
La “manada” del filme Los lobos culmina su etapa nómada de las pantallas grandes para comenzar con el sedentarismo en el streaming. Con unos días de diferencia, el filme llegó a la plataforma de HBO y compitió en su último evento fílmico representando a México en la ceremonia de los Premios Goya a la Mejor Película Iberoamericana, mientras que esa semana el cineasta Samuel Kishi Leopo figuraba como miembro del jurado de la sección Generation en la Berlinale, misma que dos años atrás lo vio ganar el premio del Jurado Internacional a la Mejor Película.
“Antes de salir, Martha (Reyes, la protagonista del filme) para Valencia y yo para Berlín, mi mamá nos hizo una comida muy pequeña junto a mi hermano y mi padrastro para celebrar por el momento. Mi mamá siempre tiene ganas de llorar con todo lo que ha logrado la película. Es como una mamá pavo real”, comentó el cineasta Samuel Kishi Leopo, en entrevista con Crónica Escenario.
Las emociones de su mamá cobran mayor relevancia si consideramos que ella es el motor de Los lobos, pues el filme se centra en las dificultades que atravesó su mamá con sus dos hijos, el cineasta Samuel Kishi y su hermano Kenji (realizador de la banda sonora), cuando los llevó a vivir a un departamento de Santa Ana, California, luego de que su mamá abandonó a su padre. Los hermanos tenían cinco y tres años respectivamente y los tenía que dejar encerrados con una grabadora mientras ella iba a trabajar.
“Cruzamos la frontera con nuestras visas de turistas declarando que íbamos a Disney. Mi madre iba sin trabajo ni hospedaje asegurado, sin saber una pizca de inglés, viajando muy ligero, sólo con algunas mudas de ropa, unos cuantos juguetes y una grabadora de audio, marca Fisher Price, en las que nos grababa historias, cuentos o las reglas de la casa. Ese recuerdo fue la base de Los lobos”, explicó el realizador sobre la semilla de su más reciente filme.
La historia de Los lobos ha conmovido al mundo. Los ha llevado a triunfar en festivales como La Habana, Guanajuato, Guadalajara, Morelia, Miami, Friburgo… También a competir por los Goya y los Ariel: “Mi jefita se lo merece por todo lo que ha creado. Ya saben que la película es una carta de amor a ella y los sacrificios que hizo por mí y mi hermano”, nos comparte Samuel.
Curiosamente, ha sido la Berlinale el festival que ha visto algunas huellas importantes del paso de Los lobos, pero también de su primer filme: “El cómo ha permeado la película en el público ha sido muy bonito. La vez pasada que regresé con Los lobos a Berlín todavía había gente del público y periodistas de la Berlinale que recordaban Somos Mari Pepa. Saliendo de una función en esta edición que acaba de pasar los miembros del jurado joven de la sección Generation, se me acercaron para decirme que vieron Los lobos y los animó a hacer una aplicación para ser jurado”, dijo.
“El primer año que estuve en la Berlinale fue en el 2014 cuando estuvo Somos Mari Pepa y esta vez también hubo uno que es parte del festival que me dijo, ‘oye, tengo en mi cuarto desde hace siete años el poster de tu película’. Eso es muy chido, porque además nos sorprende la forma en que conectamos con el público alemán. Historias tan mexicanas y que conmuevan del otro lado del charco es mágico”, añadió.
El festival terminó la semana pasada. Samuel y el resto del jurado premiaron a la sueca Sanna Lenken y su largometraje Comedy queen, que se centra en la historia de Sasha, de 13 años, que se niega a llorar a pesar del dolor inconmensurable por la pérdida de su padre, por lo que decide convertirse en actriz de stand-up con el objetivo de hacer reír a todos de nuevo, especialmente a su padre.
También le dieron un galardón al cortometraje Vlekkeloos (Spotless), de Emma Branderhorst, que aborda la historia de Ruby, de 15 años. Durante su período, no se atreve a pedirle a su madre tampones o toallas higiénicas porque sabe que el dinero escasea. Ella trata de arreglarlo ella misma. Ambos filmes que son como Los lobos entre la inocencia, ternura y la cruda realidad.
“La invitación a ser jurado llega con mucho agradecimiento la invitación que me hicieron de la sección Generation. Estoy muy agradecido con la Berlinale porque he tenido la fortuna de haber estrenado ahí mis dos películas, Somos Mari Pepa y Los lobos. Es curioso cómo el público berlinés se acuerda de las películas aunque ya pasaron dos años de Los lobos. Estar en su jurado fue como cerrar un ciclo de regresarle al festival algo en forma de agradecimiento”, dijo.
