Escenario

“On my mind” y la bella historia detrás de un hombre obsesionado con cantar en un karaoke

SEMANA DE LOS OSCAR. El cineasta Martin Strange-Hansen y el productor Kim Magnusson, ambos ganadores del Oscar, comparten detalles de su más reciente filme, nominado a Mejor Cortometraje de Ficción que busca ganar este domingo>

Un hombre con barba y un micrófono
El filme es protagonizado por Rasmuss Hammerich. El filme es protagonizado por Rasmuss Hammerich. (CORTESIA)

Se acerca una nueva edición de los Premios Oscar y en Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de hablar con Martin Strange-Hansen y Kim Magnusson, director y productor que suman tres Premios de la Academia juntos y que buscan conseguir uno más este año al estar nominados por su cortometraje de ficción titulado On my mind, un relato bastante emotivo que nos pone a reflexionar acerca de la pérdida y las conexiones humanas.

Para empezar, Strange- Hansen nos platicó un poco del génesis de esta historia tan dolorosa y bonita a la vez. “Podemos regresar en el tiempo hace 20 años, cuando conocí a Kim con el corto This charming man. Una noche, fuimos a un karaoke en el que me emborraché y me pidieron cantar una canción. Acepté, me encantó tanto que no paré durante tres horas. Esa idea de subirse a cantar en el escenario se me quedó en la mente y me plantee la situación de un tipo que quisiera cantar la misma canción una y otra vez. Curiosamente, gracias al encierro, me pareció el momento perfecto para grabar algo en un bar”, expresó el cineasta.

“Y después llegó la historia y las razones de por qué alguien haría eso. Esto sucedió en un punto en el que mi hija estaba muy enferma, entraba y salía del hospital y sabía que tenía que hablar con los doctores acerca de su salud y la posibilidad de desconectarla. Cuando esa plática sucedió, me fui a un bar a tomarme un par de tragos. Con toda esta situación encima y en mi mente, al lado se encontraban dos personas que hablaban de las cosas más triviales del mundo mientras enfrentaba la fatalidad de mi momento. Esta mezcla de experiencias me llevó al concepto completo de la historia que vemos en On my mind”, añadió.

Magnusson, que es un viejo conocido en la categoría de cortometrajes de ficción, expresó que, para él, fue fundamental apoyar este pequeño filme. “Existen dos cosas que me encantaron del corto. Además del gran guion y la excelente propuesta de Martin, era un relato muy cercano a mi corazón pues todos hemos tenido alguna pérdida en estos tiempos, ya sea un familiar, un amigo o alguien cercano”, dijo.

“En mi caso, perdí a mi madre en el hospital y quería estar ahí con ella para revivir con ella grandes momentos, cantar o tomar algo con ella. Esa fue mi motivación para producir este proyecto que, por el tiempo que dura, de inicio no sabes lo que pasa y después te vas dando cuenta hasta que, al final, existe una resolución rápida y emotiva. Además, la experiencia de trabajar de nueva cuenta a su lado me era llamativo. Es por ello que no dudé en hacerlo”, agregó.

On my mind plantea este relato de un hombre que busca cantar una canción de forma desesperada sin saber el porqué, planteando diferentes alternativas como la falta de conexión entre los seres humanos en la actualidad. “No hemos podido conectarnos el uno con el otro. Lo bello de esta historia, mientras la desarrollaba, era justamente jugar un poco con las motivaciones del protagonista y el por qué tenía esa necesidad de cantarle esa canción a su esposa”, dijo Strange- Hansen.

“Muchos de los que han visto el corto pensaban que esa urgencia nacía por un engañó o que acababa de salir de prisión o por ganar su afecto de vuelta. Lo curioso es que, como somos capaces de relacionarnos con todas esas ideas de lo que está viviendo nuestro protagonista, al encontrarnos con el final, tiene mucho sentido el porqué no sabíamos la razón de su necesidad de cantar en el karaoke. Esa ambigüedad del personaje me gusta porque es como una cebolla que poco a poco va mostrando sus capas hasta mostrar el porqué de forma emotiva”, afirmó el director danés.

