Escenario

PREMIOS ARIEL 64: ‘Memoria’. Conectar con nuestra humanidad desde los recuerdos de sonidos y silencios

ESPECIAL. A unos días de la ceremonia de premiación Crónica Escenario comparte detalles de todas las películas nominadas. El texto número 12 habla sobre la experiencia sensorial que propone Apichatpong Weerasethakul

Una mujer mirando a través de una ventana cubierta de plástico
El filme es protagonizado por Tilda Swinton. El filme es protagonizado por Tilda Swinton. (CORTESÍA)

El texto número 12 de nuestra serie de especiales rumbo a la edición 64 de la entrega de los Premios Ariel habla sobre la experiencia sensorial que propone el icónico cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul en su primera experiencia fuera de Tailandia: Memoria.

SÍNDROME DE LA CABEZA EXPLOSIVA

La más reciente entrega del artista visual y director de El tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas (Palma de Oro de Cannes, 2010) y Cementerio de esplendor (2015), llegó hace unos meses a cines mexicanos. Protagonizada por la actriz ganadora del Oscar, Tilda Swinton, la cinta ganadora del Premio del Jurado en Festival de Cannes 2021, nos lleva por un viaje inmersivo y sensorial que sólo el tailandés con su particular visión podría entregarnos.

En Memoria que está ambientada entre las décadas de los 70 y 80, Tilda Swinton interpreta a Jessica, una cultivadora de orquídeas que padece alucinaciones auditivas o el “síndrome de la cabeza explosiva”: escucha sonidos fuertes y de corta duración, como un estruendo o una explosión, al despertarse o al quedarse dormida.

La cinta empieza con un sonido que toma por sorpresa al espectador así como a Jessica, la protagonista (Tilda Swinton, quien también es productora del filme): un golpe seco y extraño perturba el silencio de su habitación en Bogotá. Ella está de paso por la ciudad visitando a su hermana Karen, que se encuentra enferma. En su visita se hace amiga de Agnés (Jeanne Balibar), una arqueóloga que estudia restos humanos descubiertos dentro de un túnel en construcción. Jessica viaja para ver a Agnés en el sitio de excavación.

Pero Jessica no puede dejar de pensar en ese sonido y busca que la ayude Hernán (Juan Pablo Urrego), un joven técnico que trabaja en un estudio de sonido y le ayuda a reproducir lo que escuchó, que lo describe como “una bola de concreto que cae en un fondo de metal rodeado de agua salina”. Es un estruendo que sale del centro de la tierra, es la vida llamándola… Además, en un pequeño pueblo cercano, se encuentra con un pescador, Hernán (Elkin Díaz). Comparten recuerdos junto al río. Cuando el día llega a su fin, Jessica se despierta con una sensación de claridad.

HACER CINE FUERA DE TAILANDIA

En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de hablar con él, de sus recovecos creativos y de la importancia de la memoria como parte de nuestra conexión humana.

Apichatpong comenzó hablándonos acerca de la experiencia de filmar fuera de su país y ese particular camino que lo llevó a hacer Memoria. “Quería salir de Tailandia y encontrarme con algo que fuera un reto para mí, salir de ese rumbo tan conocido. Pero también lo hice para intentar reconectar con ese sueño que tenía de la Amazonia. Sin embargo, estando ahí me di cuenta de que era más una experiencia de reconexión conmigo mismo y descubrí nuevas caras, nuevas personas y sueños que me ayudaron a completar la idea que tenía de este continente americano. A su vez, grabar con el crew y equipo tanto de Colombia como de México era como trabajar en familia, pues sentí que los conocía de antes. Fue un sentimiento muy caluroso y me sentí abrigado por la gente en la grabación de la película”, expresó el cineasta.

Al respecto, el productor mexicano Julio Chavezmontes habló de la experiencia de trabajar con el cineasta en su incursión en el cine latinoamericano: “Todas sus películas de él son únicas pero a mí me parece un proyecto en el que, no solo es admirable que filme fuera de Tailandia y lo haga en Colombia, es que se trata de una película que está en español y en inglés, que la protagoniza una escocesa, una francesa y un mexicano. Tiene también un equipo de producción mexicano-colombiano-tailandés-francés. Creo que esta película está hecha con una suma de gente de todo el mundo y eso en sí es un mensaje”, expresó Chavezmontes.

