Escenario

Manolo Caro: “El cine se hace como un acto de amor, sin miedo a caerte en el precipicio”

COBERTURA. El cineasta ofreció una conferencia magistral este fin de semana en el marco de la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara

cine

Manolo Caro en la charla Cómo hacer cine y no morir en el intento.

Manolo Caro en la charla Cómo hacer cine y no morir en el intento.

CORTESIA FICG

“Cada película, cada guion, cada idea es un monstruo con diferentes características”, dijo el cineasta Manolo Caro la tarde de este sábado para comenzar a hablar de su experiencia en el séptimo arte en la conferencia magistral Cómo hacer cine y no morir en el intento, que se realizó en el marco de la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).

Para el realizador es importante aprender que la carrera del cine no solo tiene que ver con el arte: “Hay que tener la cabeza muy bien amueblada en esta industria, porque es muy fácil que la pierdas. Cuando se tiene la posibilidad de hacer cine, se tiene que hacer como un acto de amor, sin miedo a caerte en el precipicio. Arriesgar y ser valiente. Hay momentos en los que tienes que ponerte firme y (defender) la historia que quieres dejar en el cine de mi país, la voz que yo quiero que el público se quede de mí”, explicó el realizador.

El objetivo principal de esta conferencia, en la que habló con el crítico cinematográfico y su hermano Óscar Uriel, fue el de compartir su experiencia con estudiantes aspirantes a la realización, por lo cual dio un par de consejos:

“Los que quieran crecer y pasarla en grande tienen que tener flexibilidad, a partir de encontrar nuevo público, de otro modo se quedarán haciendo el mismo tipo de cine. Cada película, cada proyecto, cada guión y cada idea es un monstruo distinto, con diferentes características e implican retos diferentes”, dijo.

Jesús Manuel Caro Serrano, su nombre real, insistió en que deben buscar nuevas historias, porque no todo tiene que ver con el punto de vista anglosajón: “Hay que ver nuestra realidad, hay mucho que contar, no hay que imitar. Cuando nos sentimos identificados, nos reímos o nos burlamos de nosotros mismos, es dónde más cercano estamos”.

El encuentro también se prestó para opinar sobre algunos temas de coyuntura general como las polémicas que hay en torno a los contenidos que llegan a ofender a personas sensibles al grado de provocar reacciones en redes sociales que llegan a la censura: “La cultura de la cancelación me parece un horror, porque es no darnos la posibilidad de aprender, es como ponerle una cruz a alguien y decir: nunca exististe, pero sí existió y existieron películas increíbles que ahora están canceladas, existieron movimientos que fueron importantes y que hoy no podrían ser”, expresó durante una charla con estudiantes.

“Probablemente hoy no haría cosas que hice en los inicios, pero no me arrepiento de nada porque he sido congruente y he sido honesto y lo voy a seguir defendiendo y me voy a seguir topando con gente que no le guste mi persona, o la forma de realizar mis películas, tú puedes decidir qué ver a qué dedicarle tu tiempo”, señaló.

Además de hablar sobre su acercamiento a Netflix, el cineasta profundizó en lo que quería mostrar a través de la miniserie Alguien tiene que morir (2020), la cual nació por la necesidad de contar la persecución contra la comunidad homosexual a lo largo de la historia y que aún está presente pese a que hay la creencia de que la sociedad avanzó en este tema.

“Estamos contando una historia de 1954, en España, pero esto hoy en día ocurre no solo en los casos más famosos, sino en todas las comunidades de México, en el interior de las casas en Latinoamérica, y que creemos que hemos avanzado mucho y no, tal vez lo que hemos hecho es verbalizarlo, pero la homofobia sigue existiendo y sigue matando todos los días”, comentó.

La serie fue estrenada en 2020 y cuenta la historia de un joven homosexual que regresa a la España de mediados de la década de los años 50 en medio del franquismo y con una familia conservadora que no acepta su identidad.

Finalmente, el realizador reflexionó sobre la mayor enseñanza que le ha dejado su trabajo en el séptimo arte: “Me han dicho: ‘eres un niño’, ‘eres un arquitecto’, ‘no sabes lo que haces’, pero han sido diez años y todos los días me levanto diciendo: ¡Nadie va a escribir mi historia, lo voy a hacer yo! ¿Me he equivocado mucho, haría las cosas diferentes? ¡No! Han sido diez años de éxito, me considero una persona exitosa y viene mucho por delante … Yo voy a pelear las batallas que pueda como el cineasta que soy”, concluyó.

Manolo Caro es un productor, guionista y director de cine y teatro mexicano. Inició su carrera realizando cortometrajes, como director y guionista de Motel (2004), Gente bien… atascada (2007) y Lulú la del pez (2008). Después dio el salto al largometraje, empezando con No sé si cortarme las venas o dejármelas largas (2013), la cual fue una adaptación de su obra teatral original del mismo nombre. Otros filmes de Manolo Caro son: el documental La fabulosa y patética historia de un montaje I love Romeo y Julieta (2014), las comedias románticas Amor de mis amores (2014), Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando (2014) y La vida inmoral de la pareja ideal (2016).

En 2018, Caro incursionó en la realización de contenido para televisión y escribió, produjo y dirigió la exitosa serie de Netflix, La casa de las flores. También este año dirigió la adaptacion mexicana de la historia de Perfectos desconocidos (2018), cinta original italiana que también ha sido adaptada por España con éxito. Manolo Caro se ha dado a conocer por sus historias cargadas de humor negro y homenajes a grandes cineastas, por ejemplo, Pedro Almodóvar, de quien ha tomado prestado el recurso de los roles femeninos imponentes. El 2018 dejó un año lleno de nuevos proyectos para Caro, además de una exposición internacional luego de haber incursionado en el formato de streaming. Aún no está confirmado cuál será su nuevo proyecto en pantalla grande.