“Hace 20 años, iba en la moto por Barcelona pasando por una plaza donde había dejado a un grupo que pretendía imitar a otros y estaba muy enfadado, estaba pensando ‘¿por qué todo el mundo quiere sonar a lo que está sonando ahora? Y en ese momento dije ‘molaría mucho y estaría muy bien tener un grupo imaginario’...”

“Y justo cuando pasaba por esa plaza, me vino el nombre de la banda y pensé, ‘es un nombre que, hasta cierto punto, tiene un nivel de sinvergüenza’, y todavía no nos habíamos juntado, solo éramos amigos y tal; luego de que pasó lo que pasó y la banda comenzó a subir, fue realmente alucinante, ese fue el inicio de todo”.

“Hace cinco años hubo un segundo inicio que fue el concierto en el Caradura, si nos llegan a decir que en una cuestión de cinco años íbamos estar sin más ni menos que en el Auditorio Nacional ¡quién lo hubiera creído! Pero al final esa banda imaginaria se convirtió en real, ese público imaginario se convirtió en real y por eso estamos aquí hoy, para celebrar con vosotros este veinte aniversario, en el cual vamos a tocar canciones que esperemos os gusten de esta selección, como por ejemplo ésta, que está dedicada a todas las chicas, ‘La niña imantada’”, fueron las primeras palabras con las que Santi Balmes, dio la bienvenida al público.

Aunque horas antes del concierto, el vocalista y poeta, compartió a través de su cuenta de Instagram una fotografía con la descripción que mencionaba que el show había alcanzado sold out, fueron evidentes los asientos desocupados a los costados de la parte superior del recinto.

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Sin embargo, algo fue cierto, esa noche no sería un simple concierto más para el público ni para la banda catalana.

A través de 25 temas, Love of Lesbian hizo un recorrido por los álbumes Maniobras de escapismo (2005), Cuentos chinos para niños del Japón (2007), 1999 (2009) La noche eterna. Los días no vividos (2012), Nouvelle Cuisine Caníbal (2014) y El poeta Halley (2016); con el que creó una atmósfera única e íntima con el público.

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Tal como lo mencionaron días antes, durante una conferencia de prensa, la participación de Alex Ferreira en el tema “Los males pasajeros” y de Manuel Coe Mendoza, de Camilo Séptimo, durante la canción “Belice”; fueron grandes aciertos que permitieron a la agrupación lucir sus temas con estilos distintos que no mermaron su esencia. 

Particularmente con la aportación de Silvana Estrada, quien bajo un estilo flamenco, sorprendió a los asistentes con su potente voz e interpretación en “Incendios de nieve”.

Aspectos como la iluminación y los respaldos visuales proyectados en las pantallas tampoco decepcionaron, sin embargo no fue lo más importante a destacar, considerando la constante interacción de la banda con el público durante toda la noche, y la peculiar y dramática interpretación de Balmes, que por momentos convertía a cada canción en una puesta teatral llena de emociones y sensaciones emitidas por su contoneo; logrando romper la cuarta pared del escenario.

Los oportunos descansos fueron protagonizados por íntimas anécdotas de la banda —principalmente de Balmes—, las cuales transformaron al concierto en algo más parecido a un encuentro entre amigos; entre bromas, palabras de amor y lágrimas, músicos y público crearon un vínculo inigualable y pocas veces visto en un concierto.

“Los problemas que hay allí afuera, todos los tenemos, está clarísimo, pero cuando creas una burbuja de estas características, donde estás exorcizando, estás sacando todo lo que llevas a un concierto, tanto las alegrías como las tristezas, y ves que hay tantos raros como tú que van a un concierto. Esto sin duda es mágico, pero que un público sea capaz de emocionar a una banda, eso no acostumbra suceder”, mencionó el vocalista.

Acto seguido, enmudeció unos segundos, luego que una ola de aplausos y gritos de efusividad apagaran su voz… durante esos breves instantes, las lágrimas delatoras hicieron brillar sus ojos, con una emoción peculiar, que mostraron aun ser realmente conmovido por la respuesta del público.

“Tardamos en venir un tiempo, pero desde hace cinco años que salió entre platicas ‘tenemos ganas de hacer algo especial para México’. De verdad gracias en nombre de toda la banda, por haber concebido que esto para nosotros sea algo histórico. Y esta capacidad de empatizar con las canciones de Love of Lesbian hacen que nuestra profesión, honestamente, sea la más bonita del mundo, ¡muchísimas gracias!” 

Sin más preámbulos, comenzó a cantar “Planeador”, última canción del show.

Así cerró una noche digna de un aniversario, la cual augura muchas décadas más, no solo de poesía musicalizada —formada a partir de letras profundas y nada pretenciosas—, sino de espectáculos que inmortalizarán a Love of Lesbian como una de las bandas de habla hispana más destacadas, que han trascendido de manera natural dentro de una escena cada vez más diversa y efímera, carente de sentido y significado en la mayoría de sus proyectos.

Love of Lesbian no es una banda para todo el público, es música hecha por “raros” para “raros”; concepto que podría definirse como personas con suma sensibilidad que no esperan encajar dentro de los cánones establecidos en la sociedad; sino que se mueven por su sentir y reflexionar.