Explora una nueva realidad de una forma muy sorprendente, conmovedora y en la que vuelve a mostrar lo extraordinario de su mirada, que es no es la mirada común de aquellas que vienen regularmente de fuera cuando visita un país, no es la que busca el lado exótico o ver el lado folclórico o temáticas sensacionalista, sino que lo hace de una forma en la que lo principal es la imaginación y lo humano”, continuó.

El tailandés también declaró que salir de su zona de confort no fue el único gran desafío para hacer este filme. “Me parece que el verdadero reto fue volver a hacerme ciertas preguntas que me hice hace 20 años, cuando realicé mi primer largometraje, específicamente qué es lo que quería hacer y qué buscaba en Colombia. De ahí, me sentí más cercano a mi mismo, a mi propia relación con el mundo y tal vez esa sea la clave para poder escuchar mi propio ritmo sin temerle a algo desconocido ni al vacío que a veces sentimos como seres humanos”, expresó.

UN VIAJE FASCINANTE PARA DANIEL GIMÉNEZ CACHO

En este filme actúa el actor mexicano Daniel Giménez-Cacho, como uno de los protagonistas que llegó al proyecto como parte de la dinámica colaborativa de Chavezmontes y la productora Piano: “Nosotros le sugerimos a Giménez Cacho. Apichatpong es un gran colaborador y es alguien que escucha y pregunta. Se interesa en lo que sugieres y nosotros le propusimos trabajar con Daniel. Tuve la oportunidad de colaborar con Giménez Cacho antes y es un absoluto placer, no solo como extraordinario actor porque eso lo sabemos todo, pero al igual que Tilda es una gran persona”, dijo el productor.

“Daniel no solo va hacer lo que necesites sino que es un tipo sensible así que no va a requerir que le hables los códigos de la actuación tradicional sino que va a ir contigo y al hacerlo es un placer. Así que un día platicó con Daniel y así se incorporó”, añadió Chavezmontes.

“Son de esas cosas de la vida que nunca te esperas”, comentó Giménez Cacho al respecto de su llegada al proyecto. “La cinta es una coproducción con México, por lo que Piano me invitó directamente a participar en ella y me encantó desde que leí el guión. La historia era un viaje fascinante hacia el interior del ser humano. A eso le sumamos que Tilda Swinton iba a ser la protagonista, pues simplemente quedé encantado”, continuó.

El actor es conocido por aceptar retos en todo el mundo y con diversos realizadores. Pero con Weerasethakul y Tilda fue una experiencia distinta. “Apichatpong tiene una manera de ser diferente. Como tailandés que es, hay una manera diversa de ser, con comportamientos sociales que son opuestos a lo que conocemos en Latinoamérica. Es muy espiritual y todo se da de una forma muy fluida y natural cuando trabajas con él”, expresó el actor.

“Lo mismo me pasó con Tilda, pues ella parece como una aparición extraordinaria que irradia una belleza y paz absolutas. Es una colega muy generosa, con la que me sentí inmediatamente integrado desde los ensayos, incluso para establecer estos códigos morales, sociales y éticos. Fue interesante trabajar con ello pues Weerasethakul tenía una idea de cómo quería que se vieran las cosas y los colombianos son muy vivarachos, alegres y hasta escandalosos en el buen sentido, aún más que los mexicanos. Así que fue interesante encontrar ese balance de qué tanto es tantito”, afirmó el histrión. 

También agregó la importancia y sentido de independencia que le dio este relato, uno que se fue transformando conforme la grabación sucedía. “Un guión es una cosa escrita y del deseo que significa ello a la realidad de hacerlo hay un trayecto. Ahí influye mucho la personalidad del director. Apichatpong es de los que deja fluir y ve que es lo que va pasando. Me parece que por esa formación espiritual es alguien abierto y a través del cual recibe las energías de otros y realiza su trabajo. Si bien es un ojo que está mirando por fuera para que no se descarrile el filme, sigue siendo este personaje que no se inclina por lo racional. Eso nos da libertad como actores y es algo que se agradece”, declaró Daniel.