Por su parte, Kim agregó que algo de lo interesante era justamente ese halo de misterio noble alrededor del protagonista, mismo que funciona de gran forma con su giro final. “Me encantaba esa parte del misterio, de no saber lo que está pasando con él, de que simplemente llega a un bar a cantar y cómo poco a poco va revelando esa seriedad que muestra, esa tristeza inherente que carga y todo aquello que da ciertas señales como el anillo, el viento, todo ello, que complementa el relato de forma maravillosa”, complementó.

Sin embargo, Martin también expresó otra de las ideas que rodean el relato de Henrik (Rasmuss Hammerich): “De alguna manera, también habla del poder dejar ir. Eso me parece otra de las claves importantes de la historia. Es un hombre que tuvo la posibilidad de despedirse, de decirle a su ser querido que pudo ser un mejor hombre aunque no pudo hacerlo siempre y, sobre todo, que en la muerte no sólo existe el dolor sino también paz, una especie de alivio que lo abraza a pesar de ello. Al final, aún existe una esperanza”, aportó emotivamente.

La música es otro factor importante que de alguna manera une a los personajes y genera una catarsis muy diferente en todos, algo que ha sido similar a lo que ha pasado durante la pandemia. En este punto, Martin contó una anécdota muy curiosa: “En Dinamarca diariamente pasaban en la televisión programas con canciones viejas en las mañanas y las noches, algo que me parece se volvió muy poderoso en el sentido de que aunque no podíamos estar juntos por el encierro, podía escuchar cantar a mis vecinos la misma canción aunque estuvieran lejos de mí. Eso me pareció muy hermoso pues creo que las canciones nos conectan y van directamente hacia nuestro lado emocional”, destacó.

“Eso fue lo que me encantó del tema, ‘Always on my mind’, pues es una canción muy clara y precisa, incluso hasta banal. Pero dentro de esa banalidad, puedes proyectarte a ti mismo dándole una conexión especial que puede ser acerca de un esposo muy mierda o un relato para despedirse. Recuerdo que, durante la filmación, soñé incluso que la canción trataba acerca de ser padre y la pérdida de los hijos que pone a pensar a uno en las posibilidades de haber sido mejor para ellos. Esa es la magia de la música y los mensajes tan bellos o fuertes que le pueden dar a uno”, aseveró el danés. 

El aclamado productor agregó: “Es curioso que Martin mencione ese programa de Sing-along porque creo que fue algo con lo que toda la nación llegó a conectar y casi se me olvidaba. Ahora es algo que realmente extraño. Era grandioso porque cada quien estaba en su casa y de repente se convirtió en algo muy popular que podías escuchar a la distancia en apartamentos, patios y la gente cantaba y conectaba con las canciones. Me encantaban esos momentos de reunión a distancia que teníamos gracias a ese programa que pasaba en la televisión nacional”, expresó.

Otra parte fundamental es la canción elegida para el karaoke, misma que fue elegida por Strange-Hansen muy al principio de su proceso creativo. “Recordé que se la canté a mi esposa hace un par de años atrás y dije ‘me encanta este tema’, sobre todo por la emoción que transmite. Me parece que habla de enfrentarse a uno mismo en el momento de decir adiós. Me pareció muy poderoso poder usarla de esa manera en mi cortometraje y es por eso que aparece ahí desde el primer borrador”, anotó.

La elección de Rasmus derivó de su postura y forma de actuar, además de las veces que se han encontrado en el camino. “Tiene un semblante sólido en sus interpretaciones que funciona muy bien. Me acerqué a él y le propuse primero ser el bartender debido a su físico imponente pero lo rechazó. Sin embargo, leyó la historia y me puse a pensar, ¿qué pasaría si el protagonista fuera este hombre fuerte y grande que tiene un montón de emociones guardadas?, algo que maneja muy bien desde la primera vez que lo vemos en el corto”, explicó.

