Escenario

PREMIOS ARIEL 64: ‘Oaxacalifornia: El regreso’. ¿Qué significa ser de México o EU?

ESPECIAL. A punto de la ceremonia de premiación Crónica Escenario comparte detalles de las películas nominadas. El texto número 28 nos habla del reencuentro de una cineasta con los protagonistas de un documental que hizo 25 años atrás

cine

El filme compite por dos premios.

El filme compite por dos premios.

CORTESÍA

El texto número 28 de nuestra serie de especiales rumbo a la edición 64 de la entrega de los Premios Ariel nos habla del reencuentro de una cineasta con los protagonistas de un documental que hizo 25 años atrás: Oaxacalifornia: El regreso.

SER DE CALIFORNIA Y DE OAXACA PERO AHORA

La familia Mejía mira un documental que se hizo sobre ellos en 1995. Muchos de quienes lo observan ni siquiera habían nacido. La película Oaxacalifornia de 1995 la dirigió Sylvia Stevens y la produjo Trisha Ziff, que en ese entonces se dedicaba a la curaduría de arte.

25 años después, y con una buena colección de documentales fundamentales del cine mexicano contemporáneo a cuestas (La maleta mexicana, 2011; El hombre que vio demasiado, 2015; Witkin & Witkin, 2017), Trisha Ziff revisita a la familia Mejía y explora cómo han evolucionado sus relaciones familiares, sus opiniones y convicciones alrededor de ser personas de California y también de Oaxaca. De ser, en suma, migrantes, y extender preocupaciones, afectos, vidas, sueños, desde el sureste de México hasta el interior de California.

Oaxacalifornia: el regreso es la saga de una familia que hace casi tres décadas se aventuró al sueño americano y que ahora regresan a México a preguntarse por sus raíces, a explorar la extrañeza de un país que se añora de forma casi mítica, a reconocer orígenes y desarraigos.

“Esta película nos ubica en el presente, donde conoceremos a la nueva generación de los Mejía mientras hacen el viaje una vez más. ¿Qué podría permanecer igual, hicieron sus sueños realidad?”, describe la sinopsis. ¿Qué significa ser mexicano? Es la respuesta que intenta responder, qué es ser mexicano y estadunidense.

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Habiendo ganado premios como Mejor Documental en el Festival de Cine Latino de New York y con dos nominaciones a los Premios Ariel en las categorías de Mejor Música Original y Mejor Largometraje Documental, la nueva cinta de la cineasta Trisha Ziff llegó recientemente a salas en nuestro país.

“La idea nace de incluir parte de la primera cinta en ésta y entender qué pasa en relación con esta familia después de todo este tiempo que ahora incluye una nueva generación. Ahora los niños del primer filme son padres y tienen hijos, así que es un relato del tiempo, de los cambios de ideas y de la situación para los latinos en Estados Unidos en esta actualidad, así como los que han pasado en el pueblo natal de la familia”, comenzó Ziff hablando acerca de la importancia del porqué volver a mostrar la vida de esta familia.

Y es que una parte fundamental de esta secuela documental es que el contexto social de los Mejía ha cambiado. Buscando retratar eso, Trisha obtuvo ideas de un consagrado director, Michael Apted. “Me inspiré en su serie realizada en Inglaterra, también de este formato documental llamada Seven Up, donde cada siete años él regresaba con la misma persona y durante 49 años mostraba el cambio en las personas. Esa es una referencia importante para mi película, aunque aquí son 25 años entre una y otra. Algo importante es que no necesitas ver la anterior para poder entender este nuevo documental, debido a la integración de los materiales previos”, explicó la directora.

¿Cómo conoces a la familia Mejía?

Los conocí en los años noventa, durante una de mis primeras visitas a México. Estaba en un pueblito que se llama Magdalena Jaltepec y un día escuché gente en la calle que hablaba en inglés con sus niños. Normalmente sólo se escuchaba español o mixteco, era una sorpresa. Les pregunté de dónde eran y me invitaron a su casa. El abuelo Leo es un jardinero que vive en Fresno, California; me invitaron en octubre del mismo año a Fresno y me parecía impresionante la diferencia de su vida en los dos lugares: en Oaxaca él es un rey, el hijo pródigo que regresa con dinero para construir una casa, y en California tiene una vida modesta, es un jardinero que trabaja muy duro porque el calor en verano es pesado. La diferencia me parecía un buen tema para una película.

Entonces yo trabajaba como curadora de arte, no en cine; le propuse a una amiga, Sylvia Stevens, dirigir el proyecto. Así se filmé en 1995 la primera versión de Oaxacalifornia. Después seguí en contacto con la familia Mejía, cada Navidad nos enviamos tarjetas y cada año el abuelo Leo me llama en mi cumpleaños y me cantan “Las mañanitas” en el teléfono. 

