Escenario

El cineasta mexicano presenta “Mamá”, “En defensa propia”, “Ramiro” y “El candado y la cadena” en la vigésima edición del festival más importante de cortometrajes en América Latina, consolidando su voz como director, productor y guionista

Ramón Medina conquista Shorts México 2025 con cuatro cortometrajes en competencia

Ramon Medina

Para Ramón Medina, participar con un cortometraje en la selección oficial de Shorts México ya era un sueño difícil de imaginar. Pero este 2025 la realidad lo supera: cuatro de sus proyectos forman parte del festival, algo que él mismo considera increíble.

“Es una cosa muy bella saber que tienes cuatro proyectos en un festival tan importante, a nivel nacional e internacional. Con uno ya es difícil, con cuatro, imagínate. No lo creo todavía”, confiesa.

Cada obra representa un universo propio:

  • Mamá es un thriller psicológico sobre la depresión posparto, protagonizado por Coral de la Vega, Cuauhtli Jiménez y con una participación especial de Patricia Reyes Espíndola, quien ha sido una aliada clave en su trayectoria.
  • En defensa propia aborda un interrogatorio sobre feminicidio con tintes de humor negro, protagonizado por Jay Romero y Carmen Madrid. Lo interesante es que el guion nació de un exalumno de Medina y fue desarrollado en colaboración.
  • Ramiro, escrito a petición de Patricia Reyes Spíndola, muestra una conversación incómoda entre un psicólogo y su paciente, también con un tono de comedia oscura. Fue producido por MM Studio, la escuela de la actriz.
  • El candado y la cadena es el proyecto más personal del director: un drama rural inspirado en su familia paterna, con anécdotas reales de su padre, animales, caballos y hasta víboras en pantalla. “Es un homenaje muy íntimo, con mucha aventura”, explica.

Cada cortometraje tiene una identidad distinta, pero en conjunto muestran el rango narrativo y creativo de Medina.

Retos creativos y aprendizaje en el camino

Aunque su participación en el festival representa un logro importante, el director reconoce que llegar ahí no fue sencillo. Cada cortometraje implicó un desafío particular.

En Ramiro, por ejemplo, el reto fue mantener la tensión en una historia donde solo hay dos personajes sentados en sillones. “Era muy complicado darle ritmo a algo tan estático y, al mismo tiempo, sostener el humor negro. Fue un gran reto”.

En "En defensa propia", la dificultad radicó en que Jay Romero debutaba como actor. “Era su primera vez en pantalla. Eso me preocupaba, pero terminó haciendo un trabajo espectacular, de primer nivel. Carmen Madrid, su contraparte, también ayudó mucho a que la dinámica funcionara”, recuerda.

El candado y la cadena se convirtió en un reto aún mayor: trabajar con animales, niños y elementos rurales. “Hacer actuar a víboras, perros y caballos es una locura. Pero lo que más me emociona fue que utilizamos un recurso técnico que no había visto: un solo lente anamórfico con adaptador anamorfizador. El aspecto visual es único”.

El aprendizaje acumulado como actor y cineasta también influyó en su capacidad de resolver estos retos. “Como actor me he vuelto mucho más consciente de todo lo que sucede alrededor. Entender la maquinaria completa de un rodaje me ha dado herramientas valiosas como director”.

Más allá de las complicaciones, Medina destaca que lo que más se lleva de estos proyectos es la familia creativa que se formó. “La mayoría de las personas que trabajaron en estos cortos llevan más de una década conmigo. Esa continuidad es lo que hace la diferencia”.

Ramón Medina

El cortometraje como pilar del cine mexicano

Shorts México no solo representa una plataforma de exhibición, sino también una validación de la importancia del cortometraje en la industria nacional. Para Medina, estos formatos ya no son solo un “ejercicio de aprendizaje”, sino un pilar narrativo y artístico en México.

“El cortometraje es una ventana muy poderosa a nivel global. Antes se pensaba que solo era parte de la formación, pero hoy sostiene gran parte de la industria cinematográfica mexicana. Son historias breves, sí, pero con un nivel profesional altísimo”.

Tener sus obras en pantalla grande, especialmente en sedes como la Cineteca Nacional, es un motivo de orgullo. “Para mí, que se proyecten en cine ya es un premio. Los concebimos para pantalla grande y verlos ahí es indescriptible. Lo que más deseo es que el público los disfrute tanto como nosotros al hacerlos”.

El recorrido de los cortometrajes apenas comienza. Medina ya los tiene inscritos en varios festivales internacionales, esperando que la buena racha continúe. “Empezamos con el pie derecho en Shorts México, pero queremos que estas historias viajen lo más posible”.

De cara al futuro, el director también adelanta un proyecto ambicioso: una película de folk horror titulada En llamas, que prepara junto con el guionista Alberto Ruzansky y bajo la invitación de Pablo Guisa, director del festival Mórbido. “Estamos afinando el guion y la idea es comenzar a filmar a mediados del próximo año. Es un proyecto grande que me emociona muchísimo”.

Con cuatro cortometrajes en competencia, Ramón Medina confirma que el formato breve no es una escala menor, sino un espacio de creación poderosa. Su presencia en la edición número 20 de Shorts México refleja no solo su talento, sino también el vigor de una generación de cineastas que ven en el cortometraje un lenguaje con identidad propia.

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