Escenario

‘La ciudad perdida’: El divertido placer de no tomarse en serio

Los cineastas Aaron y Adam Nee retoman la premisa de Dos bribones tras la esmeralda perdida para hacer un filme en el que el cliché es usado como una herramienta de divertimento que se sale con la suya

corte y queda

El filme es protagonizado por Sandra Bullock y Channing Tatum. Foto:

El filme es protagonizado por Sandra Bullock y Channing Tatum. Foto:

Cortesía

En 1984, Robert Zemeckis hizo un relato acerca de una novelista de romance (Kathleen Turner) que se vería inmiscuida en un embrollo debido a un mapa del tesoro que la llevaría en cómicas aventuras a través de la jungla colombiana acompañada de un compinche bastante astuto y galante (Michael Douglas). Esto básicamente era la premisa de Dos bribones tras la esmeralda perdida, comedia que jugaba con los géneros y funcionaba gracias a la gran química de sus protagonistas que obtuvo una secuela igual de aplaudida, La joya del Nilo (Teague, 1985).

Casi 40 años después, los realizadores Aaron y Adam Nee retoman esa premisa añadiéndole su propia visión en temas que no desconocen del todo en su filmografía: La comedia romántica (The Last Romantic, 2006) y la aventura a través de la búsqueda de un gran tesoro (Band of Robbers, 2015) dando como resultado una cinta absurda y llena de clichés pero que logra su cometido de divertir a la audiencia gracias a un acertado cast y buenos chistes en el proyecto llamado La ciudad perdida.

Estreno de 'La Ciudad Perdida'.

Estreno de 'La Ciudad Perdida'.

Especial

Aquí, tenemos a la novelista Loretta Sage (Sandra Bullock), quien está forzada a formar parte de la gira promocional de su último gran libro al lado de su modelo de portada, Alan (Channing Tatum). Sin embargo, las diferencias entre ellos llevarán a que, en medio del tour, la escritora sea secuestrada por un millonario de nombre Abigail Fairfax (Daniel Radcliffe), quien cree que ella puede ser la clave para encontrar una mítica ciudad perdida con un tesoro irremplazable.

Una de las partes clave para que la comedia romántica de aventuras funcione recae en sus dos protagonistas, Tatum y Bullock, mismos que, como en su momento lo hicieron Turner y Douglas, encuentran una química bastante buena que incluso juega con los arquetipos clásicos de este tipo de cintas. A Channing le queda perfecto ese prototipo de galán que tiene el físico pero no el seso ni la actitud de héroe de acción, mientras que Sandra oscila entre la damisela en peligro pero también la astuta y ruda mujer que es dura de roer.

Sumado a esa dupla interesante, existe la figura caricaturesca de Radcliffe como un villano que remite mucho a su rol del joven berrinchudo en Los Ilusionistas 2 (Jon M. Chu, 2016), mostrando su lado de niño caprichoso que no importa como, busca salirse con la suya. Pero es un papel secundario el que se roba la escena de manera inesperada y ese es Jack Trainer, interpretado por Brad Pitt, cuyo rol, por breve que es, provoca la carcajada en una secuencia que es de las más memorables de esta cinta.

Reseña de 'La Ciudad Perdida'.

Reseña de 'La Ciudad Perdida'.

Especial

No todo es miel sobre hojuelas en La ciudad perdida, pues la cuestión del guion sufre en algún momento de un bajón en su ritmo y narrativa después de un primer acto de locura, lleno de risas y buenos momentos. Es en esa parte donde el pequeño romance entra en juego y una subtrama le quita mucho mérito al filme de los Nee, que afortunadamente encuentra el camino de vuelta hacia su tercer acto, uno más lleno de aventura y acción con algunos buenos chistes.

También, la labor técnica del fotógrafo Jonathan Sela se queda corta a diferencia de otros trabajos como Deadpool 2 (2017), Atómica (2017) o John Wick (2014), en las que logró capturar la esencia de buenas secuencias de acción. Aquí, el montaje no le ayuda mucho y funciona meramente más por la gracia que la habilidad de sus protagonistas. En cuanto a la música de Pinar Toprak, resulta un recurso que, a pesar de estar marcadamente inspirada por otras cintas, desentona en el punto romántico exagerando en la melosidad de su ritmo pero se aprecia de buena forma en las secuencias de aventura.

Pero lo interesante de este relato es, justamente, que a pesar de caer en los clichés de este género, tanto los realizadores como los actores están conscientes de que no es un filme para tomarse en serio y le sacan provecho a ello, sumado a los bonitos guiños que la cinta le hace justamente al díptico ochentero de Zemeckis y Teague.

Si bien La ciudad perdida no busca reinventar ningún género ni mucho menos experimentar en sus elementos visuales o narrativos, finalmente logra lo que otras películas han intentado durante este inicio de año: un simple y sencillo entretenimiento con sus altos y bajos pero que no deja de contagiarnos de cierto encanto, justamente como si leyéramos una novela romántica de aventura escrita por la misma protagonista, haciendo que esta propuesta sea un relato predecible pero disfrutable.