TILDA SWINTON, UNA PRESENCIA MARAVILLOSA

La presencia de una actriz como Tilda Swinton interpretando a Jessica, la protagonista de Memoria, es algo que resulta importante, sobre todo por el compromiso y la forma en que el realizador y ella encontraron para darle vida. “No se sintió como trabajo, más bien fue una celebración o una especie de fiesta, pues ella literalmente ama las fiestas. Pero siempre trabajamos y hablamos mucho de cosas como filosofía, la muerte, la memoria, del hecho de que alguien se fuera y dejara ese espacio en la vida, la pérdida e incluso la memoria del cine mismo. Nos sumergimos en ese espacio común y solo estábamos presentes. En cada toma, lográbamos algo diferente, tratamos de descubrir a este personaje juntos mientras filmamos de manera cronológica la historia. Fue casi como una especie de investigación viva el trabajar con ella y crearla”, aseveró Apichatpong.

Tilda se une a una larga fila de personajes femeninos que sirven como nuestra guía para la experiencia cinematográfica que propone Weerasethakul. “Honestamente nunca había analizado ese aspecto en mis películas. Creo que tengo esta inclinación por las mujeres en mi vida desde mi madre hasta mis actrices que me parece un tanto accidental incluso. Por ejemplo, he trabajado constantemente con Jenjira Pongpas, que creció en la misma región que yo y me ha contado muchas historias, convirtiéndose en una colaboradora de largo tiempo pero básicamente no ha sido algo intencional de mi parte, sólo ha sucedido así”, confesó el ganador de la Palma de Oro.

Sobre la participación de la legendaria actriz Julio Chavezmontes también contó su experiencia: “Parte de lo que me parece impresionante de Apichatpong y que se nota en las imágenes que hemos presentado es que logra desarmar la imagen icónica que tenemos de ella y le regresa esta sensación muy humana, muy ordinaria en el mejor sentido de la palabra. Tiene una actuación de una sutileza maravillosa como no se le ha visto en mucho tiempo y creo que va a sorprender”, dijo.

“Tilda es el tipo de gente que tiene esta capacidad maravillosa de no solo de hacer lo que sea y le salga natural, no da una nota falsa, sino también de tomar riesgos, de lanzarse al ruedo sin ningún tipo de miedo, en ese sentido me recuerda mucho a Willem Dafoe con quien también tuve oportunidad de trabajar y que tiene esa filosofía de valentía”, añadió.

PARA QUÉ SIRVE LA MEMORIA

En este filme, Apichatpong toca de nueva cuenta los temas comunes de su filmografía pero en especial el concepto de la memoria. El tailandés reflexionó acerca de ello: “Es importante recordar, compartir y crear empatía entre los individuos y la sociedad misma a través de ella, de estar conscientes pero sin generar un apego. Ese es el verdadero truco, cómo podemos mirar a la vida de manera pasiva y seguir adelante en lugar de darle a la memoria una etiqueta de lugares o formas. Tiene que ir más allá de ello, de ese cuadro, de las fronteras para darnos cuenta de que todos somos los mismos animales. Ahí radica la verdadera importancia de ella, pues la memoria sirve para crear consciencia de nosotros mismos”, comentó.

Algo que también atrajo a Giménez Cacho fue ese relato que se sale de las convenciones narrativas, algo que forma parte del sello del realizador tailandés. “La historia de Memoria no apela a la mente, no es un relato que te explique las cosas en el sentido lógico. No te dice que pasó esto, luego vino, la asaltaron… no es nada de eso. Apichatpong le apuesta a algo mucho más afectivo y sensorial. Cuando leí el guion me percaté de eso y lo único que le mencioné fue que percibía una atracción por Jessica, el personaje de Tilda, que había como algo erótico. Lo dejamos fluir, estando muy presentes y vivos, sin concepciones previas ni nada por el estilo”, explicó.

