Escenario

‘La gran libertad’: Una dura y conmovedora reflexión sobre el sentido de ser libre

CORTE Y QUEDA. El filme de Sebastian Meise cuestiona si la libertad es simplemente el poder hacer lo que uno quiera sin restricción alguna, o si es una cuestión de elección

cine

El filme es protagonizado por Franz Rogowski y Georg Friedrich.

El filme es protagonizado por Franz Rogowski y Georg Friedrich.

CORTESIA CINE CANÍBAL

Dentro del código penal de Alemania, durante los años 1872 a 1994, existió el denominado artículo o párrafo 175, el cual criminalizaba la conducta homosexual (especialmente entre personas del sexo masculino), que se castigaba con la cárcel, así como con la suspensión de los derechos civiles del acusado. Bajo esta norma, se estima que al menos 140 mil hombres fueron procesados penalmente.

El cine ha abordado en diferentes ocasiones esta infame norma jurídica, siendo la más notable el documental Párrafo 175 (Paragraph 175, Alemania-EUA-Reino Unido, 2000) de Rob Epstein y Jeffrey Friedman, que reúne varios relatos de diversas personas quienes fueron encarceladas (o incluso enviadas a campos de concentración durante el régimen nazi) solo por su preferencia sexual.

La polémica norma es retomada ahora por el cineasta y guionista austriaco Sebastian Meise junto con el argumentista Thomas Reider, como uno de los motores del drama La gran libertad (Great Freedom/Große Freiheit, Alemania, 2021). En su segundo largometraje de ficción, Meise narra la historia de Hans Hoffmann (Franz Rogowski), quien a causa del párrafo 175 ha pasado buena parte de su vida adulta en el encierro, y desde antes del fin de la guerra en 1945, Hans ha estado entrando y saliendo de diversos penales pertenecientes al sistema carcelario alemán (incluyendo una temporada de cautiverio en un campo de concentración).

Fotograma de La gran libertad.

Fotograma de La gran libertad.

CORTESIA CINE CANÍBAL

Además de haberse visto privado de su libertad, el protagonista siente que la ley y la sociedad también le ha despojado del derecho y la posibilidad de expresar su preferencia sexual libremente y sin temor. Y por ello alberga en sí un profundo deseo de libertad (y de amar), lo cual lo ha llevado -en esos ires y venires, desde los cuarenta y hasta finales de la década de los sesenta- a enamorarse de otros hombres, con quienes sostiene intensos romances, pero que invariablemente terminan mal.

Otra parte del relato recae en Viktor Kohl (Georg Friedrich), un rudo preso condenado por asesinato, aquejado por una fuerte codependencia hacia diversas drogas, quien dice anhelar también la libertad, pero en el fondo siente algo de terror hacia ella, gracias a reiteradas veces en las cuales sus apelaciones han sido rechazadas, y a una adicción tanto por diversas sustancias químicas, como por el universo carcelario y su rutina inmutable, los que se han vuelto para él algo familiar e incluso le brindan cierta seguridad y confort.

Hoffmann y Kohl traban amistad, la cual derivará (gracias a sus reencuentros en cautiverio con el pasar de los años) en una relación muy cercana y solidaria, donde hay un mutuo reconocimiento y un vínculo fuerte, alimentado por sus dolores y duelos personales, pero también cimentado en la confianza mutua, en el singular y genuino afecto existente entre ambos hombres y en su necesidad de aliviar de alguna forma sus mutuas soledades. E incluso les permite darle salida a lo mejor que reside en cada uno de ellos.

‘La gran libertad’: Una dura y conmovedora reflexión sobre el sentido de ser libre Video

Narrada a tres tiempos y con un tono intimista, Meise y Reider confeccionan en La gran libertad una historia dura y bella a partes iguales, sobre dos seres marginados quienes, en respuesta a sus circunstancias adversas; encuentran uno en el otro un solaz refugio, así como una forma de enfrentarse y sobrevivir juntos a una realidad gris, claustrofóbica y en ocasiones brutal. Un relato narrado de modo directo, realista y balanceado, el cual se cuida de no caer en lo complaciente, demagogo o aleccionador, pero también evita el tremendismo o el regodearse en los momentos más perturbadores por los que atraviesan sus protagonistas.

Al mismo tiempo (a través de la relación de sus personajes al pasar de las décadas) reflexionan sobre el verdadero sentido de la libertad, donde por un lado dejan claro que hay encierros mucho peores que los de una cárcel, derivados de la destrucción sistemática de los deseos, los derechos y la dignidad de los individuos, tanto dentro como fuera de una celda o de un reclusorio. Por otro lado, se cuestiona si la libertad es simplemente el poder hacer lo que uno quiera sin restricción alguna, o si es una cuestión de elección. Y de paso debate sobre el lugar que el amor, la empatía y la compasión ocupan dentro de dicho sentimiento/condición/derecho… y en nuestra sociedad actual.