A clima soleado, en un sábado que se sentía emocionante y lleno de ganas de sentir reverberaciones y sonidos más allá de lo convencional, así se asomó a nuestra vida una vez más el Festival Hipnosis en su quinta edición con un cartel enteramente de escándalo para no perderse absolutamente a nadie de la alineación.

Los puntos a favor de Hipnosis son mayúsculos, ya que desde ser una plataforma independiente es de sumo agradecimiento el esfuerzo de cada año para conseguir lo que han conseguido en sus ediciones, pero siendo certeros, también cuentan con algunos fallos y cosas técnicas a las que podrían mejorar para futuras ediciones.

El movimiento al festival comenzó realmente desde el jueves y viernes, 3 y 4 de noviembre (respectivamente) en el Foro Indie Rocks! con Tempers, Vinyl Williams, The Black Angels y JJUUJJUU en la parte internacional, así como Diles que no me maten y Supersilverhaze en el talento nacional aperturando sus respectivos shows. Ambos eventos increíblemente armados con visuales que complementaron de gran forma lo sensitivo del sonido de las bandas hacia la audiencia. Estos shows también fueron en colaboración de Desert Daze y Levitation.

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De regreso al festival, en su nueva sede, el Parque Bicentenario México, ubicado en Refinería, Azcapotzalco, a las orillas de la Ciudad de México pero una buena nueva sede donde uno como público se siente cómodo.

Acondicionado con dos escenarios juntos y unificados por un enorme letrero de Hipnosis en medio, se venían a la mente recuerdos de Nrmal, otro buen festival con esa propuesta en el que, inclusive sin moverte del lugar donde estés, puedes escuchar y ver las presentaciones de ambos escenarios en cierta manera cómoda.

Arrancando las actividades muy temprano, El Universo y Parque de Cometas jugaron como locales en la apertura y recepción a los más fervientes apasionados de la música. El recibimiento a ambos proyectos fue favorable, como era de esperarse, aunque estaría increíble que al talento mexicano se le dé un poco más de reflectores hacia un horario intermedio para dar a conocer más su proyecto con la gente que acostumbra llegar tarde a los festivales, que es la mayoría. Se trata de jerarquía, tal vez. Y se sabe, pero sería increíble que se probara alguna vez.

El sol pegaba con toda su magnitud sobre el Parque Bicentenario, pero el tener de frente a bandas como The Lazy Eyes, Still Corners, y Tempers (que su set hubiera quedado mejor de noche), hacía muy agradable la estancia en Hipnosis, incluso en el consumo de la cerveza y tragos que cada vez se vuelven más caras y duras de costear. ¿Qué no decir de las propuestas gastronómicas? Además de tener precios muy altos y con pocas opciones, la comida era realmente insípida. El sándwich más triste y seco de tu vida por 60.

Momentos un tanto decepcionantes se vinieron en el escenario izquierdo al no sonar la guitarra de Eddie Cooper de Tempers en algunos temas, la sobresaturación de bajo con Psychedelic Porn Crumpets, y la nula voz de John Dwyer de Osees en los primeros 3 temas de su set, en donde quizá ni el mismo John sabía que no se escuchaba a pesar de que el público gritaba al ingeniero de audio revisara el asunto. Terrible.

Después de aquello, pareció todo normal con The Black Angels siendo increíbles como siempre, Moon Duo y su “Lightship” visual utilizando 4 proyectores encerrados en 4 paredes cristalinas recreando colores y paisajes del krautrock.

Kikagaku Moyo es mención aparte con su capacidad musical de poner la mente en otro mundo. Simplemente lo mejor de todo el festival en el que fue su último concierto, un show de despedida que México tuvo el honor de contar con ello. Los nipones realmente merecían más espacio de show y quizá un horario más estelar, pero es lo que hubo y de igual forma se está agradecido por el viaje experimentado.

Chicano Batman con todo y cover incluido a “Paranoid” de Black Sabbath dividió opiniones en su presentación, pero en términos generales les fue muy bien. El increíble bajo de Les Claypool con Primus aún resuena en la cabeza con su participación de hora y media tocando el A Farewell To Kings de Rush, acercando al público más adulto que se mantuvo ahí para el regreso estelar de The Mars Volta a México con Omar Rodríguez-López y Cedric-Bixler encabezando.

Tras 10 años de ausencia el dúo neoyorquino decidió regresar a los escenarios internacionales para presentar nueva música con un disco homónimo y tocar algunos clásicos de su repertorio al que le añaden ciertas improvisaciones en directo. Realmente el talento de The Mars Volta sigue implacable haciendo de lo progresivo y el avant-gard algo fuera de serie. Un set no tan bueno en cuestión de la selección de sus temas, incluso no tocando “Televators” a pesar de estar dentro del setlist. Aún así dieron un gran recital, cálido para la despedida de una quinta edición del Festival Hipnosis con algunas fallas, pero realmente agradable y de mucho respeto ante la clase de actos ofrecidos en sus carteles año con año.

La calidez de la gente también es muy distinta, se siente mucha seguridad y cuidado entre todos los asistentes en todo momento, lejos de la pura pose y la banalidad, sólo siendo público muy apasionada a la música lisérgica de uno de los mejores festivales que México orgullosamente tiene.

Mucho ojo, que ya hay primer artista confirmada para Hipnosis 2023 y será la australiana Melody's Echo Chamber. Las sorpresas con Hipnosis no cesan.

Nos vemos el próximo año.

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