“Ellos cuidan mucho también los jurados, la curaduría tiene que ver con la personalidad y el perfil de lo que hacen. La directora de la Berlinale nos dijo que no busquemos películas que necesariamente estén dirigidas para niños sino que confiáramos en nosotros y lo que consideremos como la mejor película y corto para premiar. Esa fe en nosotros fue un poco abrumadora pero muy chido”, añadió.
Su labor como jurado le permitió reflexionar sobre el impacto de su propio filme a nivel global: “Pareciera que estamos muy alejados pero las diferencias en que reaccionan las personas en el mundo a la película son muy ligeras. En el caso de Los lobos mucho de lo que platico con el público mexicano si tiene que ver con el drama migratorio y como tienen familiares en EU o en otras partes del mundo, pero al final siempre se acercan para hablar de su infancia y las maternidades. Eso mismo pasó con el público berlinés, que les pegó desde la parte del coming of age, sobre el cómo es crecer con sus hermanos y hablar de sus mamás. Hay un punto universal donde se queda el público”, destacó.
En una habitación de su hotel en Berlín, el cineasta se tomó el tiempo de ver la transmisión de la entrega de los Premios Goya. En representación de Los lobos estaba la actriz Martha Reyes y la productora Inna Payán. Si bien el premio finalmente recayó en el documental La cordillera de los sueños, del emblemático cineasta chileno Patricio Guzmán, para Samuel el impacto va más allá de ganar o perder en los premios.
“Es todo un honor que Los lobos hayan representado a México en los Goya, eso está increíble no por la alfombra roja o el reconocimiento sino por el equipo que realizó la película y que el estar nominado le da visibilidad al trabajo de todos. Eso significa el poder seguir haciendo cine porque nos da más opciones de trabajo y más desde el lado de Guadalajara, el que exista otro cine más allá de la Ciudad de México, habla de la pluralidad de lo que pasa en nuestro país. Nosotros no somos los únicos que hacemos cine fuera de la capital y espero que estos reconocimientos sean un aliciente para todos”, destacó.
“No se trata de pelearnos con la capital y que a los demás estados no nos dan nada, pero lo importante es crear puentes y colectividad en todo momento. La visibilidad nos pone en el mapa para seguir cosechando colaboraciones”, añadió.
Así, Samuel se hace consciente de que es momento de soltar a Los lobos para iniciar el camino con otros proceso creativos, el más inmediato está ligado a su anterior filmografía: “Acabo de terminar un cortometraje que se llama El año del radio y que se va a estrenar en el Festival Internacional de Cine de Miami y pronto anunciaremos en qué otros festivales estará”, dijo.
“Este corto cierra la trilogía de la memoria que conforma Somos Mari Pepa, Los lobos y, ahora, El año del radio. Esta vez es animación, un corto animado de ocho minutos. Este proyecto viene como parte de estos ejercicios del acuerdo y es un cuentito que escribí cuando mi mamá trabajaba en una estación de radio en la noche y tenía una sección en el programa en el que le pedía a los escuchas en Guadalajara que describieran a su Guadalajara de noche”, continuó.
“Nosotros escuchábamos las descripciones de los escuchas tapatíos todas las noches mientras hacíamos la tarea y para el cortometraje construimos un imaginario a partir de las historias que contaba la gente con sus llamadas a la estación de radio con cosas que van desde ‘mariposas de la muerte’ hasta ‘fantasmas en el hospital civil que veían las enfermeras’”, complementó.
Por otra parte, se encuentra trabajando en la escritura de otros filmes: “Además estoy en desarrollo de tres proyectos de largometraje. Uno que se llama Inmóvil, protagonizado por Martha, sobre una chava que trabaja en un museo de cera en Guadalajara (...) Este guion lo estoy coescribiendo con Sofía Gómez Córdoba y Yordi Capo. Este filme está basado un poco en las memorias de la misma Martha como trabajadora en el museo de cera. Además le pondremos otras cosas pero sí se basa en algo que Martha vivió”, explicó.
El segundo proyecto es Alondra dejó el nido, “que es otro largometraje que estoy escribiendo con Carlos Espinoza, coeditor de Los lobos”, mientras que el tercero es una sorpresa hasta para él mismo: “También le entraré al horror que estará muy chistoso. De eso hablaré más adelante ya que se me permita por contratos, pero me emociona que voy a incursionar en el género”, dijo.
“Sobre el horror fue muy chistoso porque me dijeron, ‘ah, vimos Los lobos, nos gustó y creemos que puedes dirigir horror’. Le entré además porque me dieron un par de condiciones que me gustaron: ‘escribe lo que quieras y habla de lo que quieras’. Eso ahora lo estoy coescribiendo con Sofía Gómez Córdoba y con Luis Briones, también coguionistas de Los lobos. Tantos proyectos no tienen más que tenernos entusiasmados para seguir como manada”, concluyó.
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