Con una alfombra roja que priorizó la presencia de mujeres y disidencias, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) cerró su edición número 40 con una emotiva ceremonia de premiación en la que el cine con perspectiva social, de género y ambiental fue el gran protagonista.
El Premio Mezcal a Mejor Película Mexicana fue otorgado a Llamarse Olimpia, dirigida por Indira Cato, una obra que se destacó por su sensibilidad y relevancia en el panorama nacional. En la categoría Hecho en Jalisco, el cortometraje La mosca en la pared de Mar Novo y el largometraje No, gracias, ya no fumo, ópera prima de Diego Toussaint, se llevaron los máximos honores.
El jurado, integrado por especialistas internacionales, reconoció obras que no solo destacaron por su calidad artística, sino también por el impacto emocional y social que provocaron en el público. La visibilidad de mujeres, disidencias y temáticas actuales fue uno de los criterios fundamentales para seleccionar a las películas ganadoras.
Uno de los títulos más premiados fue La mejor madre del mundo, que obtuvo reconocimientos en Fotografía, Guión e Interpretación dentro de la competencia de Largometraje Iberoamericano de Ficción. Shirley Cruz, protagonista del filme, subrayó en su discurso la importancia de dar visibilidad a mujeres negras y disidencias: “El cine necesita la voz de personas marginadas, trans, negras, mujeres... necesitamos hacer más cine que nos refleje”.
Boca vieja, de Yovegami Ascona Mora, también se posicionó como una de las favoritas del público y la crítica, al obtener Mención Honorífica del Premio Mezcal, el Premio del Jurado y el reconocimiento a Mejor Película Mexicana por el Jurado Joven.
En el ámbito internacional, O último azul de Gabriel Mascaro se coronó como Mejor Película Iberoamericana de Ficción, mientras que Tardes de soledad de Albert Serra fue reconocido como Mejor Documental Iberoamericano.
Por su parte, Petra Seliškar, directora de The Mountain Won’t Move, galardonada con el Premio de Cine Socioambiental, recordó la urgencia de cuidar los recursos naturales: “El cine nos permite dar visibilidad a temas importantes… pero no debemos olvidar de dónde vienen los recursos, la naturaleza es limitada”.
La gala también fue espacio para homenajes. María de Medeiros, Invitada de Honor, recibió el Mayahuel por su trayectoria y expresó su emoción al ser parte de una industria “que sigue apostando por el arte, la cultura y el cine con compromiso social”.
El evento cerró con un llamado a la colaboración entre mujeres dentro de la industria cinematográfica. Indira Cato y Rossana de León, directora y guionista respectivamente, coincidieron en la necesidad de crear productoras que apuesten por nuevas narrativas y representaciones femeninas.
El FICG anunció que su próxima edición se llevará a cabo del 17 al 25 de abril de 2026.