Memoria justamente toca esa concepción que tenemos de esa palabra de una manera especial, como sólo Weerasethakul puede hacer. Al respecto, Giménez Cacho dijo: “La película abre otra idea totalmente acerca de lo que conocemos como memoria. Aquí se plantea que quizá no solo es un asunto individual, que no sólo recordamos lo que vivimos sino que también tenemos esos deja vu que nos recuerdan a algo como si ya lo hubiéramos pasado. Las preguntas de dónde viene, todo ello, es algo que se toca aquí”, comentó.

“Retomando a Carl Jung, mencionaba la existencia de una memoria colectiva de la que nos llegan mensajes. Se abren ahí puertas para el entendimiento de nuestra realidad de otra índole menos racional y de las que, personalmente, soy muy afecto. Me gustan mucho los vehículos, sustancias, rezos y rituales que nos acercan a entender que nuestra realidad no es sólo lo material que vemos sino que hay mucho más, todo un misterio que la cinta no teme en ahondar y resulta ser una oportunidad fascinante para pensar en ello”, añadió.

Para el famoso actor que comparte crédito con Tilda Swinton en este filme, la memoria tiene diferentes definiciones o niveles de comprensión. “El más inmediato, sin duda, es una característica de lo que nos puede convertir en seres humanos así como una herramienta para justamente crecer y desarrollarnos. Gracias a ella, podemos evitar caer en cosas que no nos gustan o causar dolor a los demás. Queremos suponer que gracias a ciertos eventos, como la Segunda Guerra Mundial, la memoria nos va a impedir que suceda algo similar pero en el presente, con lo de Rusia y Ucrania, dudamos y nos preguntamos ¿para qué chingados nos sirve todo ello si no somos capaces de aprender?”, aportó. 

El actor multi nominado al Ariel ahondó en otras concepciones de lo que puede ser la memoria. “También está una íntima, más personal, aquella que constituye la identidad de cada uno. Alegrías y traumas que nos dejan marcados en la infancia que guardamos y a partir de ello construimos lo que somos para alcanzar lo que deseamos o no volver a caer en el miedo o dolor. A final de cuentas, toda idea de ella es muy misteriosa, pues el encanto de la memoria reside en que se puede construir, crear y manipular; es muy compleja. Y aunque no soy experto en ello, me parece que también está aquella que es de la humanidad misma, no solo de lo vivido en nuestra generación sino una que nos conecta con los egipcios, sumerios, aztecas, de unas maneras totalmente misteriosas o desconocidas”, destacó.

EL SONIDO Y EL SILENCIO

Una de las partes que destaca en este filme es, sin duda, el sonido, que se convierte en un personaje más, una forma de conexión entre la protagonista, su historia y la audiencia misma. “Siempre me he enfocado en crear eso, porque es parte de uno de los sentidos que frecuentemente olvidamos en el cine, pues ahí combinamos eso con la vista y la apreciación de la abundancia de la vida misma. En Memoria, todo se trata de escuchar, pues la protagonista es lo que hace siempre y la audiencia se convierte en la acompañante de su existencia a través de ello. Entonces, el sonido adquiere mayor importancia pues todo lo que pasa visual y psicológicamente se convierte en esa necesidad de evocar algo a través de ello y como no me gusta meter efectos de sonido artificiales, creamos algunos naturales y psicológicos para lograr ese efecto”, afirmó Weerasethakul.

“Hay una escena clave donde justamente el uso del sonido hace que la audiencia se convierta e involucre con Jessica, el personaje de Tilda, pues escuchamos lo mismo que ella percibe pero nadie más lo hace. Se convierte en un acto de complicidad maravilloso que le da fuerza al relato”, continuó el cineasta tailandés acerca de ese particular uso del sonido.

