Escenario

‘Olote’, un cortometraje que critica la glorificación de la violencia en el cine

La cineasta Lau Charles comparte con Crónica Escenario, detalles de su filme que pasó por festivales como Shorts México y Morelia

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Un cortometraje que ha dado mucho de qué hablar debido a la cruda realidad que retrata de un México que sufre los estragos de la violencia es, ni más ni menos que Olote, de la realizadora Lau Charles y que después de su paso por Shorts México llegó a la edición 19 del Festival Internacional de Cine de Morelia para seguir provocando una conversación necesaria en la audiencia. En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de hablar con ella acerca de este intenso proyecto.

La génesis de Olote nos lleva hasta el año 2017, en un día que Charles recibió una noticia que la sacudió bastante. “Por ahí de ese año estaba pensando y escribiendo ideas distintas y me enteré de repente de lo que estaba sucediendo en ese momento en Siria con los niños y todas las revueltas que suceden allá. Me llegó una imagen de un niño con un arma y no es que no hubiera visto algo parecido antes, pero en ese momento me impactó mucho. Veía las luces de la ciudad y pensaba cómo era posible que siguiéramos con nuestra vida cuando pasan estas cosas y le negamos la infancia a estos seres. De ahí escribí un cuento acerca de ello”.

Siguiendo su proceso habitual creativo, la joven directora fue haciendo este relato sin dejar de lado las cuestiones éticas y morales que implicaba escribir de este problema. “Las tenía muy presentes; me preguntaba qué derecho tenía yo de contar esta historia y de repente investigué acerca de lo que pasaba con el narco en el país y me di cuenta que no necesitaba irme al otro lado del charco para encontrar esta brutalidad”, comentó.

‘Olote’, un cortometraje que critica la glorificación de la violencia en el cine

 

   

“Así que hice una investigación de unos seis meses, leí un libro del periodista asesinado Gabriel Valdés llamado Los huérfanos del narco, que recopila relatos sobre estos supuestos daños colaterales y me pareció doloroso, brutal. Así, el proyecto fue cambiando de ese cuento donde sólo era una niña la protagonista hasta terminar siendo Olote”, añadió.

Olote narra la historia de Julia, una pequeña niña, cuyo pueblo se encuentra en medio de la guerra contra el narcotráfico en México. Mientras espera el regreso de su padre, Julia conoce a Miria, un niño sicario, su contraparte en un conflicto del que ambos son víctimas y que no alcanzan a entender.

Para Lau Charles era inevitable dejarse llevar por esa pasión hacia el proyecto debido a esa relación tan personal con el tópico del cortometraje. “Sentí una conexión muy fuerte con el tema. Las historias sobre infancias son lo que más me gusta retratar, ese período de vida en medio de contextos tan adversos que traté de retratar en este cortometraje”, dijo.

Curiosamente, este relato se crea y exhibe a la par de otra obra cinematográfica que también habla de los estragos que la guerra del narco en el país ocasiona en las infancias, como el caso de Noche de Fuego de Tatiana Huezo. “Cuando vi la película de Tatiana me sentí muy feliz porque me dije que era algo muy fregón coincidir con una realizadora a la que admiro tanto. Claro que hay una diferencia de años luz entre ambos proyectos, pero me pareció increíble resonar en la misma frecuencia”, afirmó emocionada la directora egresada del CCC.

UN FORMATO COMO RETRATO DE GUERRA

‘Olote’, un cortometraje que critica la glorificación de la violencia en el cine

 

   

Uno de los puntos más atractivos de este proyecto fue la estética que nos remite a esas viejas filmaciones de cintas casi bélicas antiguas. Al respecto, Charles declaró: “Todo ello viene de que el corto está filmado en 16mm. A partir de ahí y hablando con mi fotógrafo, Pierre Clemenceau desde que comenzaba a trabajar el guion, fuimos diseñando esta imagen y él me enseñó muchos retratos de fotografías de fotoperiodismo, retratos de guerra, entre otros y había una cosa”, expresó.