El filme habla del arraigo de las tradiciones en las nuevas generaciones.

El filme habla del arraigo de las tradiciones en las nuevas generaciones.

CORTESÍA

Estaba en Nueva York la noche de la elección de Trump, fue traumático en todo el mundo, y vino la idea de por qué no revisitar a la familia Mejía, conocer los cambios en sus vida. Así inició la segunda película.

LOS RECUERDOS, UNA NUEVA NARRATIVA

Una parte clave para la cuestión narrativa de esta vuelta al ruedo con los Mejía es la edición y el poder decidir qué es lo que Trisha quería captar en pantalla. “El proceso fue algo interesante porque tuve que revisitar la anterior cinta, incluso las escenas eliminadas. Pero al poder reencontrarme con Oaxacalifornia fue que decidí lo que quería filmar para esta segunda y así crear algo, una narrativa paralela que no fue tan sencilla de lograr”, confesó la realizadora.

Si bien la familia Mejía sigue siendo el eje de Oaxacalifornia, es la nueva generación de la familia la que se encuentra con este dilema de choque cultural así como la distinción e importancia de las raíces que ellos tienen. “Con ellos, aprendí la historia de su abuelo y sabía que había un cambio radical de ideas desde él hasta sus nietos en cuanto a la cuestión del idioma español. La madre de ellos no lo habla y esto, de alguna manera, refleja cómo han enfrentado ese choque cultural de diferentes formas. Unos practican baile folclórico y cantan pensando que eso es representar a México pero no es así. Es una ficción que la gente vive en otro país”, manifestó Ziff.

Entre la primera y la segunda película han pasado casi 30 años, prácticamente toda tu carrera cinematográfica ocurre entre el primer contacto con los Mejía y esta película.

Sí, es un círculo, y también es muy diferente de mis otras películas, porque mis temas suelen ser más de cultura y éste es más antropológico, aunque incluí fotos de su álbum y temas que regresan, como la relación familiar como en Witkin & Witkin, o la fragilidad del accidente en la película de Metinides. Esta película mezcla el material original con el nuevo; Sylvia, la primera directora, tenía todo el material en unas cajas en Londres, la embajada de México en Inglaterra nos las hizo llegar.

Obviamente son importantes los cambios en la familia y en el pueblo. Magdalena Jaltepec cambió muchísimo en 25 años; por ejemplo, de la gente que hablaba mixteco sólo encontré una señora. La entrada del pueblo y la carretera están bastante mejor y hay una enfermera. Hay buenos cambios pero al mismo tiempo hay aspectos de la cultura se perdieron.

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¿Qué diferencia hubo en entrevistar en los años noventa a los padres y los abuelos y ahora agregar las opiniones de las nietas?

Cuando les propuse una segunda película estaban nerviosas con la idea, con Trump había una atmósfera de mucho racismo contra los mexicanos y Elizabeth, hija de Leo, no querían mostrar a sus hijas. Les pedí que me dieran la oportunidad de pasar a la casa con un fotógrafo y un sonidista, y esa noche les puse en la tele de su casa la primera película. La mayoría de los nietos no la habían visto y fue sorprendente su reacción cuando escucharon la voz es de los abuelos, de los bisabuelos que no viven hoy, y de sus padres cuando eran niños. En ese momento, el punto de vista de Elizabeth cambió, decidió que es importante dar a sus hijas la misma oportunidad que ella tuvo en el pasado.

Los nietos tienen ojos más críticos, por ejemplo Vanessa, la más grande de las nietas, ella es la única en la universidad en este momento, su posición es crítica, si es posible más política porque su posición es más frágil.

UN EJERCICIO DE IDENTIDAD

Sin duda, la identidad resulta ser uno de los temas guía de Oaxacalifornia, el regreso, una que se ha visto cuestionada por temas políticos específicamente en los Estados Unidos después de la era Trump. “Recuerdo la noche de la elección, estaba en shock porque me preocupaba el futuro del mundo y de mis hijos como una nueva generación pues me parecía un desastre su triunfo. Hablaba en ese momento con el cinematógrafo de la primera película y en ese momento nos nació la idea de buscar el permiso de la familia para filmar un nuevo proyecto debido a ese contexto social. Curiosamente, dos de los niños se negaban inicialmente a formar parte de ello pero sin ellos no había documental. Estaban nerviosos porque temían mi intrusión con la cámara. Fue hasta que vieron mi primera cinta que tuve su aprobación”, recordó la cineasta.