Otro de los puntos destacados en la filmografía de Apichatpong es, sin duda, el aspecto metafísico y espiritual, mismo que en Memoria alcanza otros niveles. “Aunque a veces sí planeo hablar de esos tópicos, muchas de las veces resulta que es la misma película la que lo va forjando. Desde que la filmo y edito me doy dando cuenta de ello. Aunque el guion hable de estos temas y revelaciones en el aspecto emocional de la cinta, es algo que finalmente no puedes capturar en palabras. Entonces, lo grabas y escuchas a la película hablar por sí misma. También, uno tiene que estar preparado a cortar toda la lógica de la misma. En Memoria pasó eso, tuve que quitar muchas escenas porque eran demasiado explícitas y todo daba un sentido lógico pero me dije ‘esto no es lo que quiero’ y el resultado final acabó yendo hacia otro lado”, expresó.

Ahondando en ello, Apichatpong explicó que la dinámica de sus filmes, en específico Memoria, presentó ese cambio, haciendo una interesante comparación. “Es parecido a tener un ser humano que habla mucho y al lado tenemos a otro mucho más discreto. Y entonces, me llama la atención el segundo porque me da curiosidad ese silencio, siento que hay cierto encanto en mirar a alguien que no te dice mucho, un halo de misterio que me atrapa y me parece interesante ahondar en ello”, dijo.

Ese factor de reflexión, misticismo y espiritualidad es capturado de diversas formas en el filme, algo que a Giménez Cacho le parece fascinante. “La metáfora final de la cinta es muy poderosa. Lo que hace Apichatpong es abrir una puerta enorme que puede redefinir nuestra concepción de la memoria o de la vida misma. De alguna manera, la historia que comienza de manera aparentemente lineal y donde sólo está Jessica (Swinton), se vuelve algo compartido. Como esa sensación de que no nos damos cuenta pero estamos integrados de muchas cosas que van más allá del individuo aislado. Y esa es otra idea por parte del realizador que me parece hermosa”, dijo.

“De alguna forma, me parece importante que Memoria nos recuerda sentir y reflexionar acerca de nuestros problemas en este mundo tan individualizado donde nos desconectamos de nosotros mismos y después, de todo. No solo hablamos de la memoria sino de la conexión humana y con la naturaleza que nos manda cualquier cantidad de vibraciones que es sano escuchar”, concluyó el actor.

EL APRENDIZAJE DE MEMORIA

Dos décadas después de su primer largometraje de ficción, Weerasethakul expresó lo que ha aprendido durante este viaje y cómo las memorias y la experiencia lo han cambiado como director. “A pesar de los años que han pasado, me siento como el mismo que era cuando comencé en el sentido de la emoción por hacer cine y estar detrás de la cámara. Sigo sintiendo esa anticipación por crear una película nueva. No considero que haya aprendido mucho más o de mejor forma, creo que sé exactamente la misma mierda y eso hace que la vida siga siendo emocionante puesto que, cuando sabes de más, pierdes esa chispa de emoción inherente. Incluso no sé si saberlas me hace mejor pero, algo que me queda claro, es que no hago siempre lo mismo. Si así fuera, dejaría de realizarlo”, destacó.

Finalmente, el aplaudido director de Khon Kaen, Bangkok expuso lo que, para él, significa esta película y lo que espera genere en la audiencia que la vea. “Me parece que Memoria es como un lugar de descanso, un lugar poco común para muchos de nosotros porque parece que nunca podemos parar o detenernos a respirar. Siempre estamos pensando en algo, esperando que algo suceda, tenemos incluso una intranquilidad que produce problemas de sueño y demás. No espero que mi cinta cambie la vida de la gente pero sí creo que Memoria podría ser un pequeño espacio de respiro para sumergirse en sí mismos, para solo estar ahí en la sala de cine y listo. Y para mí, eso es lo más valioso que una película puede crear en el espectador, que tenga un bonito viaje personal a través de esa magia del cine”, concluyó.

NOMINACIONES AL ARIEL: 1

Mejor Película Iberoamericana

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Selección Oficial del Festival de Cannes (Premio del Jurado)

Selección Oficial del Festival de Chicago (Mejor Película)

Selección Oficial del Festival de Sevilla

Premios Platino (Mejor Sonido, cuatro nominaciones)

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