“Cuando trabajaba con película, sucedía algo muy nostálgico, como si el momento quedara atrapado en el tiempo. Si bien es un problema actual, pareciera que hay algo que nos hace pensar que está ahí desde toda la vida. Trabajar desde el color con la memoria, con la infancia y como el final es muy brutal, quería que hubiera algo que nos endulzara un poco el ojo para que todo cayera con un contraste un poco más fuerte”, añadió.

Algo que nos confesó la directora fue que ella quería ahondar aún más en las historias de sus protagonistas, pero lamentablemente no se pudo. “Había un grupo de niños armados por allá en el 2017, cuando hice la investigación, en un reportaje bastante chafa que por ahí salió y del cual tomó el nombre de Miria, el coprotagonista”, mencionó.

“Y tuve muchas ganas de desarrollar más en el relato, pero el formato de 16mm era todo un tema que me obligó a tener tomas únicas de algunas secuencias. Incluso el guion era demasiado largo para lo que acabé filmando. Creo que de los grandes fallos de este proyecto es que de repente todo sucede demasiado rápido. Claro que me hubiera encantando darle más de tiempo, pero eran las herramientas que tenía a la mano como realizadora”, destacó.

También, agregó que el proyecto fue cambiando gracias a las aportaciones que el equipo con el que trabajó le fue dando para que el mensaje del corto fuera duro, pero claro. “El final original era diferente. Fue en la posproducción cuando trabajábamos el diseño sonoro, que fue algo de lo más complejo de realizar este cortometraje y por el cual pasamos un par de veces descartando lo grandilocuente del sonido que no correspondía a la imagen, donde nos dimos cuenta Jorge Leal y yo que el mensaje tenía que ser que en la actualidad no hay esperanza”, dijo.

“Ojalá la haya y podamos sobrepasar esta crisis, pero ahora, la cruda realidad es que no existe. Por eso agregamos ese detalle final que genera un vacío tremendo y que provoca esa sensación que yo tenía en la mente desde un inicio. El corto se nutrió de muchas miradas de la gente que estaba a mi alrededor, sin duda”, enfatizó.

CONEXIÓN CON LAS INFANCIAS EN AMBIENTES VIOLENTOS

Sin duda, grabar un filme acerca de la violencia en el país representa un gran reto para cualquier producción y en Olote no fue la excepción. “La filmación fue complicada. Éste es el primer corto que expongo al mundo. Tenía miedo al principio porque había muchas referencias directas a un cartel en específico, lo que honestamente me aterraba. Pero después me di cuenta que era algo que tenía que decir y no me lo podía guardar. Luego, originalmente grabaríamos en Veracruz, porque la investigación estaba ligada allá”, señaló.

“Pero los problemas de producción y las cosas que siempre suceden nos lo impidieron. Después, encontramos un lugar en Topilejo, en la periferia de la CDMX que nos gustó mucho, pero fue difícil porque el pueblo sufre de violencia. De hecho, ahí se nos cayeron dos locaciones por ese problema pues cuando íbamos a grabar una calle estaba cerrada y no pensaba arriesgar a nadie de mi equipo en ese sentido. Fue complicado, pero a la vez poderoso porque era ver que el tema de lo que hablábamos en el proyecto se vive día a día”, aportó Lau Charles.

La virtud principal de Olote es que no le tiembla la mano al criticar duramente la glorificación de la violencia en productos que han hecho creer a la juventud que las armas y el problema del narco esté bien visto. “Tengo una conexión fuerte con la infancia y me parece brutal que exista esa normalización de una violencia que además hace tanto daño. Hablando desde mi historia familiar también hay rezagos de lo que significan las adicciones y las drogas”, destacó.

“Entonces hay una parte para mí que es inconcebible. Y si, hay que vender y los medios y todo, pero también existe esta parte ética acerca de la apología de la violencia que al menos yo si me cuestioné para un corto que ni siquiera está glorificando nada de ello, pero claro que son cuestiones muy importantes para todos los creadores y realizadoras”, declaró tajantemente la joven realizadora.

“Lo que me ha pasado con Olote es que se habla del tema, del problema y de qué se tiene que hacer con esto o cómo se puede cambiar. Y estoy consciente de que mi película no va a causar eso, pero es muy padre saber que colaboras a la discusión y a darle foco a ello. Para mí, ése es el mayor premio de todos”, concluyó.