El lunes 8 de abril, el Parque Ecológico y Deportivo Sierra Hermosa se convirtió en el epicentro de la emoción y el asombro en Tecámac, Estado de México, mientras decenas de familias se reunían para contemplar el eclipse solar.

Este evento astronómico, que cautivó a los habitantes locales, ofreció una experiencia inolvidable para todos los presentes.

Para muchos tecamaquenses, el Parque Sierra Hermosa se erigió como el lugar perfecto para observar el espectáculo celestial. Entre ellos, las hermanas Daria y Karla, de 13 y 9 años respectivamente, quienes vieron en este eclipse una oportunidad para sumergirse en el mundo de la ciencia.

Armadas con sus conocimientos adquiridos en internet sobre cómo construir una caja oscura, las jóvenes pudieron disfrutar del fenómeno sin comprometer su salud visual, acompañadas por sus padres que compartían su entusiasmo por presenciar su primer eclipse solar.

La emoción también se reflejó en Francisca Martínez y Delfino García, un matrimonio que celebraba su segunda experiencia presenciando un eclipse solar. "Estamos esperando a mi hijo", expresó Martínez, "él pidió permiso en su trabajo para poderlo ver junto con nosotros". Este acto de unión familiar ante un evento tan especial ilustra el impacto que los eclipses solares tienen en la comunidad.

Pero Tecámac no fue el único lugar impregnado de expectación y emoción. En pueblos cercanos como Ozumbilla, San Pedro Pozohuacan, San Pablo Tecalco y San Lucas Xolox, así como en la Héroes Sexta Sección, se congregaron observadores con sus cajas y lentes especiales, ansiosos por presenciar el espectáculo cósmico en las calles y explanadas.

El eclipse solar no solo fue un evento astronómico, sino también un momento de conexión, aprendizaje y asombro para toda la comunidad tecamaquense, demostrando una vez más la fascinación universal por los misterios del cosmos.