de la cámara: experiencia, primeras veces y nuevos proyectos

Con más de 25 años de trayectoria, Arzate ha trabajado bajo la dirección de nombres como Luis Valdez, José Caballero, Carlos Carrera y Everardo Gout, y, sin embargo, cada nuevo proyecto lo aborda con la emoción del debut. “Aunque tengas experiencia, cada set es como la primera vez. El nervio no desaparece, y eso me mantiene vivo.

Considera que las herramientas del teatro, la televisión y el cine no se contraponen, sino que se complementan. “El teatro me exige una precisión brutal. Es un privilegio hacerlo hoy en día. En cambio, en cine o televisión todo puede cambiar de un momento a otro, tienes que adaptarte. Pero en todos los casos, lo más importante es entregarte por completo al personaje”.

Recientemente, presentó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara la película Un Mundo para Mí, dirigida por Alejandro Zuno, donde interpreta al Dr. Trejo, un médico que representa una postura conservadora frente a la identidad intersexual. “Es un tema muy delicado. La película aborda cómo la medicina, en ciertos casos, decide por los cuerpos de los niños, sin pensar en las consecuencias a futuro. Es urgente hablar de esto también.”

La cinta recibió una mención especial en Guadalajara y competirá en el Festival de San Sebastián, lo que augura una carrera prometedora para la producción. “Me entusiasma mucho el impacto que está teniendo. Creo que también puede abrir debates muy importantes”.

Y no es el único proyecto en camino. Arzate también forma parte de Lupe, película dirigida por Roberto Fiesco sobre la vida de la actriz Lupe Vélez, donde interpreta al icónico Arturo de Córdoba. “Fue un reto enorme encarnar a un personaje tan conocido. Pero también un privilegio. Estoy deseando que se estrene”.

Al final de la charla, Arzate hace una reflexión que resume su filosofía artística: “Este trabajo es muy difícil, pero también profundamente necesario. Si no hablamos de lo que nos duele como sociedad, ¿entonces para qué sirve el arte?”

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