“Así, aceptó y curiosamente, rechazar el rol que tenía pensado para él fue una bendición porque así pude eliminar cosas del guion que eran bastante obvias para enfocarme en este tipo, este personaje duro que no va a decir porqué va a cantar y al que le cuesta expresar sus emociones, incluso el llanto derivado de todo lo que está viviendo”, añadió Martin.

Kim secundó la decisión y explicó: “Me parece que toda esa parte de su dureza y el misterio de su historia además de su apariencia física le dieron un plus a su personaje y al relato de Martin porque pone a pensar inmediatamente al espectador acerca de lo que podría estar pasando. Ese giro final, a la par de su gran actuación, me hacen creer que la elección fue la mejor, se conjuntó todo de manera perfecta para que el proyecto funcionara tan bien”, comentó.

El relato termina siendo un drama duro pero esperanzador en que la clave reside en esa canción, en su interpretación y lo que transmite a través de ella el protagonista, algo que, al menos la última vez que la cantó, sí afectó al actor principal. “De repente, Rasmus escuchó bien la letra y, si le suben al volumen en esa parte, se podrán dar cuenta que de verdad está llorando en el canto. Lo gracioso es que lo ves y puedes darte cuenta de que el tipo no está para nada acostumbrado a hacer esas cosas, por lo que tratamos de hacerlo sentir a gusto en esa escena del karaoke para que todo fluyera mejor”, confesó el realizador ganador del Oscar. 

A pesar de ser un cortometraje sin grandes gastos de producción, se filmó durante la pandemia, algo que hizo diferente a la experiencia del rodaje para estos veteranos de la industria. “Me parece que las restricciones sanitarias nos ayudaron a trabajar de mejor forma y sin tanta gente en el crew. Aunque en total trabajaron unas 80 personas en el corto, en los sets y días de grabación no pasábamos de tener a 10 o 12, máximo. A veces teníamos que dividir las actividades dependiendo de la actividad que necesitábamos realizar”, aportó Kim.

“Pero fue grandioso porque nos dio un aire de intimidad en el trabajo en equipo. Conseguimos grandes tomas y grabaciones en tan poco tiempo debido a ello. Eso, como productor, forma una parte fundamental de hacer estos proyectos. A veces, tener a más gente puede generar más ruido que cause que dejemos un poco de lado las historias y la labor importante detrás de la cámara. Así que me parece que tuvo sus ventajas aunque no me cabe duda que Martin podría haber manejado a más gente si no hubieran esas restricciones pandémicas en la grabación”, añadió.

Para Martin, hubo una parte que sí fue un tanto compleja de lograr. “La escena del hospital estaba totalmente fuera de las posibilidades. Con los bares no había problema, irónicamente. No lográbamos tener permiso de un hospital hasta dos días antes de la grabación. Sin embargo, no pudimos usarla debido y al final recurrimos a un lugar donde entrenan a enfermeras que usamos como recurso para salvar esa situación”, detalló.

Hay algo diferente en On my mind, pues se percibe un aire más íntimo y emotivo. Por ello, tanto Martin como Kim hablaron de qué es lo que fue tan especial para ellos de poder lograr este corto y lograr la nominación al Oscar. “Pensamos en él como un cortometraje desde el principio, usamos el tiempo a favor para resolver el relato. Alargarlo a 30 minutos o más no provocaría lo mismo, le quitaría la fuerza que ya tiene. Para mí, siempre fue tener esa noción de corto sin explorar mucho más sino ir directamente hacia el corazón de todo”, manifestó el director.

“Para mí fue lo personal de ello pues perdí a mi madre hace unos años, de hecho la última vez que gané un Premio de la Academia se lo dediqué a ella pero ya nunca salió del hospital y falleció. En ese sentido, cuando Martin me habló del relato y conociendo la historia de su hija, me pareció que era algo que ambos simplemente teníamos que hacer”, concluyó el productor danés.

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