Otro tema destacado es la migración y ese sentido de estar dividido en dos o más culturas, algo con lo que la directora incluso se siente muy familiarizada. “Soy inglesa y salí de ahí hace 30 años pasando a vivir en Estados Unidos y después, México. Cada vez que regreso a mi país natal, enfrento un shock de que ésta no es la Inglaterra que conocí, pues es un país totalmente diferente. Pero esa es una realidad para todos los que viven en otro lugar por la migración. Y cuando viene una segunda generación detrás de ti, se va convirtiendo en un dilema de identidad”, añadió.

Esa identificación con la situación migratoria la hace preguntar ciertas cuestiones interesantes acerca de lo que pasaría con los Mejía. “No sé qué sucedería con una nueva generación de esta familia. Mientras hay más distancia entre ellos es más complicado conservar sus raíces. Pero la importancia de este filme va más allá de la migración, que es algo existe, sino en el reflejo y las cosas que han cambiado y lo que no en estos 25 años”, dijo.

El filme también muestra las afectaciones de políticas migratorias.

El filme también muestra las afectaciones de políticas migratorias.

CORTESÍA

“Las condiciones laborales siguen siendo complicadas, el sueño americano existe para ellos pero a la vez son una contradicción del mismo debido al racismo que existe y que enfrentan. También hay aspectos positivos como la apertura de oportunidades para estudiar, algo que los abuelos y padres de esta nueva generación no podían conseguir tan fácilmente. Esas son las cuestiones que me gusta ahondar, no podemos ignorar esta realidad que se vive. En el filme, ellos existen en un mundo de clase media pero no pueden escapar a su tradición, su color, todas esas raíces que les presentan ciertas dificultades que aún no terminan por derribarse”, afirmó.

¿Cómo te manejaste en ese contexto complejo de entrevistar a los Mejía en la era de Trump?

Fue una decisión difícil para mí, soy una documentalista y al mismo tiempo tengo una relación personal con la familia. Necesito respetar sus puntos de vistas y no explotarlos con la cámara, pues es muy fácil incluir preguntas problemáticas para ellos y al mismo tiempo quiero una película que reflejé de forma más honesta su relación. No es una peli muy política ni muy controvertida, pero al mismo tiempo es honesta en relación de quiénes son ellos.

De alguna manera Oaxacalifornia: El regreso es un home movie, eso me encanta por su relación con mis otros trabajos, porque para mí lo interesante son las imágenes como el álbum de familia, la idea de ver el presente y el pasado.

Más allá de que Oaxacalifornia: El regreso es de corte más antropológico, como tú misma dices, no dejan de estar los temas de tu cine. Witkin & Witkin eran un fotógrafo y un pintor. Metinides es el fotógrafo de la nota roja. Incluso La maleta mexicana habla de una colección de archivos del pasado...

Para mí en La maleta mexicana lo más interesante son las memorias de la gente que llega a México de España, cómo funciona la memoria en relación con la imagen, es la cosa interesante. Pienso que en todas las películas —obvio, es la misma directora—, son una relación de ideas, la deconstrucción de tiempo-memoria, la importancia de la imagen en el tiempo, esas son mis obsesiones.

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Para Estados Unidos Oaxacalifornia: El regreso es una película importante, en tanto refleja la identidad de un grupo de migrantes, ¿cuál es la importancia que tendría para el público mexicano?

En México es una ventana y las voces de una segunda generación. Las chicas Mejía no hablan español y su versión de la cultura mexicana no es el México de la mayoría de nosotros, es diferente; comen tamales en Navidad y practican danza folclórica. No es el México real, es casi como la película Coco, pero al mismo tiempo tienen una relación de identidad importante con el país, y ojalá la audiencia en México vea la película con curiosidad y respeto por esta gente, que no olvida México y quieren una relación con el país

Finalmente, Trisha Ziff ahondó en ese dilema tan duro que enfrentan familias como los Mejía y otros en el mundo. “Hay una contradicción en aceptar su color y realidad mexicana en Estados Unidos junto al querer participar en la cultura dominante de este país. Ahí radica un acto de racismo muy complicado, pero es algo que existe en muchas familias. Como judía, mis abuelos hablan yiddish mientras que la cultura inglesa era algo que se imponía sobre esa tradición familiar. Los Mejía enfrentan esto, se ve al ver que esta nueva generación de los nietos ya solo habla inglés justamente pero eso es justamente lo que quería capturar porque me parece muy interesante y es algo con lo que me puedo identificar con estas razones”, concluyó reflexiva Ziff.

NOMINACIONES AL ARIEL: 2

Mejor Documental

Mejor Banda Sonora: Jacobo Lieberman y Andrés Sánchez

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia